"No hay mayor honra que servir a Galicia". Es la frase eslógan de Alberto Núñez Feijóo, que ayer volvió a repetir tras revalidar su mayoría absoluta conservando sus 41 escaños e incrementando en casi dos puntos su respaldo electoral, que pasó del 45,8 por ciento en 2012 al 47,5 por ciento en estos comicios. A pesar de que su victoria electoral dispara sus posibilidades de dar el salto a Madrid, el líder del PPdeG reiteró ayer su compromiso de "seguir siendo el servidor de todos hasta finales de 2020 cuando finalice la legislatura". Su éxito permite, según recalcó, que Galicia se convierta en una "excepción" y quede libre de "bloqueos", de manera que se podrá "avanzar desde el primer minuto". Y la prioridad de su nuevo Ejecutivo será, tal y como anunció, el paro, las familias que llegan con dificultades a final de mes y los jóvenes.

El PPdeG ha repetido escaños, 41, con respecto a la última convocatoria autonómica de 2012. Pero ha perdido un diputado en Lugo que se ha compensado con otro que ha ganado en Ourense, que ha pasado de ocho a nueve. Y este incremento se ha registrado además en la provincia de José Manuel Baltar, el único presidente provincial que mantiene su baronía tras el proceso de renovación al que Feijóo sometió al partido tras la derrota electoral de las últimas elecciones municipales y sobre el que pesa además una investigación en curso por haber ofrecido trabajo a una mujer a cambio de sexo.

El líder del PPdeG agradeció a sus cuatro presidentes provinciales el trabajo realizado durante la campaña, así como al coordinador del programa electoral, Pedro Puy, a quien ratificó en el cargo de portavoz del grupo parlamentario para los próximos cuatro años."Ha dirigido un excelente grupo de 41 escaños y seguirá dirigiendo un grupo de 41 escaños", explicó.

También incluyó en sus agradecimientos a Mariano Rajoy por hacer campaña con él y al expresidente de la Xunta Xerardo Fernández Albor.

Orgulloso y sonriente el candidato del PPdeG advirtió que repetir la mayoría absoluta se aventuraba "muy difícil" porque por primera vez había cinco opciones sobre la mesa y además competían con un partido que se presentaba "en el mismo espectro de centro derecha que los populares". "Las circunstancias eran adversas pero logramos una excepción de unidad, de estabilidad y de responsabilidad", proclamó.

Y se comprometió a "trabajar, trabajar y trabajar para responder a Galicia con humildad" y a "estar a la altura" después de recibir "una confianza tan alta". En todo caso, defendió que "no es la victoria de un candidato, ni siquiera de un partido, sino de toda Galicia".

El líder del PPdeG recibió las llamadas de felicitación del presidente de su partido, Mariano Rajoy, y de varios presidentes autonómicos y solo echó en falta la llamada de su padre, que falleció este año.