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El arrastre del candidato, versus el tirón de las siglas

El PP parte con ventaja pues presenta al candidato más conocido, apuntan los expertos - PSdeG, En Marea y BNG fían el resultado, a la marca y la campaña

Carteles electorales de los diferentes partidos, en Vigo. // Marta G. Brea

La campaña electoral ha sufrido este año una renovación. Al menos en lo que a caras se refiere. Alberto Núñez Feijóo es el único líder que intenta repetir hazaña y presidir la Xunta. Enfrente tiene políticos con más o menos trayectoria pero que coinciden en que por primera vez son la cara más visible de su partido. Este factor ha determinado la estrategia de campaña de cada uno de ellos, mientras Feijóo se abandera así mismo, el resto de candidatos debe prodigarse con el estandarte de su partido por delante. Pero ¿qué cuenta más? ¿La fuerza de unas siglas o el poder de arrastre de un líder?

"No existe una respuesta universal válida", advierte el profesor de Comunicación Organizacional e Institucional de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Pablo Vázquez. "Dependerá de cada estrategia y, especialmente, del grado de conocimiento del político". Advierte de que para que un candidato sea apto lo mínimo que debe confluir es notoriedad y buena valoración pública.

Quien parte con ventaja en esta carrera es Alberto Núñez Feijóo. "Es como si pusieras a correr a unos caballos y los colocaras en diferentes casillas de salida", ejemplifica Fermín Galindo, profesor de Técnicas de Comunicación Política de la USC. No solo ha sido presidente de la Xunta, sino que además cuenta con una buena valoración. Según la encuesta del CIS, los ciudadanos le dan un aprobado, un 5,5 nada despreciable teniendo en cuenta que el resto de candidatos suspende. Se constata también dentro de su propio partido, donde lo han señalado como sucesor de Mariano Rajoy y donde cuenta con todo el apoyo.

Teniendo en cuenta estos datos y que a la siglas del PP se las relaciona con la corrupción a gran escala, la presencia del partido ha quedado ensombrecida en esta campaña por el nombre de Feijóo. Una prueba es la configuración de su imagen de campaña en la que su apellido está por encima y tiene el mismo tamaño que el eslogan "en Galicia si" y donde no aparece, o lo hace de manera casi imperceptible, las iniciales del partido. "El uso de la marca Feijóo ahora en 2016 parece más acertado que aquella de Feij009, cuando su grado de conocimiento era menor. Resultaría difícil de explicar que Losada, Villares o incluso Pontón apostasen por una estrategia de este tipo", valora Vázquez.

Y es que el CIS informa de que la mitad de los encuestados en su último barómetro no supo identificar a Xoaquín Fernández Leiceaga (PSdeG), el 57% desconoce quién en Ana Pontón (BNG), el 67% Luis Villares (En Marea) y hasta a un 68% no le suena el nombre de Cristina Losada (Ciudadanos). Todos han partido con la desventaja de ser rúbricas nuevas en la primera plana. Leiceaga salió escogido como candidato el pasado mayo, después de que el PSdeG tuviese que abrir un proceso de primarias cuando el líder de los socialistas gallegos, Xosé Ramón Gómez Besteiro, se vio obligado a dimitir por su implicación en varios casos de corrupción. Leiceaga ha hecho un esfuerzo por mostrar su perfil más que sus siglas, pero se le conoce por su partido. Pontón, ha sido portavoz del Bloque en el Parlamento pero es candidata solo desde el pasado febrero. Villares, ex magistrado del Tribunal Superior de Galicia, apareció como apuesta de En Marea hace poco más de un mes y tira de marca, como Cristina Losada, periodista que cuenta con el mismo tiempo de experiencia en política. Su presencia es tan débil que no solo se ve tutelada por el nombre de Ciudadanos, sino también por la imagen de Albert Rivera.

La campaña electoral es para ellos "imprescindible" para ellos, señala Galindo. "Es una lucha entre los distintos candidatos por delimitar su identidad y construir la imagen que se quiere transmitir", añade Vázquez. Sus periplos por decenas de pueblos tienen como objetivo alcanzar la casilla de salida de Feijóo, sobreponerse al anonimato. Participar en debates televisivos, como el del pasado lunes, les ayuda a fortalecerse, como pudo constatar Ana Pontón, que salió reforzada del enfrentamiento. Pero también tiene otra cara la se la sobreexposición que vivió Feijóo al tener que batallar contra todos los candidatos. Su bagaje político jugó en esta ocasión en su contra.

"Habrá momentos en los que las siglas arrastren a la gente, otros en que arrastre el candidato", resume Vázquez. El 25 de septiembre se sabrá qué ha podido más.

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