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Ana Valdovinos (Ticketmaster): "El ‘boom’ en la venta de entradas se producirá a finales de este año"

Ana Valdovinos

Ana Valdovinos se convirtió en junio de 2021 en directora general de Ticketmaster España, la multinacional de venta de entradas para música en directo, de la que era directora financiera, legal y de recursos humanos desde 2011 tras la integración de Ticketmaster con Serviticket, la filial de venta de entradas de La Caixa, y Tick Tack Ticket. Valdovinos llegó al sector de la venta de entradas en 2003, cuando recaló en Serviticket, tras un periodo en el ámbito financiero, en compañías como Arthur Andersen y Lear Corporation.

Además, forma parte de la Asociación MIM (Mujeres de la Industria de la Música), que lucha por la igualdad de género en el sector. "Las mujeres somos las grandes consumidoras de cultura, de música, teatro, libros, cine y exposiciones, pero los puestos directivos todavía están dirigidos mayoritariamente por hombres. Los trabajos a los que logramos acceder están marcados por la temporalidad y muchas veces por la incertidumbre, pese a tener el mismo nivel de capacitación", asegura.

¿Qué balance hace de este año al frente de Ticketmaster?

Ha sido un año muy intenso, pero a la vez emocionante y bonito. Estamos saliendo de una pandemia, de muchos meses de parón y ahora es cuando otra vez se quieren reencontrar los fans y los artistas. Muchos conciertos se están poniendo a la venta y vemos que los fans tienen muchas ganas de volver a los conciertos. Estamos preparados para vivir los conciertos de forma segura.

¿Ya se realizan conciertos de forma normal o todavía hay restricciones?

Sí, estamos empezando a ver la normalidad. Hasta hace unos días no se podía consumir, si no era en la zona señalizada, ahora ya sí; el martes nos retirarán también las mascarillas…

¿Qué previsión tienen para este 2022?

Este año va a ser muy bueno. A nivel internacional Ticketmaster va a superar las cifras de 2019. Si entonces se vendieron en todo el mundo 500 millones de entradas, en 2022 vamos a ver una cifra superior. Esperamos que esa tendencia se refleje también en nuestro país. Han salido a la venta conciertos como los Rolling Stones o la gira de C. Tangana que están generando mucha demanda, pero el ‘boom’ real en la venta de entradas se producirá hacia final de año y será cuando alcancemos los niveles previos a la pandemia. Hay que tener en cuenta que se están haciendo muchos eventos que venían reprogramados del año 2020. Todas esas entradas se vendieron en 2019 y en 2020 y se van a celebrar ahora.

¿Se nota en la venta anticipada un descenso por la guerra?

La curva está más plana, pero cuando salen conciertos a los que la gente quiere ir y saben que va a haber pocas entradas se venden enseguida. La gente tiene muchas ganas. Lo que sí está ocurriendo es que los conciertos salen con menos meses de antelación que antes, como es el caso de los Rolling, que ha salido en marzo y el concierto es el 1 de junio.

¿Tienen alguna estimación de qué cifras para este año?

Todavía es muy arriesgado dar una cifra porque depende de los precios, si vendes el producto nacional es más económico que los internacionales, además, a final de año hay mucha oferta. Ticketmaster, a nivel global, vendió hasta el mes de febrero un 45% más de entradas que en el mismo periodo de 2019. El mercado no es exactamente igual en España, pero marca una tendencia.

¿Qué tipos de conciertos son los que más interesan ahora mismo?

Durante los meses marcados por la pandemia, que han sido más flojitos, los artistas nacionales han tenido muchísimo tirón porque han ido trabajando con aforos más reducidos. En 2021 se celebraron conciertos e incluso en 2020 hacia verano había aforos reducidos, pero de artistas nacionales. Ahora, la gente lo que tiene es ganas de vivir la música en directo con toda intensidad, es decir, quiere seguir con los nacionales pero empezar a ver también a los internacionales. Vamos a tener giras muy buenas, pero no las puedo adelantar.

¿Empieza a haber giras internacionales o se hacen esperar?

En Europa ya se están moviendo muchas cosas. Los artistas programan sus giras por países. Igual primero venden en Francia y Alemania y luego pasan por España. Pero sí es verdad que las giras son más precavidas. Se sacan con fechas cerradas y menos antelación.

¿Qué queda del ‘streaming’?

Como la experiencia del directo indudablemente no hay nada, porque es una experiencia sensorial. El ‘streaming’ es otro tipo de experiencia, muy bonita y divertida porque el artista conecta con el fan de manera muy directa. Pero es otro tipo de producto. No son incompatibles. Los artistas pueden seguir interesados.

¿Tenéis planes de inversión a corto plazo?

A nivel internacional. Ticketmaster invierte al año 10 millones de euros en tecnología y así seguiremos para seguir siendo pioneros en el proceso para luchar contra la especulación, el fraude, hacer procesos transparentes y sobre todo para poner en manos de los promotores, que son nuestros clientes, todos los medios para maximizar el proceso de venta y la experiencia para el fan. Tecnología digital.

¿Qué innovaciones se empiezan a ver en las entradas?

En Estados Unidos se están haciendo cosas increíbles como los NFTs. Lo está haciendo nuestra empresa con los deportes. Y también se está desarrollando mucha tecnología digital como una entrada que no tiene código de barras hasta minutos antes de acceder al recinto, para que no se pueda transferir. Hay también mucha inversión para mejorar los procesos de venta sobre cómo vas a vender una entrada, cómo la quieres vender, cómo se puede visualizar un asiento y donde está situado en 360 grados. Hacia eso se está yendo.

¿Ha cambiado mucho este sector?

Cuando yo empecé en 2003, las entradas salían de un cajero. Recuerdo a la gente en las tiendas de discos y en las taquillas haciendo cola cuando salían a la venta unas entradas para los Rolling Stones o para U2. También se vendía por Internet y teléfono, pero mucho menos, y todo el mundo acababa confluyendo en un lugar físico. Ahora estás en casa y no hay colas físicas, ahora hay cola virtual.

Pero pese a los avances tecnológicos sigue habiendo colas virtuales. ¿No es posible evitarlas?

Ticketmaster tiene capacidad para vender 5.000 entradas por minuto, pero en determinados eventos, los de altísima demanda, estás accediendo a una oferta y a una demanda que está descompensada. En un estadio donde hay 50.000 entradas a la venta y hay más de 100.000 o 200.000 y 300.000 personas que quieren comprar se forma, inevitablemente, una cola virtual. Lo bueno es que se puede ir viendo cuántos minutos quedan para acceder a la compra. Además, en Ticketmaster tenemos un proceso que es el Verify Fan, es decir, los auténticos fans se registran para tener acceso a esas entradas. Y el sistema detecta si es un fan real.

¿A qué se refiere con fan real?

Hay muchos ‘bots’ y ‘brokers’, máquinas que lanzan procesos para comprar entradas masivamente. Antes de la pandemia, a nivel internacional detectamos 6.000 millones de ‘bots’ intentando atacar.

¿Todavía hay mucho fraude?

Nosotros detectamos cada vez menos, aunque existe algún riesgo porque hay gente que muchas veces no va a las plataformas oficiales. Buscan una entrada en Google y sale en primera posición Viagogo, que es una plataforma de reventa. No tienen, quizás, el suficiente conocimiento para saber que no es una entrada oficial e incluso no saben si es cara o barata porque no están habituados a comprarlas e igual están al doble o al triple de su precio oficial. Nosotros intentamos poner todas las medidas a nuestro alcance para minimizar la reventa. Por ejemplo, fuimos los primeros en poner entradas nominales.

Pero no todas son nominales…

No, lo hicimos por ejemplo con el concierto de U2.

¿Y por qué no se hace siempre?

Nosotros lo ponemos a disposición del promotor, pero es una decisión suya, no nuestra. Hay diferentes opciones como el preregistro, la preventa, las entradas nominales, la limitación de un número de entrada por compra. Nosotros las ponemos todas a disposición del promotor y ellos eligen.

¿Pero entonces siempre hay un porcentaje de reventa?

Las incidencias ahora son muy bajas, pero siempre hay. El ticket digital ha minimizado el problema al permitir una experiencia más personalizada a los fans. En el pasado, cuando alguien compraba cuatro entradas, había que adivinar a quién irían destinadas tres de ellas. Ahora podemos brindar una experiencia más segura ya que conocemos la trazabilidad de la entrada, desde la adquisición hasta el momento del espectáculo.

En 2018 Ticketmaster cerró su propia web de reventa (Seatwave). ¿Cuál es la posición de la empresa ahora?

Para nosotros la prioridad es que el fan auténtico tenga las entradas. Hay posibilidades como integrar en el mercado primario la reventa, es decir, hacerlo con transparencia y que si un fan no puede asistir a un concierto por determinadas razones, si la quiere vender, la venda dentro de un mercado que sea transparente, donde el cliente sepa que está comprando una entrada que la ha comprado otro fan y con un precio que él estime que es el más adecuado y que nosotros podemos controlar y que sea justo y de mercado. Lo que queremos es que si hay un proceso, sea transparente.

¿Pero esto ya existe?

A nivel internacional sí, lo tienen implementado y es una posibilidad que es muy interesante porque posibilita que los fans se animen a comprar entradas porque no tendrán ese miedo de no poder asistir. La gente tiene su entrada y si no puede asistir la vende, pero de forma transparente y quien la compra se asegura que es una entrada real con la seguridad de Ticketmaster detrás.

¿Y os planteáis hacerlo en España?

Es una posibilidad. Es una manera de combatir la reventa especulativa y el fraude.

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