Galicia cubrió casi el 10% del consumo de electricidad de Portugal en 2024

La comunidad se consolida como principal exportadora, mientras avanzan las obras de la nueva «autopista energética» con el país para elevar un 30% la capacidad de intercambio

Julio Pérez

Julio Pérez

Vigo

Al acuerdo para constituir un único mercado de electricidad entre España y Portugal se le conoce como el «convenio de Santiago» porque se firmó durante la cumbre de ambos países en la capital gallega el 1 de octubre de 2004. El entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió su creación, basado en «los principios de transparencia, libre competencia, autofinanciación y autoorganización». Era «un paso importante», reconoció el ex primer ministro luso, Pedro Santana Lopes, para adaptarse a la directiva comunitaria que marcó reglas comunes para todos los Estados miembros en materia de generación, transporte y distribución de electricidad con el objetivo de avanzar en la integración europea.

Costó mucho. Los primeros movimientos para alumbrar el Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel) se remontan a 1998, cuando el sector estaba recién liberalizado en España —que concentraba el 80% de todos los consumidores y el 84% de la generación—, mientras Portugal avanzaba también en la apertura de la competencia, aunque en la práctica funcionaba todavía como un monopolio público. Después de la firma del «convenio de Santiago», el Mibel tardó casi tres años más en arrancar a pleno rendimiento.

Doce interconexiones para compartir la producción

La columna vertebral del Mibel son las doce interconexiones que permiten compartir la producción de los dos territorios, apoyarse en la cobertura de la demanda y aprovechar la energía más barata posible en cada momento. Ocho están operativas. Van de Puebla de Guzmán, en Huelva, a Tavira, en el Algarve portugués; de Brovales, provincia de Badajoz, a Alqueva, en el distrito de Évora; de Cedillo (Cáceres), a Falagueira, en el entorno de Lisboa; de Aldeadávila y Saucelle, en Salamanca, a Pocinho (distrito de Guarda) y Lagoaça (Braganza); y de Cartelle, en Ourense, a Lindoso (Viana do Castelo).

La línea de Galicia es, de largo, la que más electricidad exporta al país vecino. El informe de intercambios que acaba de publicar Red Eléctrica revela que fueron 3.890 gigavatios hora (GWh) en 2024. Por el enlace Cedillo-Falagueira salieron 3.476 GWh; 2.370 GWh por el Brovales-Alqueva; y 2.329 GWh a través del Aldeadávila-Lagoaça. El resto de interconexiones tienen una relevancia mucho menor. El saldo de exportación de España a Portugal alcanzó los 14.356 GWh y Galicia concentró el 27% del total. Supone cerca del 20% de la generación eléctrica de la comunidad el pasado año y el equivalente a prácticamente el 10% del consumo en el mercado luso, unos 51.400 GWh, según Redes Energéticas Nacionais (REN), la homóloga de Red Eléctrica en Portugal.

La cuota de Galicia en la exportación de electricidad a Portugal está siendo incluso mayor en lo que va de 2025. Se elevó hasta el 37% en el primer trimestre, con 957 GWh de los 2.608 GWh del saldo completo del país.

Por sexto año consecutivo, España exportó en 2024 mucho más de lo que importó. El sistema eléctrico luso inyectó aquí 3.891 GWh a lo largo del pasado ejercicio, sobre todo por la línea Aldeadávila-Lagoaça: 2.131 GWh. Por la Cartelle-Lindoso entraron algo menos de 600 GWh.

Galicia consolidará su músculo exportador hacia el otro lado del Miño con la nueva «autopista» eléctrica entre Beariz (Ourense) y Fontefría, justo en la frontera. Tiene 51,7 kilómetros de extensión y una inversión de 55 millones de euros. «El proyecto, que se ha diseñado eligiendo la alternativa más favorable desde el punto de vista social, ambiental y técnico, es el resultado de un proceso de análisis y consultas con el territorio y las diferentes administraciones», asegura Red Eléctrica.

Bendecida por la Comisión Europea como Proyecto de Interés Común (PIC), la interconexión continúa en suelo portugués con otros 65,8 kilómetros, hasta la subestación de Ponte de Lima. Su puesta en funcionamiento, en principio para finales de este 2025, permitirá ampliar la capacidad de intercambio en 1.000 megavatios (MW), alcanzando los 4.200 MW de España a Portugal y los 3.500 a la inversa. Se calcula un ahorro anual de 22 millones de euros al sistema eléctrico, la reducción de 150 kilotoneladas de emisiones de CO2 y, además, la integración a mayores de 239 GWh de producción de fuentes renovables.

En la parte gallega, los trabajos se desarrollan estos días en el entorno de Beariz, con los operarios poniendo a punto los nuevos tendidos a entre 60 y 70 metros de altura. Red Eléctrica ya encendió el pasado enero la subestación de Fontefría, uno de los pilares de la «autopista» eléctrica.

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