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Crisis del coronavirus

Simón Pedro Barceló (Grupo Barceló): "El turismo español seguirá sufriendo una crisis profunda este verano"

El copresidente de Grupo Barceló asegura que circunstancias como el macrobrote de Mallorca "no ayudan" a la recuperación del sector

Simón Pedro Barceló, copresidente de Grupo Barceló, en su despacho en Palma

El copresidente del Grupo Barceló, Simón Pedro Barceló Vadell (Palma, 1966), no deja casi nada en el tintero en este segundo verano pandémico de 2021. La compañía llega a su 90 aniversario, tras dejar atrás el peor año de su historia y de la del turismo.

El alto ejecutivo de la segunda cadena hotelera en España -la pionera en incursionar en el Caribe y en EEUU y gestora de referencia en el norte de África- y Ávoris, su división de viajes, ve el vaso "medio lleno". El único turista que no le gusta al mallorquín es "el que no viene".

-¿Está de acuerdo con que España se blinde ahora, con test, ante el turismo británico?

-Cuando hemos querido correr más de lo recomendable o sin las suficientes garantías sanitarias hemos dado pasos atrás, en España el verano y otoño pasado y en otros países europeos en invierno. Por lo tanto, ese es el orden, seguridad sanitaria en los orígenes y los destinos. Será la única forma de recuperar la actividad turística a los niveles en que la conocíamos antes de que esto empezara.

-¿Otras autonomías pasarán al semáforo verde, como Balears?

-No tengo una bola de cristal. Yo esperaba una crisis sanitaria mucho más larga. El verano pasado no confiaba en que íbamos a tener una vacuna tan rápido y preparé a la empresa para aguantar cuatro o cinco años. Estamos abocados a una crisis como máximo dos años. Nos gustaría haber corrido más con la vacunación en Europa. Pero si nos situamos al principio de la pandemia, la valoración tiene que ser mucho más de vaso medio lleno que no medio vacío.

-¿Habrá turismo británico este verano en España?

-Sin duda por la situación sanitaria en Reino Unido y en España ese mercado va a estar poco presente y el turismo español seguirá sufriendo una crisis económica profunda, que esperamos, a medida que pasen los meses, se vaya superando.

-¿Podía salir peor el inicio de temporada, con el macrobrote por los viajes de fin de curso en Baleares?

-El sector turístico en general y yo en particular desde el principio de la pandemia planteamos al Gobierno de España y el de la comunidad balear que no había otra solución que test masivos y rastreo y nos hemos empeñado en convivir sin ellos. Lo que está ocurriendo ahora no es más que un ejemplo de la falta de actuación contundente en test masivos y rastreo.

-¿Se puede llevar por delante la recuperación en Mallorca?

-Va a ser un mal año turístico y circunstancias como esta no ayudan. Para cualquier destino vacacional de temporada y dependiente del turismo internacional, como Baleares, va a ser dramático.

-Fue consejero de Aena, ¿cómo la ve frente a la crisis?

-Las cosas siempre se pueden hacer mejor y desde luego Aena también. El verano pasado hice un viaje a Madeira y a los pocos días unos representantes del sector estuvimos reunidos con la presidenta de Baleares y se lo trasladé. Las cosas se pueden hacer mejor en las islas, como en otros lugares en Europa, y en otros aeropuertos. Cuando se puede copiar habría que hacerlo.

-¿Pedro Sánchez está a la altura?

-La primera fase de reacción fue positiva para asegurar la financiación de las empresas (ICO, ertes) y se ha ido ampliando. No ha habido, por contra, atención específica para el sector turístico. Es justo reclamar un compromiso muchísimo mayor.

-¿Cuándo podremos viajar para ser felices (campaña de Barceló) y recuperar cuentas de resultados?

-[Ríe] No lo sé. Apostaría por la recuperación de la actividad en 2023 o 2024. La rentabilidad tardará más por un desequilibrio entre la oferta y la demanda. El consumo turístico será inferior. Y como la capacidad de alojamiento no desaparece va a provocar que la actividad económica en los destinos sea menos rentable.

-¿Hacía dónde irá el turismo?

-Se recuperará y seguirá su evolución creciente. Pero probablemente no sea igual y Asia crezca más que América y esta más que Europa. Lo que debemos pensar los españoles es si queremos participar del sector de cara al futuro con la misma cuota. Hay muchos destinos de sol y playa que no deberían seguir creciendo en capacidad. Todo lo no tradicional sigue con muchas posibilidades y España lo tiene todo para seguir siendo una historia de éxito.

-¿Por qué depende de los españoles?

-Somos quienes elegimos a los gobernantes y ellos son los que impulsan o no el crecimiento turístico. El Ayuntamiento de Barcelona acaba de incrementar su tasa turística, claramente un mensaje de que no queremos tanto turismo allí. En ese caso hacen muy bien en elegir a los que no apuestan por él.

-¿Hace falta control en el camino hacia la calidad?

-Ante ese debate he repetido muchas veces que el único turista que no me gusta es el que no viene. Deberíamos ser capaces de corregir las actuaciones incívicas sin denostar la actividad.

-Barceló cerró 2020 con 99 millones de pérdidas y una liquidez de 1.000 millones. ¿Saldrán más fuertes?

-Hemos llegado a esta crisis en mejores condiciones, eso no quita un ápice de gravedad a la situación. Tengo muchísima confianza en que vamos a llegar al centenario mejor que nunca.

-En la anterior crisis sustituyeron expansión por renovación hotelera. ¿Su hoja de ruta para capear esta y seguir como empresa familiar?

-Somos una empresa familiar en tercera generación y nos gustaría seguir. Hemos ido más rápido que nuestros competidores y fortalecido nuestra posición. Pretendemos seguir así, pero no formo parte de la cuarta generación y ellos decidirán lo que quieran.

-¿Una crisis de este calibre amaina o alienta las diferencias sobre la gestión entre los once accionistas de la saga Barceló?

-En nuestra caso las ha amainado, hay menos porcentaje de voto crítico. Comprenden la dificultad del momento.

-¿Habrá reparto de dividendos?

-En 2020 no hubo, en la última junta general se ha decidido lo mismo y en 2021 seguiremos estando igual, lo más probable es que en 2022 tampoco haya.

-¿Cómo son sus relaciones con el resto de líderes hoteleros? No suele coincidir en actos con los Riu, Fluxá o Escarrer.

-Buenas con todos, lo han sido tradicionalmente. La mejor relación históricamente y que se mantiene es con la familia Riu, la tenían mi tío y mi padre con el padre de Luis y de Carmen y yo la tengo con ellos. No tengo ningún problema con los Escarrer ni con los Fluxá, aunque en este último caso estamos en plena crisis por lo ocurrido con Ávoris y W2M (división de viajes de Iberostar). [Desde Ávoris se comunicó vía burofax a un grupo de extrabajadores de la cúpula directiva, que ahora forman parte de W2M, de la apertura de una investigación por presunta competencia desleal].

-¿Acabarán en los juzgados o ya negocian la paz?

-La competencia nos hace mejores, pero ante hechos potencialmente ilícitos estamos en el proceso de investigación, según la conclusión tomaremos decisiones. Espero que sea solo una pequeña anécdota en la historia de buena relación con la familia Fluxá.

-¿La viabilidad de Ávoris (1.500 puntos de venta y diversidad de marcas) está asegurada con el rescate de 320 millones?

-Cuando se dice rescate parece que es ayuda a fondo perdido. Es financiación garantizada por la propia Ávoris y al 50% por Globalia y otro 50% por Barceló. El compromiso de Barceló con Ávoris y la devolución de esa financiación es total y absoluta. La crisis en la actividad de viajes, más con una compañía aérea, por pequeña que sea, implica pérdidas millonarias todos los meses. Los 320 millones van a ser más que suficientes para meternos en la recuperación a partir de 2022.

-Fue presidente de Exceltur, pero ya no forma parte del lobby que lidera Gabriel Escarrer. ¿Hay rivalidad?

-No. Lo dejé mucho antes. Con su hermano Sebastián participé en su constitución, la representación del sector no era la adecuada. Pasados los años estoy convencido del compromiso de la CEOE con el turismo, con Antonio Garamendi y la incorporación de Inma Benito. No hay más que esa visión de que había que volver a la CEOE.

-Siempre hay desunión en el sector.

-Es fruto del pasado. Prefería no poner nombres, pero los puedo poner.

-Mejor póngalos.

-[Ríe] La representación estuvo demasiados años en manos de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán. No eran los mejores empresarios, como se demostró. Posteriormente el máximo responsable del Consejo de Turismo de la CEOE fue Joan Gaspar, tampoco el mejor ejemplo, y ahora Jorge Marichal, condenado por delito fiscal. No tenemos suerte, o no lo hacemos bien a la hora de elegir representantes.

-Marichal ha sido ratificado al frente de la patronal CEHAT.

-Ahora nos tocaría pedir el indulto.

-La crispación política ha salpicado a Garamendi . ¿Los indultos traerán estabilidad?

-No voy hacer otra cosa que apoyar implícita y explícitamente al presidente de la CEOE.

-Está de acuerdo con los indultos.

-No. Como dijo Felipe González en 'El Hormiguero', de esta forma no.

-¿De qué manera sí?

-A lo mejor Felipe González hace unas próximas declaraciones y me apunto también [ríe].

-¿Alguno de sus amigos políticos está en prisión o con causa abierta por corrupción?

-No, que yo sepa. Ángel Acebes, mi mejor amigo, estaba en el caso de Bankia y BFA. Se demostró que la imputación había sido basada en una falsedad.

-¿Con qué PP se sentiría más cómodo, el de Casado, Ayuso o Feijóo?

-Es el mismo, solo hay uno con sensibilidades diversas. Siempre ha sido así en el PSOE y en el PP.

-¿Cómo ve al Govern catalán?

-He tenido la ocasión de conocer a Gabriel Rufián y al presidente Aragonès. De Rufián no tenía ni idea de que era aficionado al fútbol, del Español. Nos pusimos de acuerdo en que con el Mallorca tenía que subir a Primera. Y de Aragonès no sabía que su familia es de hoteleros. Con todas las personas tenemos cosas en común. Cuando se está al frente de la Generalitat se tiene la obligación de trabajar para todos, con independencia de la ideología y del modelo que uno quiere. Espero que el presidente Aragonès lo haga, también para los hoteleros de Cataluña.

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