Es cierto que Vigo parecía abonado a los sobresaltos electorales cada vez que toca cita con las urnas para el reparto del Congreso de los Diputados. En las cuatro últimas ocasiones no hubo ningún partido que consiguiera repetir victoria. Y ayer ocurrió otra vez lo mismo en la principal ciudad de Galicia, donde todo el tradicional reparto de fuerzas saltó por los aires. Los populares tuvieron aquí su peor resultado entre los grandes municipios. No solo cedieron el trono conquistado en diciembre de 2016, sino que la formación se hundió a la tercera posición. Por encima, el PSOE, con más del 36% de los votos, y la coalición de Unidas Podemos con Esquerda Unida, Mareas en Común y Equo, que cosecharon cerca del 21%.

Con una participación muy similar a la del conjunto del Estado, superior al 76% -casi cinco puntos más que en las anteriores generales-, los socialistas volvieron a ser la primera fuerza de Vigo. Algo que no sucedía desde marzo de 2008, cuando José Luis Rodríguez Zapatero logró su segunda legislatura. En aquel momento el PSOE obtuvo más del 44% de las papeletas depositadas en la ciudad. Ayer los socialistas, que partían de la tercera posición, se hicieron con el 36,4%, más de 65.500 votos, su mejor resultado en unas generales desde esa victoria de Rodríguez Zapatero.

En comparación con las autonómicas de 2016, el PSOE mejora su posición en prácticamente catorce puntos y suma una nueva inyección de vitalidad para encarar las inmediatas municipales del mes de mayo. En las últimas locales, la candidatura del actual alcalde, Abel Caballero, rozó el 52% de los votos, un dato inédito en la historia electoral del concello, y alcanzó los 17 concejales. El de Vigo ayer es, además, el mayor respaldo para la formación liderada por Pedro Sánchez entre las siete urbes más grandes de Galicia, en empate técnico con Ourense.

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Todo lo contrario que en el Partido Popular. La formación presidida por Pablo Casado se derrumba. Del 31% que obtuvo en los comicios celebrados a mediados de 2016, la histórica jornada del 28 de abril le deja con poco más del 18% (32.580 papeletas). No hay precedentes de un resultado tan malo para los populares en Vigo en ninguna de las elecciones de la etapa democrática, ni generales, ni autonómicas, ni siquiera en las municipales de récord para el PSOE, cuando el PP se mantuvo ligeramente por encima del 20%.

El PP se dejó ayer unos trece puntos respecto al apoyo conseguido en las otras generales (31,2%), con casi 20.000 votos, cerca de cuatro de cada diez, de diferencia. Una parte del electorado que dio su confianza a los populares en junio de 2016 se ha ido claramente a otras fuerzas de centroderecha y la ultraderecha representada en Vox, pero ni así se explica la caída al completo del Partido Popular. Vista la rotunda respuesta en las urnas por parte de los ciudadanos vigueses, todo apunta a que también una parte de los votantes al PP optaron por pasarse a las filas socialistas.

El otro gran perdedor de la noche en Vigo es Unidas Podemos. La formación morada y el resto de agrupaciones integradas en su candidatura perdieron más de nueve puntos en comparación con junio de 2016. Los 37.787 votos logrados -frente a los casi 51.000 de los anteriores comicios- le permiten aguantar, eso sí, como segunda fuerza de la ciudad. La ruptura de las Mareas no justifica todo el retroceso. De hecho, En Marea solo consiguió 1.885 votos ayer, apenas el 1% de las papeletas depositadas. Hay que tener en cuenta que en las generales de diciembre de 2015 la formación capitaneada por Pablo Iglesias llegó a ser el primer partido de Vigo, cuando atrajo para sí prácticamente el 34% de los votos (59.691).

En cuarta posición repite Ciudadanos. Arañan dos puntos y 5.500 votos más que en junio de 2016, hasta el 11,9% y 21.461 papeletas, respectivamente. El partido dirigido por Albert Rivera conserva en Vigo todavía una distancia muy considerable por debajo de los populares, pese al descalabro de la candidatura de Casado, de casi seis puntos.

El proyecto de Vox no cuaja en Vigo. El partido de ultraderecha no llegó ni al 5%, unos 8.300 votos. Concretamente, el 4,6%, lo que supone el porcentaje más voto de todas las ciudades gallegas.

El BNG no sale de los puestos de cola a pesar de que duplica los respaldos tras el mínimo histórico que registró en las anteriores generales. Pasa de 3.300 votos a más de 7.100, del 1,9% de junio de 2016 a acariciar el 4%.