Más alto, más fuerte, más rápido... y con más color. La cara más atlética de Vigo se viste habitualmente de celeste, pero no es su único atuendo. A lo largo de los años, la historia deportiva de la ciudad olívica ha sumado diferentes coprotagonistas.
El fútbol, con el Celta como principal estandarte, ha dejado (y continúa haciéndolo) algunos de los momentos más memorables de la crónica de la ciudad. Y también, todo hay que decirlo, hace padecer.
Una radiografía del Celta de Vigo desde los años 30 a través de sus jugadores
Seguro que en el recuerdo de todos los aficionados al deporte rey permanecen los encuentros que el Mundial de 1982 trajo hasta Balaídos. Precisamente, el partido entre el Celta y la Selección de Polonia en mayo de ese año sirvió de escenario para homenajear a Manolo. Más de 30.000 personas no dudaron en ocupar cada rincón del estadio, incluida las escaleras de la Grada de Río, inaugurada justamente para el Mundial, y que todavía se conservan.
"Todo el Vigo deportivo ha respondido al homenaje a Manolo [...] lo que pone de manifiesto lo mucho que representa para el Real Club Celta, con 19 años defendiendo los colores del primer equipo de la ciudad", contaba de aquel día Faro de Vigo en sus páginas. El contrapunto lo puso el marcador, 1-5 a favor de los polacos
Por tierra, mar y ¿desde el aire?: el deporte toma Vigo a todo color
Pero no solo de fútbol se nutre la crónica deportiva de la ciudad a la que hoy le damos color. La Travesía a Nado de la Ría de Vigo, el motor, el ciclismo o el atletismo forman parte igualmente esencial de la realidad olívica.