Un candidato con una extraordinaria formación académica, "una cabeza muy bien amueblada" , atento, afable, tranquilo, pero de carisma cero. Así es, según sus cercanos, Xoaquín Fernández Leiceaga, nacido en Noia (A Coruña) hace 55 años. Profesor de Economía Aplicada en la Universidade de Santiago, casado y con dos hijos, participó en la fundación del BNG, allá por 1982, antes de pasarse a las filas socialistas, de la mano del exalcalde de Santiago, Xosé Ramón Sánchez Bugallo, con quien fue edil de Facenda.

Sus orígenes marcan su perfil ideológico: un socialdemócrata y galleguista, a quien no le costaría entenderse con En Marea y BNG para formar un tripartito. En ambas fuerzas encontraría compañeros de batallas políticas pasadas, como Xosé Manuel Beiras.

El cabeza de cartel del PSdeG fue portavoz de los diputados socialistas en la anterior legislatura, pero fue apartado por líos internos del partido por Pachi Vázquez de un puesto, en el que destacó por un debate serio, razonado y propositivo y de cero demagogia.

Mantener al PSdeG como segunda fuerza del hemiciclo gallego, aunque En Marea le pisa los talones, y recuperar San Caetano, ocho después del fracaso del bipartito, pese a que Feijóo parece no estar desgastado tras ocho años de gestión, según el CIS. Estos son los dos retos para el 25-S de Xoaquín Fernández Leiceaga, quien no era el candidato previsto para la contienda. Ni siquiera él mismo se imaginaba hace apenas un año inmerso en esta situación.

Fue la elección de la militancia, en unas primarias hace apenas cuatro meses, en las que ganó con el 55,6% de los votos, después de la dimisión tardía de Xosé Ramón Gómez Besteiro, que llevaba imputado judicialmente en dos casos de supuesta corrupción meses antes de anunciar su marcha.

Leiceaga en las dos próximas semanas intentará convencer a los gallegos de que es la alternativa a Feijóo, y de su éxito en las urnas depende en muy buena medida su liderazgo en el PSdeG. Aún se lo tiene que ganar. Fue el más votado en las primarias para elegir candidato a la Xunta. Venció a José Luis Méndez Romeu, pero no controla el aparato del partido, él o los suyos tendrán que ganarlo en un congreso pendiente, y en la elaboración de las listas al Parlamento arriesgó y abrió un enfrentamiento con el principal referente social del PSdeG, Abel Caballero. Cambió la lista en Pontevedra y también en Ourense para tener de su mano al futuro grupo parlamentario, aún a costa de desactivar a parte de los cuadros socialistas y de trasladar a la opinión pública una imagen de división, que nunca suma votos.