Imparato anticipa posibles cierres en Stellantis por las multas a las emisiones y el coste energético

Cifra las sanciones en 2.500 millones a pagar «en dos o tres años»

Imparato, durante su intervención en las jornadas organizadas por Forza Italia.

Imparato, durante su intervención en las jornadas organizadas por Forza Italia. / Mauro Scrobogne

Vigo

La plana mayor del motor gallego escuchó atentamente el pasado mes de mayo la intervención del nuevo director de Stellantis Vigo, José Luis Alonso Mosquera, durante su primera asamblea general del Clúster de Automoción y Movilidad de Galicia (Ceaga). «Colectivamente, consolidando un modelo colaborativo de referencia en el sector, hemos superado otras dificultades y amenazas», dijo para motivar al personal sobre los retos a encarar ahora —entre ellos la fuerte presión que ejercen los fabricantes chinos o la excesiva regulación de Bruselas en torno a los modelos eléctricos—. Y llamó a seguir manteniendo vivo el «polo de excelencia» configurado en la comunidad autónoma, «cuestionando todos los gastos y aprovechando cualquier oportunidad de mejora». La competitividad y la eficiencia son los dos pilares que sostienen al grupo automovilístico que preside John Elkann, que solo unos días antes de las palabras del patrón de Balaídos avisaba de cierres de plantas de aquí a tres años si no cesa el «declive» de la industria. La sobredimensión es patente y así lo recalcó el ítalo-americano, afirmando que el mercado «lleva cinco años cayendo».

Anticipó «decisiones dolorosas». La misma amenaza sobre la que esta semana se volvió a pronunciar la multinacional; esta vez en boca de su máximo responsable para la región Europa Ampliada, Jean-Philippe Imparato. Desde Italia, volvió a aludir a la preocupante situación que se cierne, que a sus ojos está acelerando: «Estamos a pocos meses de una crisis que pocos pueden percibir». Condicionó también la temida clausura de factorías dentro del conglomerado al elevado coste de la energía y a las importantes sanciones que impondrán los Veintisiete a todas aquellas compañías cuyos vehículos superen los límites de emisiones de CO2 establecidos.

«En Francia pagamos 65 euros por MWh, en España 80»

«El riesgo es tener que pagar hasta 2.500 millones de euros en sanciones en dos o tres años», advirtió el exCEO de Alfa Romeo. «Si algo no cambia significativamente, nos veremos obligados a tomar decisiones drásticas, como el cierre de fábricas», añadió, en una clara crítica hacia las políticas de Bruselas. Se mostró disconforme además con el encarecimiento de los precios energéticos en algunos países del bloque comunitario y pidió corregirlo. «En Francia pagamos 65 euros por MWh, en España 80, mientras que en Italia supera los 180 euros. ¿Por qué no actuamos como Unión Europea para reducir estos costes?», se preguntó.

Sobre esta última cuestión advertía también hace menos de dos meses Mosquera desde Vigo, con el objetivo de que la planta olívica de Stellantis siga siendo la más productiva y eficiente del grupo. Como prioridad, además de insistir en la flexibilidad para «evitar posibles variaciones de demanda» y en la optimización, «cuestionando todos los gastos y aprovechando cualquier oportunidad de mejora», hizo hincapié en «el acceso a energía barata, renovable y garantizada», desarrollando marcos legislativos que blinden su suministro. «No es la primera vez que luchamos por nuestra supervivencia, ni será probablemente la última», dijo el patrón de Balaídos como punto final a su discurso.

El grupo pierde terrno en EE UU: las ventas se hunden un 10% en el segundo trimestre

Las ventas de Stellantis en Estados Unidos cayeron un 10 % en el segundo trimestre del año, en un contexto de recuperación generalizada del sector en el país americano. Aunque las marcas Ram y Jeep registraron subidas —un 5% y un 1% respectivamente—, el grupo no logró evitar el descenso global, lastrado por los retrocesos de Chrysler, Dodge y Alfa Romeo. La falta de nuevos modelos en estas divisiones continúa pesando para mal sobre el rendimiento del conglomerado en el mayor mercado automotor del planeta. La situación contrasta con la evolución de sus principales competidores: General Motors, Ford, Toyota y Hyundai. Todos aprovecharon un impulso de la demanda en primavera, motivado en parte por la carrera de los consumidores por adelantar compras ante el temor a nuevos aranceles promovidos por el expresidente Donald Trump. Stellantis, en cambio, continúa tratando de recuperar terreno tras cuatro años consecutivos de caída de ventas en EE UU durante la gestión de Carlos Tavares, marcada por precios altos, subidas de tipos de interés y una gama de producto cada vez más limitada.

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