-Feijóo ha dicho que Beiras y Romeu habrían sido candidatos más difíciles. ¿Como ve usted a sus rivales?

-No entro en calificaciones. Yo entiendo que cada uno tiene un mensaje que dar como representante del partido, pero a veces lo que no comparto es la forma de defender esas ideas. Mi máximo respeto ante los demás candidatos y mi máximo respeto en la defensa de sus ideas, pero desde luego, lo que no me gustan son las formas de desacreditar, de decir que Galicia es un país de sufrimiento, que Ourense sufrió recortes, que estamos en la bancarrota... Lo que hizo este gobierno fue coger al país en una situación complicada, en una grave crisis económica, y se ha ido caminando. En los dos últimos años Galicia está en el camino de la recuperación porque hubo rebajas fiscales, con muchos millones que repercutieron en los gallegos. Se hicieron los deberes y ese es nuestro mejor aval.

-Todos los rivales en Ourense coinciden en relacionar las victorias del PP con una política clientelar. ¿Qué dice a eso?

-No estoy de acuerdo con esa expresión, no tienen argumentos, no tienen razones, ni un proyecto ni un programa. Atacan esa política clientelar porque lo que está claro es que elección tras elección los votos son para el PP y no tienen otra forma de atacar porque no tienen discurso ni programa. Nuestro discurso es nuestro trabajo.

-¿Qué puesto le gustaría ocupar a Marisol Díaz en un posible gobierno del PP tras el 25-S?

-Como se viene demostrando estos años, Marisol Díaz Mouteira estará donde el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el PP de Galicia quieran.

-¿Qué será lo primero que le pedirá a Feijóo, en caso de que se confirme esa victoria el domingo?

-Que se pongan en marcha todos los proyectos que anunció para Ourense, y no solo en infraestructuras viarias, educativas, para los mayores y los jóvenes... Le recordaré todos los proyectos y los iremos poniendo en marcha.

-¿Cree que el resultado en Galicia influirá en el contexto político nacional?

-No sé si será decisivo pero sí puede pasar factura a otras fuerzas políticas que tendrán que repensar su postura de negatividad para que España siga creciendo.