Galerías históricas
Dónde estaban y dónde están: las esculturas 'viajeras' de Vigo

Dónde estaban y dónde están: las esculturas 'móviles' de Vigo / FdV
No siempre estuvieron ahí. Casi una decena de conocidísimos monumentos y esculturas de Vigo se han 'mudado' con el paso de los años. Algunos han regresado a su emplazamiento original, pero otros ya se han asentado de tal manera en sus 'nuevas' ubicaciones que parece que nunca han estado en otro lugar. Estas son las esculturas 'viajeras' de la ciudad.
El Monumento a los héroes de la Reconquista de Vigo se encargó al escultor González Pola en 1909, por el bicentenario de expulsión de los franceses de la plaza olívica. Su primera piedra se puso en 1915 en las inmediaciones del mercado de A Pedra. En 1947 se trasladó al centro de la Praza de España. Y a finales de los años 60 se llevó a su emplazamiento actual: la Praza da Independencia.

Plaza de España, escenario de mil batallas e indómita anfitriona /
El Monumento al pescador, de Alfonso Vilar Lamelas, se inauguró en 1956 en la plaza de O Berbés, a la altura del número 35. Con la remodelación de la zona, a principios de los 2000, el monumento se 'mudó' unos metros, sin dejar el barrio: al fondo de la explanada, en el cruce con la Rúa de San Francisco.
Neptuno coronaba una fuente monumental ubicada en el corazón de la villa olívica, en lo que hoy es Porta do Sol. El crecimiento urbano a lo largo del siglo XIX obligó a derribar las murallas y reconfigurar espacios, por lo que el grupo escultórico se desmontó en 1890. En 1986, la figura del dios romano del mar que coronaba el conjunto se trasladó a los jardines del Parque de Castrelos.
La obra en homenaje al benefactor José García Barbón, de Francisco Asorey, se inauguró en 1927. El mismo monarca acudió al acto de descubrimiento de la obra, adosada a la pared de una placita entre dos calles que tomaron el nombre de estos protagonistas: Alfonso XIII y García Barbón. En septiembre de 1997, el monumento se trasladó hacia el final de la vía, al nudo de Isaac Peral, erigiéndose sobre una rotonda.

La galería al aire libre de la Alameda de Vigo / Adrián Irago
El monumento al poeta del Rexurdimento Curros Enríquez, de Lorenzo Coullat Valera, se inauguró en 1911 en los jardines de O Areal. Pero en 1965 se reubicó en O Castro, presidiendo un estanque a los pies de la Tenaza del Diamante de la fortaleza. En 2008, el poeta regresó a su enclave original.
El Monumento a José Elduayen se inauguró en 1896 frente al muelle de pasajeros, en la explanada de A Laxe. La obra de Jenaro de la Fuente y Agustín Querol i Subirats se movió unos metros en 1970 para acabar frente al Club Náutico. Además de desplazarse también cambió su orientación: de apuntar hacia O Areal a hacerlo hacia la ría. En 1996, a consecuencia del proyecto «Abrir Vigo al Mar», se reubicó en los jardines de Montero Ríos y volvió a girarse, esta vez mirando hacia O Berbés (en sentido contrario a su posición original).
La Farola de Urzáiz regresó a su ubicación original tras varias décadas en Bouzas. La obra de Jenaro de la Fuente se instaló en el año 1932 al final de la calle Príncipe. En 1965 se desmontó y retiró. Pero en 1973 se llevó a la alameda de Eduardo Cabello. En 2004, tras una restauración, recuperó su enclave original.

Farola de Urzáiz, la dama de hierro de Vigo /
El Monumento ao mar, de Xoán Piñeiro, perdió parte de su configuración original con el traslado. Se inauguró en 1972 en las inmediaciones del antiguo muelle de la Estación Marítima de Vigo. Constaba de un gran muro de hormigón de 17 metros de largo y cuatro de alto, con una fuente y profusa vegetación en su parte izquierda. En la derecha, la parte que se conserva, dos marineros arrastran una red cargada de peces mientras sobre sus cabezas vuelan cinco gaviotas. Esta parte se recolocó a principios de los 2000 en la segunda rotonda del puerto pesquero de O Berbés.
La escultura Niños bajo un paraguas, de Camilo Nogueira, ocupó el lugar que dejó libre Curros Enríquez en O Areal (frente al edificio de Aduanas) tras su traslado a O Castro. Cuando el poeta del Rexurdimento recuperó su lugar original, esta pequeña pieza pasó un tiempo en unos almacenes municipales para su restauración. En 2009 fue reubicada en la otra punta de la ciudad, en una zona ajardinada entre el río Lagares en la calle Pablo Iglesias.
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