Los extranjeros que solicitan trabajar en Galicia se triplican en cinco años
El Gobierno aprobó el 86% de las 4.200 solicitudes que recibió hasta junio, con Colombia, Perú y Marruecos a la cabeza
Ellos, construcción (731); ellas, empleo doméstico (543)

Trabajadores de la construcción extranjeros en una obra de Vigo. / Alba Villar
El catálogo de ocupaciones de difícil cobertura es una de las herramientas del Gobierno que sobre el papel combate la falta de mano de obra que padecen numerosos sectores tradicionales. Carpinteros, instaladores electricistas, caldereteros, operadores de grúa o marineros son algunos de los oficios que aparecen en el listado, que prácticamente no se ha tocado en estos últimos años pese a la presión de algunas patronales —como la del metal, en el caso de Galicia— y que permite a los empresarios tramitar directamente la autorización de residencia y trabajo para un extranjero sin tener que justificar que no hay candidatos nacionales disponibles. Aunque el registro ha permanecido en stand by, esto no ha impedido que el número de solicitudes de empleo tramitadas por personas que residen fuera de la Unión Europea se haya disparado este lustro, superando las 4.200 hasta junio con Colombia (953), Perú (796) y Marruecos (461) a la cabeza. Del total, casi el triple que las poco más de 1.500 registradas en el primer semestre de 2020, el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha autorizado el 86%. El grueso cursa ocupaciones elementales —que no requieren conocimientos ni experiencia mínimos— o son artesanos y profesionales cualificados de la industria manufacturera y la construcción. Son 2.400 personas entre ambos grupos, más de la mitad.
Se trata, en definitiva, de puestos que aquí nadie quiere o al menos cada vez menos gente parece estar dispuesta a aceptar, tanto por el perfil que se demanda como por sus condiciones. La mayor parte de los foráneos que buscan una nueva oportunidad en la comunidad gallega nacieron en Latinoamérica —alrededor de 3.000, siete de cada 10— y son muchas menos las mujeres en comparación con los hombres que deciden apostar por el cambio —que suponen dos tercios del conjunto migrante—.
En cuanto a la clase de autorización que solicitan, prevalecen dos: el permiso de residencia temporal y trabajo por cuenta ajena (2.299) y el relativo al arraigo u otras circunstancias excepcionales (1.552). Solo en la última década se han cursado más de 20.000 solicitudes de extranjeros dispuestos a trabajar en Galicia, contribuyendo de forma importante a salvar el empleo y blindar su crecimiento.
¿Y cómo es su perfil? Difiere con creces según a qué sector se le pregunte. En la construcción —que se sitúa como la primera actividad que más profesionales del exterior atrajo el primer semestre, un total de 730—, el 97% son hombres y de ellos tres de cada cuatro tienen menos de 45 años. Son sobre todo peruanos y colombianos. Mucho más jóvenes son aquellos que quieren trabajar en la hostelería gallega —casi 490, la mayoría por debajo de los 35 años— y aquellos que se lanzan a la agricultura (234) y la pesca (226). En el caso de la primera actividad, la mayor parte de los candidatos son africanos, con Marruecos y Senegal como países con mayor representación. Respecto a la segunda, son los indonesios (129) quienes concentran el grueso de las peticiones. Cambian mucho las cosas en el empleo doméstico (543 solicitudes), donde ellas predominan por goleada (511) y prácticamente todas proceden de países sudamericanos.
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