Jóvenes y mayores de 65 años sufren el alza de los accidentes laborales en Galicia

La falta de formación y el envejecimiento empujan la siniestralidad

Construcción, pesca y transporte encabezan la mortalidad

Un tercio de los puestos carecía de evaluación

Sanitarios y agentes policiales en una obra en Cangas tras un reciente accidente laboral.

Sanitarios y agentes policiales en una obra en Cangas tras un reciente accidente laboral. / Santos Álvarez

Julio Pérez

Julio Pérez

Vigo

El Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral (Issga) acaba de publicar un manual para mejorar la coordinación interna en el naval, donde habitualmente se entrecruzan trabajadores propios de los astilleros con operarios de otras firmas a las que se externaliza parte de las tareas. Recopila una serie de «conceptos clave» con el objetivo de «facilitar la comprensión» de todos los procedimientos seguidos en cada fase de la fabricación de un barco «para que las empresas involucradas cuenten con los medios adecuados para proteger a su personal empleado y mantener las condiciones óptimas de seguridad y salud laboral en sus instalaciones». Su difusión en los talleres y naves de producción fue uno de los acuerdos de la mesa técnica del naval, reabierta el 25 de octubre de 2023 tras más de diez años sin reuniones. ¿El motivo? Los dos accidentes mortales del 24 de noviembre de 2022 en Cardama y el 20 de septiembre en Armón. El Issga investigó a fondo 76 siniestros vinculados a astilleros y las conclusiones fueron muy claras: el 61% ocurrió en subcontratas y a la cabeza de las causas están los métodos de trabajo inadecuados y la falta de formación.

Las carencias en la preparación de los trabajadores transcienden al sector naval. Los sindicatos denuncian insistentemente que se ha bajado la guardia. Y las estadísticas lo acreditan. A lo largo del pasado año en Galicia hubo 32.349 accidentes laborales con baja durante la jornada o in itínere y, aunque los siniestros mermaron el 1% (en 2023, cuando se notificaron 32.695), los graves subieron por encima del 5% (479) y perdieron la vida 67 personas, 4 más que el ejercicio anterior. Ese leve descenso en el total de accidentes esconde una evolución muy diferente por edades. Entre los jóvenes, donde se nota más el agujero de la formación, y los mayores de 65 años, con más limitaciones físicas y en riesgo de descualificación, sí crecieron. Y con contundencia.

Por edades

Los siniestros entre los trabajadores de 18 y 19 años en la comunidad ascendieron a 276 en 2024, un 15,5% más que el ejercicio anterior, según el nuevo balance del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Entre los de 20 a los 24 años aumentaron el 7,3%, hasta los 1.818; y el 2% en los de 25 a 29 años (2.347). La siniestralidad se contuvo en el resto de franjas de edad, salvo en la de 65 años en adelante, un colectivo cada vez más numeroso en el mercado laboral: 261 accidentes, el 19,2% por encima de 2023.

Aunque los datos globales ya se conocían desde hace meses, el informe del departamento liderado por Yolanda Díaz permite saber ahora cuáles fueron los sectores con más víctimas mortales. En pleno bum del ladrillo, la construcción figura en primera lugar con 15 fallecidos (8 en edificación y 7 en actividades de construcción especializada). Le sigue la pesca y la acuicultura, con 8 muertos, en otro año fatídico con el naufragio del Argos Georgia a unas 190 millas náuticas al este de Stanley, en Malvinas. En transporte terrestre perdieron la vida 8 trabajadores en Galicia el año pasado.

Resto de sectores

En silvicultura y explotación forestal, una actividad sobre la que la Xunta llama la atención por la tendencia al alza, fueron 5; otros 5 en comercio mayorista. Con dos fallecidos aparecen la industria química, el naval, comercio minorista, servicios de alojamiento, administración pública y sanidad. Hubo un fallecido en agricultura y ganadería, otras industrias extractivas, industria alimentaria, madera, fabricación de productos metálicos, fabricación de maquinaria y equipo, reparación e instalación de maquinaria, almacenamiento y logística, bares y restaurantes, finanzas, servicios de arquitectura e ingeniería, ETTs y otros servicios personales.

Se contabilizaron cerca de 1.200 recaídas de accidentes con baja. La inmensa mayoría de los siniestros, 21.748, afectaron a empleados con contrato indefinido. Alrededor de 2.800 llevaban menos de un mes en el puesto y 2.700 entre un mes y dos, aunque algo más de un tercio de los siniestros se concentran a partir del año de antigüedad. El 36% carecía de evaluación de riesgos.

La principal forma o contacto que produjo la lesión es el golpe contra un objeto mientras el trabajador estaba en movimiento con 8.100 casos. Sube la incidencia del contacto con agentes punzantes (3.415); los atrapamientos, aplastamientos y amputaciones (1.763); y los infartos, derrames cerebrales y otras causas estrictamente naturales (109), responsables del mayor número de víctimas mortales (26).

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