Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Elecciones en Galicia 2016 la mirada

Interrogantes del 25-S

Interrogantes del 25-S

| ¿Igual que en 1997 o 2005? La suerte está echada. La decisión es de los gallegos y hoy los candidatos a presidir la Xunta solo pueden aguardar, comiéndose las uñas, por el veredicto de las urnas. El principal interrogante que despejaremos hoy es si los electores otorgan un tercer mandato a Alberto Núñez Feijóo, con o sin el apoyo de Ciudadanos, y, por tanto, si el cambio se limitará a un corrimiento de fuerzas en el bando de la oposición, o, por el contrario, el PPdeG será desplazado por la izquierda porque ésta, unida, suma suma más votos y más escaños. Es decir, hoy sabremos si sucede como en 1997 cuando Manuel Fraga revalidó su tercera mayoría absoluta y la sorpresa fue que el BNG se convertía en la fuerza líder de la oposición, tras desplazar al PSdeG al tercer puesto. Hoy la pugna por la segunda plaza la protagonizan PSOE y En Marea. La alternativa es 2005, cuando el PPdeG tras 16 años en el poder perdía San Caetano e iniciaba la travesía del desierto, y la izquierda tomaba la Xunta. En esta ocasión, la duda es si el desembarco, en caso de producirse, estará liderado de nuevo por el PSdeG, con Xoaquín Fernández Leiceagaal frente, o será En Marea, con Luís Villaresen cabeza, el que tocará el cielo del poder autonómico.

| ¿Galicia influirá en España? No sólo Feijóo, Leiceaga, Villares, Pontón y Losada se comen hoy las uñas. El veredicto de los gallegos no solo es clave para ellos. Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera estarán hoy muy atentos a lo que sucede en Galicia, casi más pendientes a lo que pase aquí que al desenlace del País Vasco, donde se prevé otro gobierno de coalición con PNV al frente. No es casual que Rajoy, Sánchez y Rivera eligieran Galicia para cerrar la campaña. España lleva nueve meses de bloqueo político y en Génova aguardan la victoria del PPdeG para defender la continuidad de Rajoy en Moncloa, aunque con ello la proyección estatal de Feijóo se dispare aún más. En Ferraz, Pedro Sánchez espera el salto de Leiceaga a la Xunta para resistir como secretario general e intentar con más brío de nuevo un Gobierno alternativo al de Rajoy, pese al acoso de buena parte de sus barones. Pablo Iglesias desea que en Galicia se dé el sorpasso que él no fue capaz de dar el pasado 26-J al PSOE, y así tomar impulso de nuevo. Y Albert Rivera pretende inicir la incursión en uno de los más fieles caladeros de voto del PP, y que hasta ahora se la ha resistido. Sería su forma de decirle al PP, que se ande con ojo que aún le puede hacer mucho daño. España está atenta a lo que sucede en Galicia, pero también la campaña electoral estuvo contaminada por lo que pasa en Madrid. El PPdeG aireó el fantasma de la inestabilidad, frente a una oposición de izquierdas que prometió cambio "serio y riguroso". En 2009, cuando Feijóo derrotó a Emilio Pérez Touriño y recuperó la Xunta para el PPdeG su triunfo fue el anticipo de la salida de José Luis Rodríguez Zapatero de Moncloa. En 2012, la irrupción de AGE, con 9 escaños, en el Parlamento gallego, con Xosé Manuel Beiras, de líder, fue el antecedente que animó a Pablo Iglesias a intentarlo primero en el Parlamento europeo y luego en el Congreso. ¿Volverá a ser Galicia augurio de lo que ha de pasar en España?

| ¿Una vuelta a 1989? Si Ciudadanos entra en el Parlamento de Galicia puede haber cinco fuerzas en O Hórreo. Sería la Cámara más plural desde 1989, cuando PP, PSOE y BNG, compartían escaños con Coalición Galega, de Xosé Luis Barreiro Rivas, y el PSG, de Camilo Nogueira. Igual que antes, habría dos fuerzas de centro derecha y tres de izquierdas. También en 1985 había 5 fuerzas. A Fraga le parecían demasiados, sobre todo mucha oferta para el elector de derechas, y elevó la barrera para entrar en la Cámara, del 3 al 5% de los votos.

| ¿Deberes pendientes? Los candidatos se han pasado quince días en la calle, de mitin en mitin, buscando la simpatía de los Ciudadanos. Sea cual sea el resultado, y con el encargo de los gallegos de formar gobierno o ejercer la oposición, tienen tareas orgánicas pendientes, que en algún momento deberán retomar. Feijóo, que ha dicho que éstas son sus últimas elecciones en Galicia, habrá de empezar a pensar en cómo resolver su sucesión, que será más o menos precipitada en función de si sigue o no en la Xunta. El PSdeG debe celebrar un congreso para elegir dirección autonómica, pues desde marzo, tras la dimisión de José Ramón Gómez por sus imputaciones judiciales, está en manos de una gestora. El 25-S será crucial, pero el PSOE gallego está fracturado y hay muchas que heridas que cerrar, por cómo se hicieron las candidaturas y por ocho años de oposición sin liderazgo claro. En Marea como partido es una incógnita total. Se conformó en el último minuto, y con peleas y trompicones. La cohesión interna de partidos varios (Podemos, Anova, EU, las Mareas locales, ..) será su caballo de batalla. El alcance de la refundación que tiene pendiente el BNG lo dictará el resultado de esta noche en las urnas, después de que Ana Pontón se haya destapado en la campaña como una buena candidata. Ciudadanos, con Cristina Losada, lo tiene casi todo por hacer. Su empuje lo dicta Madrid, pero en Galicia tiene que ampliar estructura organizativa y perfilar y profundizar en su proyecto para esta tierra.

Compartir el artículo

stats