Defensa
Los planes de Indra para su fábrica de vehículos blindados de Gijón: 43 millones de euros, una pista de pruebas, oficinas...
La multinacional de defensa modificará a fondo la instalación gijonesa con reformas de terreno, nueva maquinaria y oficinas para la dirección y administración

Estos son los planes de Indra para su fábrica de vehículos blindados: 43 millones de euros, una pista de pruebas, oficinas... / LNE
Xuan Fernández
La multinacional tecnológica española Indra, con ambiciosos planes en Asturias para la industria de defensa, ultima ya una profunda reestructuración en El Tallerón (Gijón), el espacio que ha adquirido a Duro Felguera para ubicar una fábrica de vehículos blindados que ejerza como gran baluarte de Indra Land Vehicles, la nueva división de sistemas terrestres de la compañía presidida por Ángel Escribano. Este se reunirá el próximo martes en Oviedo con el presidente del Principado, Adrián Barbón, y con empresarios asturianos en la Cámara de Comercio ovetense, para hablar de los planes de la multinacional.
Indra aspira a levantar una innovadora factoría que sea referencia en el sector militar europeo. Además, El Tallerón será la sede de Indra en Asturias, por lo que también albergará su centro de sistemas de tráfico aéreo, que actualmente se ubica en el Parque Tecnológico de Gijón.
La empresa de defensa maneja una propuesta concreta para este anteproyecto, al que ha accedido La Nueva España. La inversión, sumando las obras en la infraestructura existente y las nuevas adquisiciones, supera los 43 millones de euros. Indra se hizo con El Tallerón por 3,65 millones, por lo que el desembolso inicial total de la compañía en Asturias se acerca a los 50 millones.
La propuesta que está perfilando Indra se divide en dos partes diferenciadas. Por un lado figuran los trabajos que se realizarán en la infraestructura ya existente en la instalación gijonesa, que necesita adecuarse a la nueva función que tendrá la factoría: la construcción de vehículos militares para la industria de defensa. Por otro, destaca la necesaria adquisición de nuevas máquinas y equipos de los que no dispone El Tallerón, que con Duro Felguera era un nave especializada en calderería pesada. La mayoría de las instalaciones, así como la maquinaria, necesitan profundas reparaciones para adaptarse a esta nueva etapa, según la compañía.
Una pista de pruebas con salida al mar
Indra plantea habilitar en el exterior del solar, que tiene 76.000 metros cuadrados, una pista donde puedan realizar pruebas los vehículos que salgan de El Tallerón. Esa es una de las grandes novedades de este proyecto. La pista se ubicaría pegada a las naves, al final de todo el recinto y con salida directa al mar, y sería un lugar clave en este nuevo espacio de cara a las máquinas que Indra fabrique en la región.
Esa pista de pruebas estaría orientada en esencia a los sistemas más pequeños. Posteriormente, los vehículos tendrían que realizar más ensayos en otro terreno ya más amplio, ajeno a El Tallerón. También habrá un gran aparcamiento y unos espacios para los vestuarios.
En paralelo, la compañía también prevé reparar varias soleras industriales, que están diseñadas para soportar cargas pesadas, resistir el desgaste y proporcionar una superficie adecuada para los vehículos, la maquinaria y los equipos. También se prevén inversiones en pintura de estructuras, monitorización de portones y movilidad, así como alumbrado, electricidad y ventilación. La compañía también reserva una importante partida para inversión contra incendios, así como para cerramientos, seguridad y controles de acceso.
Las oficinas, donde se ubicará la dirección de la planta y el personal administrativo, son otro punto esencial del proyecto, con inversiones a todos los niveles: en suelos, techos, electricidad, alumbrado, telecomunicaciones, mejoras en el confort, eficiencia energética, ventilación, climatización... Todas estas inversiones para adecuar la infraestructura ya existente ascienden a 23,2 millones de euros.
La segunda parte del anteproyecto tiene que ver con las inversiones para adquirir nuevas capacidades industriales. En este apartado se prevé un desembolso de 20 millones de euros. Habrá un importante gasto para integrar a los nuevos vehículos y en una línea de mantenimiento y "retrofit". Esto último es un proceso industrial que se basa en el "rediseño" de un vehículo, que puede volver a la fábrica después de estar varios años funcionando. La factoría realiza lo que se conoce en el sector como una "remodernización", que consiste en desmontar la máquina entera y volver a ensamblarla, lo que aporta una gran carga de trabajo.
Otras inversiones en nuevas máquinas irán destinadas a la adquisición de medios de fabricación específicos, sistemas de corte de chapa de acero, herramientas para mecanizado, automatización de operaciones de soldadura y también de control de calidad de estructuras soldadas. A su vez, Indra también habilitará inversiones en instalaciones industriales de uso general, entre las que se encuentran nuevas cabinas de pintura, así como una nueva instalación de granallado, que es un proceso mecánico para endurecer superficies metálicas.
El Tallerón tiene de momento 156 operarios procedentes de Duro Felguera, que ya han empezado a formarse para sus nuevas labores. A su vez, Indra ya ha comenzado a contratar a ingenieros para la nueva factoría de Gijón.
La empresa recurre a Goldman Sachs y Morgan Stanley para valorar la compra de Escribano
Indra ha contratado al gigante financiero Goldman Sachs para que asesore al presidente de la compañía, Ángel Escribano, y a su hermano Javier, miembro del consejo de administración, en la valoración de la compra de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), la empresa de ingeniería de defensa desarrollada por ambos hermanos y actualmente presidida por Javier. Por su parte, los consejeros independientes de la cúpula de Indra, varios de los cuales se oponen a la adquisición por considerar que se trata de un conficto de intereses, han contratado los servicios de otra potente firma, Morgan Stanley, para analizar la operación y lograr una posición común, según informó "El Confidencial". Debido a la polémica y a la dimisión de tres consejeros, Indra creó una comisión específica para estudiar el conflicto. El órgano está compuesto por cuatro consejeros independientes: dos antiguos –Belén Amatriaín y Bernardo Villazán– y dos nuevos, Oriol Pinya y Eva María Fernández. En este contexto, según "El Economista", la participación de EM&E en el accionariado de Indra tras la potencial compra se quedaría por debajo del 28% que posee el Estado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
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