En Directo

Un Primero de Mayo que clama por no vivir «só para traballar»

Miles de personas llenaron las calles de Vigo y las demás ciudades gallegas por el Día Internacional de los Trabajadores en un evento que urge «protexer o conquistado» ante el avance de la ultraderecha y la nueva era de Trump para «gañar máis no futuro»

La reducción de la jornada, la mejora de salarios y la lucha contra la precariedad resuenan con fuerza en la marcha: «Só o pobo pode salvar o pobo»

La manifestación del 1º de mayo en Vigo

Pedro Fernández

A golpe de tambor, gaitas, megáfonos y proclamas que exigían una mejora sustancial de las condiciones laborales en Galicia. Así arrancaron este Primero de Mayo las más de 15 manifestaciones celebradas por el Día Internacional de los Trabajadores en la comunidad autónoma, que tomó a Vigo como epicentro de un evento que clamó por «protexer o conquistado» ante el avance de la ultraderecha en el país y la nueva era de Trump para «gañar máis no futuro».

Millares de personas protestaron en la ciudad con el foco en la reducción de la jornada, la subida de los salarios y la lucha contra la precariedad. «Só o pobo pode salvar o pobo», resonó con fuerza en este sentido. Y por supuesto, muchísimos «Viva a clase traballadora, viva a clase obreira».

Yolanda Díaz: «Va a ser el último Primero de Mayo en el que vamos a tener una jornada laboral de 40 horas»

PI STUDIO

Este Primero de Mayo, un año más, la urbe olívica fragmentó su marcha en dos grandes concentraciones. La primera partió desde Vía Norte a las 11.30 horas organizada por CC OO y UGT, que calculan que entre 10.000 y 15.000 personas asistieron a su convocatoria. La segunda, íntegramente en manos de la CIG, empezó a las 12.00 horas en A Dobrada, según señalaron fuentes del sindicato nacionalista con 20.000 participantes.

«Calidade de vida, xornada reducida» fue el grito que dio el pistalotezo de salida a la manifestación más madrugadora, en la que también se llamó a «loitar pola igualdade para gañar liberdade» y se pidió «menos precariedade e máis dignidade». «Hoxe movilizámonos pola reducción de xornada, polos salarios, o feminismo, a igualdade, a negociación colectiva, a saúde laboral, o sindicalismo, a democracia, as pensións, os cuidados, o ensino, a sanidade pública, industria, vivenda, por unha democracia e dereitos sociais para construir unha sociedade xusta», dejo claro Montse Carrera, responsable de CC OO Vigo. «As persoas traballadoras non vivimos só para traballar. Toca reducir a xornada», agregó Amelia Pérez, secretaria xeral de CC OO Galicia.

Como un tsunami humano, una marea de miles de vigueses descendió Urzáiz y Colón abarrotando ambas calles. A la altura de la Farola, varias personas sujetaban una pancarta en recuerdo de los 58 obreros fallecidos el pasado 2024, denunciando la elevada siniestralidad. «A patronal non se cansa de explotar», coreaban los protestantes. También «horario laboral, conquista sindical», entre otros.

Las exigencias de los manifestantes giraron en torno a la jornada de 37,5 horas semanales fueron la tónica, así como la necesidad de recordar los pasos dados en materia laboral para seguir recorriendo el largo camino que todavía queda. «Levamos varios anos de Goberno progresista. Algúns dicen que non hai avances, nós dicimos que si que os hai pero non son os suficientes», destacó Ernesto Fontanes, responsable de UGT Vigo, durante su discurso.

«Defendamos o conquistado para gañar máis no futuro», reclamó. «Os dereitos conquistados con anos de loita son innegociables», indicó por su parte el secretario xeral de UGT Galicia, Cristóbal Medeiros, que llamó a «protexer o conquistado, porque sabemos moi ben o que costou». «Temos un estado de benestar social», dijo, para advertir que está en riesgo por el avance de la ultraderecha y la nueva era de Trump: «Queremos un futuro digno».

Una batalla contra la guerra

En paralelo a ello, la CIG llevó a cabo su manifestación con un fuerte componente antibelicista, aludiendo a la militarización de la sociedad y al papel de la UE en los conflictos internacionales. Los asistentes a la marcha nacionalista clamaron por «traballo digno na nosa terra» y vertieron críticas al Gobierno gallego como «Rueda cacique, Galiza vai a pique» o «a Xunta de Galiza, recorta e privatiza». «As súas reformas, a nosa pobreza», pudo escucharse también a punto de llegar al final de Policarpo Sanz, antes de la lectura de los discursos de sus responsables en una llenísima Porta do Sol.

Alberto Gonçalves, responsable de CIG Vigo, comenzó la lectura de su discurso subrayando que «na comarca de Vigo a crise é especialmente dura», haciendo hincapié en que, según las últimas cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA), se han perdido más 1.800 empleos en el último año en sectores estratégicos como el naval y la automoción, que «están claramente en risco pola súa precarización e a deslocalización».

El secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, destacó por su parte que «a guerra e o belicismo son as ferramentas do imperialismo, liderado polos Estados Unidos, para soster este sistema inxusto que é incapaz de xerar benestar social para as maiorias sociais, incapaz de resolver as necesidades básicas da humanidade e de ser respetuoso coa natureza». «No 2024 a riqueza das persoas millonarias medrou tres veces máis rápido que no 2023», afirmó asimismo.

Junto a las concentraciones en Vigo, donde también protestó la CUT, el Primero de Mayo celebró más de una quincena de manifestaciones en toda Galicia, incluyendo otras en ciudades como Santiago de Compostela, Lugo, Ferrol, Pontevedra u Ourense. También en A Coruña, CGT, CNT, CUT y el Sindicato da Elevación organizaron una marcha conjunta desde la Plaza de Pontevedra bajo el lema «A clase traballadora en loita».

Tracking Pixel Contents