Luís Villares viajó ayer a su infancia para compartir sus recuerdos con cerca de 900 vecinos, entre los que se encontraban parte de su familia y su pareja. "Apañé patatas e hice la matanza", echó la vista atrás como pie para comprometerse con el rural y la protección de esa forma de vida; también con la "libertad lingüística", que entiende de manera diferente a como la usó el PP en 2009, cuando rompió el consenso alrededor del Plan de Normalización. En Galicia una lengua está maltratada y no es la de Cervantes, recordó.

Un ejemplo en su familia le sirvió para demostrarlo. "Mi ahijado Xes le dijo a mi hermana que tenía una profesora nueva rara porque le llamaba cerdo al porco", lamentó sobre la falta de enseñanza en la lengua materna. Garantizó que en los juzgados podrá usarse el gallego.

El mitin de ayer, que cerró Villares gaita en ristre por segunda vez en campaña, aunque en esta ocasión con su pareja a su lado, resultó el más emotivo de todos los ofrecidos. Trazó un recorrido sentimental por Lugo en el que evidenció la pérdida de calidad de vida e incluso dignidad por un modelo económico que apostó por la especulación y que generó una crisis que pagan los de abajo.

También recordó que en 1994 fue fotografiado por la prensa de Lugo pegando un soneto contra la demolicion de un teatro. "En aquel año Feijóo se fotografiaba con otras personas", reprochó al líder del PP sobre su amistad con Marcial Dorado.

La memoria se convirtió en hilo conductor del candidato de En Marea a presidir la Xunta, que emocionó a Beiras al entregarle un regalo. "Es la única vez que pedí un autógrafo cuando me fui escondido a verlo en un mitin del BNG-nos-candidatura-galega.html' target='_blank'>BNG-nos-candidatura-galega.html' target='_blank'>BNG en 1993", sacó un recorte, que entregó a Beiras en la plaza de Santa María de Lugo.

"Dicen que la sombra de Beiras es alargada, su luz es alargada", lo ensalzó como visionario de la necesidad de tejer una "unidad popular" al margen de las siglas.

Pero en 2012 el líder de Anova no solo destacó por esa maniobra política, sino también por acusar a los recortes del PP de "matar más que el terrorismo". "Tenía razón", aseguró el juez en excedencia, que recordó la imputación judicial de dos cargos de la Xunta por la denegación de medicamentos contra la hepatitis C.

Cerró ayer Villares el día entre amigos tras visitar mariscadoras en la ría de Arousa, garantizando apoyo al sector, y la bodega Martín Códax. El candidato se puso solemne para prometer, bajo el escudo pétreo de la catedral que sirvió para inspirar la bandera, "reconstruir el país" , mientras Beiras alertó a los indecisos: "Que no vengan a llorar al día siguiente cuando vengan a apalearlos en la espalda", en alusión al PP.