Naturgy podrá almacenar lo que consumen 1.400 hogares al año con su bombeo de Crecente

La compañía amplía a Transición Ecológica los detalles del proyecto, que se construirá durante 5 años y tiene 459 millones de inversión

Embalse de Frieira, en Crecente, que se utilizará para el bombeo de Filgueira.

Embalse de Frieira, en Crecente, que se utilizará para el bombeo de Filgueira. / Google Street View

Julio Pérez

Julio Pérez

Vigo

La futura central de bombeo Filgueira, en el concello pontevedrés de Crecente, tardará aproximadamente tres minutos en cambiar su función de hidroeléctrica convencional, como inyección de energía moviendo las turbinas con la caída del agua en el embalse, por la de una gran despensa, aprovechando la producción sobrante de la eólica y la fotovoltaica en momentos de bajo consumo en los hogares e industrias para llenar de nuevo su depósito superior y estar lista para cuando la demanda repunte y se necesite otra vez su generación. Tiene una potencia de 488,77 megavatios (MW) y músculo suficiente para reservar hasta 4,85 gigavatios hora (GWh) de excedentes de otras renovables, el equivalente al gasto eléctrico de 1.400 hogares en todo un año. Podrá estar 10,24 horas de funcionamiento en modo bombeo y 8 horas en modo turbinación.

«La capacidad de almacenamiento de Figueira estaría considerada de larga duración», señala su promotora, Naturgy, en un momento clave para este tipo de tecnologías por el papel de estabilizadoras del sistema eléctrico tras el histórico apagón del pasado 28 de abril. Aunque ya avanzó el pasado enero su intención de desarrollar esta nueva central de bombeo con una inversión superior a los 459 millones de euros, la compañía acaba de remitir al Ministerio de Transición Ecológica un proyecto más detallado en el que incluye «la información adicional» requerida por la Subdirección General de Evaluación Ambiental antes de llevar a cabo el estudio de impacto ambiental.

El bombeo en Galicia

Recuerda la fuerte apuesta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2030 por estas gigabaterías. «A nivel gallego, la hidráulica de bombeo se alinea perfectamente con las metas de aumentar la cuota de energías limpias en la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles», señala Naturgy. «Galicia, con su geografía montañosa y una abundancia de recursos hídricos —continúa en la documentación enviada—, se encuentra en una posición privilegiada para la aplicación de esta tecnología, que aprovecha la topografía del terreno y el flujo de agua para almacenar energía y gestionarla de manera eficiente».

El sistema utilizará el embalse actual de Frieira, también en Crecente, como depósito inferior para minimizar el impacto de las obras. El superior sí será de nueva construcción. Estará a la derecha y el volumen máximo de agua alcanzará los 2,752 hectómetros cúbicos. Ambos se comunicarán en profundidad mediante un túnel y una central reversible también subterránea.

Alternativas elegidas

De entre todas las alternativas que se barajaron para la balsa, la elegida por Naturgy tiene una superficie de 115.575 metros cuadrados, «un 93% con valores bajos o muy bajos de restricción o fragilidad ambiental, mientras que la capacidad de acogida media representa algo menos del 7%». Es una plantación de pinar sin vegetación natural autóctona «a excepción de una pequeña mancha de frondosas al sur de la parcela». Naturgy asegura que no se tocan elementos contemplados en el Catálogo de patrimonio cultural de la Xunta ni tampoco ríos o regatos incluidos en la red hidrográfica de la Confederación Hidrográfico Miño-Sil.

Para la evacuación, la promotora opta por una línea eléctrica 12,8 kilómetros de longitud que discurre en la mayoría del trazado (57%) por «zonas con valores bajos o muy bajos de restricción o fragilidad ambiental» y un 43% «en terrenos de fragilidad media, mientras que el cruce con terrenos con fragilidad alta representa el 0,7% del total de su longitud». El cronograma de las obras apunta como «ruta crítica» la construcción de la caverna de transformadores y el montaje de los equipos de la central. El objetivo es reducir «en lo posible» el tiempo de los trabajos «para que la central entre en servicio lo antes posible». Se estima que duren 62 meses, algo más de 5 años.

La nueva central se coordinará con la operación de la presa de Frieira «en lo relativo al aseguramiento del caudal ecológico y de unas variaciones admisibles en el nivel del río Miño, tanto aguas abajo del embalse de Frieira como del de Castrelo», emplazado en la vecina Ribadavia. Se prevé instalar un generador con diésel para el respaldo de los servicios auxiliares de la central con «potencia suficiente para permitir el arranque autónomo de los grupos de la central en caso de necesidad de reponer el servicio del sistema eléctrico» ante situaciones de apagones.

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