La campaña de los populares gallegos en la carrera del 25-S se asienta en la personificación de la certidumbre en la figura del actual presidente de la Xunta. Y él es muy consciente de cómo exprimirlo. "Me conocen. Para bien y para mal. Soy Alberto Núñez Feijóo", lanzaba en el minuto final del debate del lunes. Porque la popularidad, sí, es una de las bazas a su favor. Prácticamente toda Galicia le conoce. El 98%, según la encuesta de intención de voto elaborada por Einvenio para FARO DE VIGO. Un porcentaje a años luz del resto de candidatos. El que más se le acerca es el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga, con un grado de conocimiento del 42%. La exposición pública como jefe del Ejecutivo autonómico en las dos últimas legislaturas y el papel desempeñado también como voz autorizada dentro de la ejecutiva nacional del PP podría convertirse en un arma en su contra, pero en el caso de Feijóo se salda esta vez con la mejor nota de los últimos ocho años. Un suficiente alto. Un 5,6.
Hace cuatro años, el líder del PPdeG se situaba en lo alto de la valoración ciudadana en la antesala de las anteriores elecciones autonómicas. Pero su puntuación experimenta un claro avance. Entonces recibió un 4,93, lo que encaja con la percepción común de los analistas de que Núñez Feijóo ha logrado consolidarse, más allá del perfil del gestor de trayectoria pública con el que desembarcó en San Caetano. Seis de cada diez gallegos le aprueban, frente al 31% que suspende su labor y únicamente un 3% que opta en el sondeo para FARO por no examinarle.
Su nota media toca techo, un 6,5, entre los mayores de 65 años. Es el granero de voto popular. De hecho, entre el colectivo de jubilados se repite la mejor evaluación: un 6,2. Únicamente le suspenden tantos como le aprueban entre los jóvenes de 18 y 24 años. Los votantes de su partido le encumbran con un 7,9.
A Xoaquín Fernández Leiceaga le conoce el 42% del electorado. El 18% aplaude el recorrido del candidato socialista designado en primarias el pasado mayo, mientras que el 13% otorga un suspenso. Otro 11% prefiere no valorarlo. Su nota media es la segunda más baja de entre los cinco cabezas de lista que concurren a tomar las riendas de la Xunta. Un 4,4%. Su mejor cualificación está entre los gallegos por debajo de los 24 años, que le dan un 5,3. La peor, entre aquellos que se consideran de clase media-baja, con únicamente un 4. Los simpatizantes del PSdeG le dan un 4,5.
El índice de popularidad en el caso de Luis Villares es de solo el 14%. ¿Su nota? Un 4,8. Al elegido por En Marea para la batalla por el Ejecutivo regional le conoce el 29% de los gallegos. Logra el aprobado del 13% y un 8% suspende su actuación política. El nivel de aceptación entre los que acceden a dar su opinión sobre el candidato es mayor por parte de las mujeres (69%) -con una puntuación que se eleva hasta el 5,1- que en los hombres (57%). Su fuerte son los jóvenes, las localidades de menos de 5.000 habitantes y las que van de los 20.000 a los 50.000, la provincia de Ourense, titulados universitarios, estudiantes y familias sin problemas económicos: en todas esas franjas aprueba. También entre el electorado de En Marea: 5,6.
Ana Pontón roza el aprobado. Se queda en el 4,8. El 49% del electorado afirma saber quién es, con la aprobación del 19% y el suspenso de otro 10%. La candidata de Bloque-Nós es una de las que más simpatía logra entre los parados (5,1) y los estudiantes (5,5). Su nota destaca especialmente en las capitales de provincia (5,2) y en la horquilla de edad 35-44 años (5,2), al igual que en los gallegos de status económico alto. Los votantes del Bloque le suben a un 6,7.
El conocimiento de Cristina Losada se queda en el 33%. El 15% de los encuestados aprueba su candidatura y un 9%, en cambio, no. La nota media de la aspirante de Ciudadanos es del 4,6, según la encuesta de Einvenio. Solo consigue subir al 5 en el electorado de 18 a 25 años, los concellos de más de 100.000 habitantes y en la provincia de Ourense. Los decididos a votar a Ciudadanos el 25-S le dejan en un 4,8.
