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Consumo

El carro de la compra se electrifica

Rolser prepara su primer modelo que funcionará con batería, tras la revitalización de este producto tras la pandemia

El presidente de la empresa Rolser, Joan Server.

Las cerveceras o los fabricantes de chocolate no fueron los únicos que vieron aumentar sus ventas durante los meses del confinamiento. La apuesta de muchos ciudadanos por acudir a pie a los comercios de proximidad y los supermercados de barrio, y la necesidad de realizar compras más voluminosas volvieron a poner de moda un artículo que muchos ya habían olvidado y cuyo uso había quedado reducido a las amas de casa de cierta edad: el carro de la compra.  

"Pasear al perro o llevar un carro era una de las pocas formas de andar tranquilo por la calle", recuerda el presidente ejecutivo y fundador de Rolser, Joan Server. La compañía de Pedreguer -el principal fabricante de este producto en España- vio aumentar su cifra de negocio más de un 30% durante el año pasado, hasta alcanzar los 16,7 millones de euros, y este incremento de ventas le permitió acercarse a nuevos públicos a los que lleva tiempo queriendo conquistar con modelos más modernos y atractivos, o fabricados con tejidos ecológicos. Claro está, sin descuidar a su público tradicional. 

El confinamiento disparó las ventas de la compañía, que cerró 2020 con 16,7 millones de facturación

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Así, entre los lanzamientos que prepara para el próximo año Server destaca un modelo producido completamente con fibras de plásticos reciclados y otro pensado para que las personas mayores puedan utilizarlo como apoyo al caminar. 

Sin embargo, el que probablemente será el lanzamiento estrella de la firma será su primer carro eléctrico, con el que la firma quiere llevar definitivamente este artículo al siglo XXI. Se trata de un proyecto en el que la compañía lleva tiempo trabajando y, de hecho, llegó a presentar un primer prototipo hace un par de años en colaboración con una ONG, aunque no llegó a lanzarse comercialmente. 

Tras retomar la idea, la compañía ha desarrollado un nuevo modelo que espera que vea la luz este próximo año. Será un carro de aspecto muy similar a los normales, según explica Server, pero que incorporará un pequeño motor y una batería para que se desplace solo, sin necesidad de realizar ningún esfuerzo. Eso sí, siempre que el usuario lo sujete, porque uno de los aspectos que la compañía ha tenido que trabajar es que el carro se detenga en cuanto el propietario lo suelte, para evitar incidentes. Igualmente, aunque la velocidad se podrá regular para ajustarla al ritmo de los distintas personas, en ningún caso superará la de un caminar rápido. 

"Hay patinetes, bicicletas y hasta muchos carros para llevar los palos de golf son ya eléctricos. Era una evolución natural", señala el fundador de Rolser, que recuerda que inventaron el carro cuando Spar se implantó en la provincia y les propuso crear algo para que las clientas pudieran llevarse la compra a casa. 

Para desarrollar su carro eléctrico están trabajando codo con codo con una universidad catalana, que se está encargando de toda la parte electrónica. La firma aún tiene varios aspectos por concretar, como el precio final al que saldrá a la venta. Como es lógico, será varias veces superior al de un carro normal, pero el presidente de la firma señala que el objetivo es que, en ningún caso, supere los 300 euros. 

De cara al futuro, el empresario confía en que la nueva tendencia a utilizar más los comercios de proximidad o el regreso al mercado de toda la vida en busca de productos más sanos y naturales siga favoreciendo las ventas de carros para realizar la compra. De hecho, este año, aunque no repetirán las cifras excepcionales de 2020, sí prevén aumentar sus ventas con respecto al nivel previo a la pandemia. Todo apunta a que el carro ha vuelto para quedarse.

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