Trump tira del naval de la UE para dominar el Ártico
EE UU prevé la construcción de 11 buques rompehielos para su Guardia Costera en un proyecto que supera los 5.200 millones de euros. Los seis primeros serán fabricados entre los astilleros Bollinger, de EE UU, y Rauma, de Finlandia.

Recreación del proyecto «Arctic Security Cutter». / Bollinger

Donald Trump se ha mostrado implacable en sus decisiones comerciales. La guerra arancelaria lanzada desde que es presidente de EE UU tiene nuevos capítulos casi cada semana, afectando a prácticamente todos los sectores de medio mundo. La Unión Europea o Canadá fueron —entre otros— sus objetivos desde el comienzo de su mandato, pero el empresario tampoco tiene problema en recoger cable si es necesario o tirar de ellos para llevar adelante sus planes. Y un ejemplo claro se dio esta misma semana. En un encuentro en la Casa Blanca con Alexander Stubb, presidente finlandés, Trump anunció que los astilleros Bollinger, de EE UU, y Rauma, de Finlandia, se encargarán de la construcción de seis nuevos buques rompehielos. El inicio de un programa valorado en 6.100 millones de dólares (más de 5.200 millones de euros al cambio actual) para dotarse de un total de 11 grandes buques con los que dominar el Ártico.
Como dijeron en su momento Trump y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, EE UU debe reconstruir su capacidad polar, fortaleciendo la base industrial y asegurando la presencia estadounidense a largo plazo en el Ártico, un enclave crítico por el que también pelea la propia UE, pero sobre todo Noruega, Rusia o China.
En el mismo encuentro en el que sugirió que la OTAN debería expulsar a España por no llegar al 5% del gasto en Defensa, el polémico mandatario confirmó que una alianza internacional liderada por Bollinger Shipyards construirá esos seis buques de tipo Arctic Security Cutters (ASC) para la U.S. Coast Guard. Se trata de unidades con capacidad para romper hielo de 1,2 metros, recorrer 12.000 millas náuticas y operar durante más de 60 días.
La alianza, que ya fue anunciada hace meses como candidata a este importante proyecto, incluye a Rauma Marine Constructions y a la ingeniería naval Aker Arctic, también finlandesa. Ambas forman parte de Sea Europe, la patronal comunitaria de esta industria en la que figura como miembro la Asociación Clúster del Naval Gallego (Aclunaga). Junto a esas tres empresas, en la construcción de los rompehielos también participará la canadiense Seaspan, líder en su país en diseño y construcción de buques de la clase polar.
El plan pasa porque las tres primeras embarcaciones sean construidas simultáneamente por Rauma en Finlandia y Bollinger en suelo norteamericano, que asumirá la dirección completa del programa para la construcción en EE UU y su mantenimiento a largo plazo. La producción de los tres restantes se realizará al completo en Estados Unidos. Tienen un plazo de 36 meses para la construcción de esas tres primeras unidades.
Según el presidente y director ejecutivo de Bollinger Shipyards, Ben Bordelon, la asignación «es un testimonio del liderazgo del presidente Trump y su histórica inversión en la base industrial marítima de Estados Unidos». «Agradecemos la confianza que el presidente Trump ha depositado en los hábiles hombres y mujeres de Bollinger Shipyards y estamos listos para comenzar la construcción de estos cruciales buques desde el primer día. El Arctic Security Cutter permitirá a EE UU proyectar rápidamente su poderío, imponer su soberanía y reafirmar su dominio en el Ártico», añadió.
Y es que este gigantesco plan naval a ambos lados del Atlántico nace para que el país norteamericano no se quede atrás en una pelea por el Ártico en la que Rusia, con sus numerosos rompehielos (incluidas unidades con propulsión nuclear), parte con ventaja. Todo ello a medida que el deshielo da lugar a dos cuestiones clave: por un lado, porque se abren nuevas rutas de navegación; por otro, porque desvelará el acceso a minerales críticos. «Necesitamos urgentemente estos barcos», dijo Trump en el acto de la Casa Blanca.
De hecho, el proyecto surge del ICE Pact, un acuerdo trilateral entre Estados Unidos, Canadá y Finlandia firmado en julio de 2024, que se estableció para acelerar la producción de rompehielos en respuesta al aumento de las actividades rusas y chinas en las regiones árticas.
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