Nuestra sociedad se encuentra cada vez más preocupada por el cambio climático, el calentamiento de la Tierra y sus graves consecuencias. Desde la Cumbre de Kioto hasta París, y de París a Glasgow, las políticas medioambientales de los países están evolucionando para conseguir progresivamente una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que nos permitan la consecución de los objetivos internacionales fijados para 2030 y 2050. El sector energético, por su actividad e impacto, es uno de los principales señalados en la lucha contra el cambio climático.

Su descarbonización resulta fundamental para llegar a una economía neutra en emisiones de carbono en el futuro. Los expertos señalan que la electrificación, a través de las energías renovables (como la eólica y la solar) no será suficiente para cubrir el total de demanda energética de nuestra sociedad, y que debemos descarbonizar también el sector gasista, implementando medidas para maximizar la utilización de también energías renovables como por ejemplo el gas renovable.

El gas renovable es un factor determinante en el proceso de descarbonización del sector energético. Este gas verde es totalmente intercambiable por el gas natural, por lo que puede distribuirse a través de la infraestructura gasista existente y emplearse con las mismas aplicaciones energéticas en hogares, industrias, comercios y también para movilidad en el transporte.

El mayor exponente del gas renovable es el biometano, un combustible neutro en emisiones de CO2 que se genera a través de los procesos de degradación de la materia orgánica (residuos urbanos, agrícolas, ganaderos o forestales, aguas residuales, etc.) que, una vez tratados, se transforman en gas renovable. Se trata de una opción sostenible y económicamente competitiva para impulsar un sistema energético descarbonizado y luchar contra el cambio climático, y que ya es una realidad en muchos países de Europa, y que pronto lo será en Galicia.

El biogás debe jugar un papel principal en la descarbonización de la demanda final energética. Su escaso desarrollo hasta el momento se ha debido a múltiples factores que nada tienen que ver con el gran potencial disponible en España.

De hecho, Nedgia Galicia, filial distribuidora de gas del grupo Naturgy, cuenta en Galicia con más de 3.300 Kms de redes de distribución de gas que dan cobertura a más de 290.000 puntos de suministro de 80 municipios, lo que permite que cerca del 70% de la población gallega esté hoy en disposición de utilizar esta energía. Dicha red dota a Galicia de una infraestructura de gas natural ampliamente extendida, por donde circulará el gas renovable del futuro y que será clave para la descarbonizar los consumos de energía de hogares, negocios, industrias, movilidad.... de nuestro territorio.

Nedgia Galicia distribuye gas a más de 290.000 puntos de suministro de 80 municipios gallegos


Beneficios para Galicia

La progresiva implementación del gas renovable en nuestras redes traerá consigo múltiples beneficios para Galicia. En primer lugar, contribuirá a la reducción de emisiones y a su estrategia para cumplir con los objetivos medioambientales propuestos por Europa en el 2030, ya que el gas renovable proviene de fuentes renovables, y tiene emisiones neutras de CO2. En segundo lugar, el gas renovable contribuye también a la llamada economía circular. Es decir, que gracias al gas renovable que se genere en Galicia, podremos calentar nuestros hogares, mover nuestros autobuses...en línea con las demandas realizadas por la Comisión Europea sobre los territorios de transformar los residuos en energía. En tercer lugar, el gas renovable es la energía renovable más versátil que hay ya que soluciona el problema de la no-simultaneidad de la producción y la demanda que tiene el resto de las energías renovables, ya que el biometano (máximo exponente del gas renovable) puede inyectarse y almacenarse en la infraestructura gasista existente.

En este sentido, cabe destacar que tampoco es necesario realizar inversiones (ni públicas ni privadas) de transformación ni en la actual infraestructura de redes de gas que tenemos en Galicia ni en los equipamientos de consumo de los usuarios.

Otras ventajas que genera sobre el territorio el gas renovable es la seguridad de suministro. Al ser una energía producida a nivel local, no es necesario importar nada, con lo que se reduce la dependencia energética del exterior. La principal ventaja para el territorio tiene que ver con la mejora de gestión medioambiental de los residuos orgánicos tan problemáticos como las deyecciones ganaderas, purines, estiércoles, gallinazas, etc., los lodos de depuradora o la fracción orgánica de RSU.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la ganadería constituye, a escala global, una amenaza más grave que el sector del transporte en cuanto a emisiones de los gases de efecto invernadero. Los gases que se originan en el sistema digestivo de los rumiantes se convierten en emisiones contaminantes a partir del estiércol generado en las explotaciones ganaderas, y el gas renovable al generarse a partir de estas deposiciones contribuiría a su reducción de una manera significativa.

Asimismo, el gas renovable es también positivo para la agricultura y ganadería del territorio, pues en el proceso de creación del gas renovable genera también una sustancia llamada “digestato”, que es un residuo derivado después de la digestión de los residuos y que se aprovecha como fertilizante para el campo, reduciendo así los costes. A nivel económico, el impulso del gas renovable en Galicia contribuye también al desarrollo del territorio y la creación de empleo local en entornos agrícolas y ganaderos para el desarrollo de proyectos. Por último, el gas renovable es un gran aliado en cuanto a dar soluciones medioambientales (por ejemplo: gestión de residuos tipo paja del arroz, orujillos de la aceituna...) y genera sinergias económicas con la potente industria agroalimentaria para la recuperación de nutrientes agrícolas.