El naval gallego logra la mayor cartera internacional en pedidos de su historia
El contrato de Freire para Dinamarca, un oceanográfico de 70 metros para la DTU, eleva la lista de países con encargos hasta los 17
El sector: «Cada vez serán más, no hay fronteras»

Recreación del futuro «Dana V», adjudicado por la DTU danesa a Freire Shipyard. / Knud E. Hansen

El naval de las rías de Vigo y Pontevedra ha trabajado en múltiples ocasiones para armadores daneses. Como con los remolcadores de la serie Svitzer de Freire Shipyard, el Esvagt Bergen de la desaparecida Factoría Naval de Marín o el Esvagt Stavanger de Armón Vigo. Y ha sido ahora otro contrato para Dinamarca —el Dana V, también para Freire— el que no solo ha fortificado la condición de referente mundial de Galicia en el segmento de buques oceanográficos, sino que ha ensanchado hasta 17 el número de países para los que los principales astilleros privados están trabajando en nuevos contratos en la actualidad. Nunca esta industria había alcanzado una cota de negocio internacional de esta magnitud —por número de países y carga de trabajo asociada—, de acuerdo a los registros oficiales facilitados por el Ejecutivo central, que se remontan a principios del presente siglo. Porque, si bien en 2019 también hubo encargos para 17 nacionalidades, el ferri de Barreras para Armas (Malta) y los gemelos de Havila (Noruega) no llegaron a hacerse. «Indudablemente, nunca ha trabajado para tantos países simultáneamente como ahora», certifica un directivo de primer nivel del naval de Vigo.
«Y cada vez serán más», prosigue la misma fuente. «En nuestro sector las fronteras están totalmente abiertas y lo que manda es ser competitivos en calidad, precio y plazo». Un vistazo al pasado ayuda a ilustrar el cambio de paradigma que ha experimentado el naval, también en la actividad de reparación. En el año 2004, por ejemplo, la cartera de pedidos ascendía a 16 unidades, de las que solo tres correspondían a encargos de armadores extranjeros. Y solo de Portugal (dos buques, asignados a los liquidados astilleros Valiña y Vulcano) y Francia (del también finiquitado Hijos de J. Barreras). Los demás encargos, como el Fakir de Freiremar (Armón) o el Volcán de Timanfaya de Naviera Armas (Barreras) fueron todos para España. Nada que ver con la situación actual: de los más de veinte contratos computados por el Ministerio de Industria a cierre de 2024 en Galicia, solo tres —la patrullera Duque de Ahumada para la Guardia Civil, un multipropósito portuario y una unidad de apoyo a buceadores de la Armada— no tendrán como destino el mercado externo.
Horizontes nuevos
Desde la industria llaman la atención al hecho de que buena parte de los contratos en vigor son para armadoras «de fuera de nuestro entorno económico y financiero». Las patrulleras de vigilancia de altura asignadas por Uruguay a Factorías Cardama, el ferri de Armón para la Polinesia Francesa o el arrastrero congelador de Nodosa para la neozelandesa Talley’s Limited son buena muestra de esta expansión global. Pero, adicionalmente, la mayor diversificación de mercados está yendo de la mano de encargos inéditos para el naval privado gallego o, en su defecto, para segmentos que habían abandonado años atrás. Grupo Armón será el primero en Galicia en construir una unidad para dar servicio a polígonos de eólica marina, un Commissioning Service Operation Vessel (CSOV), que será además 100% eléctrico. Y de las instalaciones de la desaparecida Barreras no salía un ferri (Volcán de Tinamar) desde 2011; el contratado por la armadora polinesia Société de Navigation des Australes Tuhaa Pae (Smathp) será el que rompa esa sequía.
Aunque las novedades también se extienden a los trabajos de reparación y rehabilitación. Frente a las habituales operaciones de alargamiento a las que somete a pesqueros de todo tipo, el equipo de Nodosa ha procedido a achicar en unos 10 metros la eslora del atunero Solomon Amber (ex Amada Isabel) para una armadora igualmente exótica: National Fisheries Developments (NFD) de Islas Salomón. En las gradas de astilleros de Vigo se están llevando a cabo trabajos de varada o refit para buques de Bélgica, Malta, Bélgica e Islas Mauricio.
Como detalló FARO en su edición del 13 de abril, en base a los datos facilitados por Pymar —agrupa al grueso del naval privado de España—, los astilleros gallegos pusieron en vigor el año pasado 18 buques, que «supusieron el mayor registro de contratación de los últimos 17 años», elevando además en un 80% la media contractual de este mismo periodo. La cartera del naval gallego ascendió hasta diciembre a los 1.200 millones de euros, sin contar la asignación posterior de encargos como el eCSOV eléctrico de Armón para Bibby Marine, el oceanográfico Dana V de Freire para Dinamarca o el arrastrero de merluza negra de Nodosa para Pesantar (joint venture de GrupoProfand y Newsan).
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