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Desestacionalización del sector

El turismo mira más allá de agosto

El mes estrella del verano ya es historia pero el sector, que ha mejorado sus previsiones en ese periodo, pone ahora sus ojos en un viejo objetivo, la desestacionalización

Viajeros en Benidorm.

Tras una montaña rusa de previsiones y expectativas que oscilaban al ritmo de los rebrotes de la pandemia y sus consiguientes restricciones para frenar al virus, el sector turístico valenciano ha superado con solvencia su principal prueba de fuego. Pese a quedarse lejos de los números de visitantes extranjeros que recibía la autonomía antes de la crisis sanitaria, el viajero nacional ha respondido y ha llenado en buena medida ese vacío internacional. Salvo en los enclaves muy focalizados al turista británico, los hoteles de la Comunitat Valenciana han reabierto casi al 100%, los restaurantes han llenado sus terrazas y las playas han vuelto a deparar imágenes de aquella vieja y rentable normalidad.

Según los datos de la Secretaría Autonómica de Turisme, los establecimientos de alojamiento del litoral valenciano han cerrado el mes de agosto rozando el 80% de ocupación, 27 puntos por encima de los registros de 2020 y superando ampliamente el 66% que esperaban los propios profesionales a principios de mes. 

Para el secretario autonómico del ramo, Francesc Colomer, los datos demuestran "la fortaleza del sector turístico de la Comunitat y su capacidad de fidelizar a los turistas", y respaldan que la autonomía y el sector han sabido venderse como un "destino seguro", el atributo más demandado esta temporada, logrando que "agosto se comporte como un mes de agosto", según el mandatario.

Pero el verano dura hasta el 21 de septiembre y este año el objetivo es estirarlo al máximo y pelear por una cuota de mercado que apunta a ser más suculenta que nunca, ya que muchos viajeros han optado por postergar sus vacaciones a la espera de una mejoría epidemiológica. Según un informe publicado esta semana por la agencia de viajes online Rumbo.es, las reservas para septiembre y octubre se sitúan un 20% por encima de las del año 2019, y dos de cada tres españoles que han contratado un desplazamiento lo han hecho a un destino nacional.

Una previsión secundada también por Turisme y por el sector hotelero valenciano. Según Colomer, "el verano y agosto no agota el concepto de industria turística que perseguimos, como la sostenibilidad, la estabilidad y la desestacionalización", y destaca que "septiembre arranca con un porcentaje de reservas bastante interesante, teniendo en cuenta el patrón de reserva actual de cada vez reservar más a última hora", por lo que defiende que, "si no hay pasos atrás desde el punto de vista epidemiológico y si los mercados internacionales regresan, tendremos un otoño y un final de año dinámico".

Según las cifras que maneja su departamento de cara a este periodo , las previsiones son ocupar casi el 60% de las camas disponibles, prácticamente duplicando los índices del verano anterior. Por zonas, València saltaría del 25% a casi el 55%, Castelló del 20% al 56% y Alicante, del 30% al 60%. Benidorm, por su parte, también dispara sus expectativas del 30% al 65%. Los datos evidencian el optimismo que por fin ha llegado al sector, pero no recogen una de las mejores noticias que ha recibido el turismo valenciano en el último año y medio y que de consumarse mejoraría sensiblemente estas expectativas.

Esta semana los medios británicos anunciaron que el Gobierno de Reino Unido está estudiando seriamente la posibilidad de acabar con el semáforo que regula las restricciones a los viajes de sus nacionales. Un sistema que ha desincentivado los desplazamientos del mayor mercado emisor de turistas de la Comunitat y que podría llegar a su fin en octubre.

Según las informaciones, España pasaría a ser considerada zona verde, de riesgo bajo, y se suprimirían prácticamente todas las restricciones. El presidente de la patronal hotelera valenciana Hosbec, Toni Mayor, lo tiene claro: "Si se confirma, estamos salvados. Más rápido o más lento, pero llegaríamos a cifras de 2019 para este invierno". Según el máximo responsable de los hoteleros, la ocupación en la Costa Blanca se dispararía hasta el 85%.

La última pata que falta para amarrar esa necesaria desestacionalización turística es el Imserso. El programa sigue a la espera de ser adjudicado después de que sus bases fueran recurridas por Hosbec, que critica que el Gobierno no ha negociado con el sector la "necesaria" actualización de precios. Pese al retraso, desde el Imserso insisten en que llegará a tiempo de arrancar en octubre.

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