El auge del absentismo laboral en Galicia: «Un problema económico, pero también social»

Expertos coinciden en que las incapacidades temporales se han «disparado» tras la pandemia del COVID y advierten sobre su elevada duración

Queda «mucho margen de mejora» para prevenir los riesgos psicosociales, recetan, así como más agilidad sanitaria y asistencia a los pacientes

Los ponentes de la primera mesa de la jornada organizada por Aedipe Galicia, este viernes en el Círculo de Empresarios de Galicia.

Los ponentes de la primera mesa de la jornada organizada por Aedipe Galicia, este viernes en el Círculo de Empresarios de Galicia. / Pablo Hernández Gamarra

El Círculo de Empresarios de Galicia acogió este viernes la jornada Absentismo laboral: retos, soluciones y nuevas estrategias desde la Administración y la empresa. Distintos expertos abordaron desde múltiples ópticas este fenómeno que se ha intensificado en la comunidad, que alberga uno de los mayores índices de España (5,5%) y una de las duraciones medias de baja más prolongadas (76 días, con Lugo a la cabeza con 97,3 días). Moderada por Xurxo Airas, senior human resources manager de Borgwarner Vigo y presidente de Aedipe Galicia, organizadora del evento, en la sesión se analizaron las causas de este incremento, su impacto en la economía y posibles estrategias para afrontarlo. «Es un problema económico, pero también social», insistieron los potentes.

Así lo destacó entre ellos Francisco Xavier Martínez, profesor de Economía de la Universidade de Vigo y que en estos momentos está liderando parte de un proyecto de investigación sobre el absentismo para la Consellería de Emprego. Subrayó que «está disparado» y que sus causas son múltiples, abarcando factores personales como la edad y el género, organizacionales y de contexto. 

«Lo que más choca en Galicia respecto a España no es tanto el número de bajas, sino que duran mucho más, y es en este aspecto en el que más estamos trabajando», remarcó a renglón seguido.

Marta Nores, coordinadora de incapacidad temporal y contingencias comunes de Fremap Galicia, centró su intervención en el sistema sanitario y la gestión de las bajas. Expresó la preocupación del sector y defendió la importancia de un seguimiento activo de los pacientes para optimizar los tiempos de recuperación sin comprometer su salud. «Muchos trabajadores quieren que les ayudemos», destacó. Y de igual modo advirtió que si el paciente no colabora, las mutuas tienen poco margen de actuación.

También puso el foco en la falta de médicos en los centros de salud y se preguntó si los pacientes están asumiendo un rol más activo en la gestión de sus bajas: «¿Se está convirtiendo el paciente en el propio gestor de su incapacidad temporal?». En este sentido alertó sobre la creciente demanda de pruebas diagnósticas por parte de los trabajadores y cuestionó si su espera siempre justifica una baja. Insistió en la necesidad de personal especializado para evaluar las limitaciones funcionales de cada puesto de trabajo, ya que son estas, y no solo la enfermedad, las que determinan la incapacidad temporal. «Tenemos que dársela a quien la necesita», abundó.

«El absentismo está de moda»

La panorámica del impacto del absentismo en España la trasladó Carlos Llanos, delegado territorial de Amat Galicia, que hizo hincapié en la magnitud del problema a nivel nacional. «El absentismo está de moda, por desgracia. Ocupa titulares y ha generado alarma social», afirmó. Explicó que el gasto en incapacidades temporales se ha triplicado en los últimos años, pasando de 5.000 a más de 13.000 millones de euros. Según sus datos, el 80% del absentismo en España se debe a bajas médicas y, en la última década, el número de bajas emitidas ha crecido un 113%.

Llanos coincidió con otros ponentes en que una de las razones de este aumento es el cambio en la percepción del trabajo tras la pandemia del COVID. Como respuesta, destacó el acuerdo firmado entre Amat y la Xunta de Galicia para integrar en el sistema de historia clínica electrónica del Sergas (IANUS) las pruebas médicas solicitadas por las mutuas, con el objetivo de reducir los tiempos de espera y evitar que las bajas se prolonguen innecesariamente. Conforme explicó, más de la mitad de las bajas en España están relacionadas con lesiones musculoesqueléticas y procesos traumáticos.

En último lugar intervino Ana Pouso Lijó, jefa de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) de Pontevedra, que explicó cómo su organismo trabaja para detectar los casos de fraude: personas que cobran una prestación por incapacidad mientras realizan un trabajo incompatible. En el caso de los autónomos, por ejemplo, verifican que su establecimiento permanezca cerrado durante la baja. Como indicó, en el 90% de las inspecciones realizadas a trabajadores por cuenta propia coinciden las declaraciones de la incapacidad con la realidad.

Pouso también puso el acento en los riesgos psicosociales como una de las causas crecientes de absentismo, haciendo referencia a factores como el estrés, el burnout, el tecnoestrés o el acoso laboral y sexual. «Todavía hay mucho margen de mejora en la prevención de estos riesgos», afirmó, defendiendo la necesidad de dar un paso más en la protección de la salud mental de los trabajadores.

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