Las vacantes se ceban en Galicia con camareros, camioneros y cocineros
El Sepe señala también a cuidadores, mecánicos, albañiles, enfermeros , fisioterapeutas, chapistas y electricistas
El 40% de los puestos disponibles son muy difíciles de cubrir

Un camarero atendiendo a las clientas de una terraza este verano en Vigo / Marta G. Brea

La tasa de paro se redujo hasta el 8,7% en Galicia al cierre del pasado año y al 10,6% en todo el país, el dato más bajo desde mediados de 2008 en ambos casos. Nunca antes hubo tantas personas en España afiliadas a la Seguridad Social. Se superan los 21 millones de cotizantes, de los que alrededor de 1,07 millones trabajan en Galicia, donde la cifra se acerca también al récord previo al estallido de la burbuja inmobiliaria y la grave recesión financiera. A pesar de la clara evolución positiva, el desajuste entre las ofertas y las demandas del mercado laboral «sigue siendo un problema». «Mientras más de dos millones de personas buscan empleo, el sector empresarial tiene dificultades para cubrir ciertos puestos —reconoce el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe)—. Esta paradoja evidencia que el desajuste no siempre es directamente observable y que la oferta y la demanda no se sincronizan adecuadamente».
Quedan pocos sectores ya sin levantar la mano por no encontrar candidatos a los puestos disponibles. La construcción, uno de los más afectados, puede tirar de contratación de extranjeros en origen para algunos oficios (montadores de carpintería metálica, electricistas y operadores de grúa) incorporados al catálogo de ocupaciones de difícil cobertura en su última reforma. Pero la queja se expande. Hostelería, limpieza, cuidados... incluso actividades que implican alta cualificación, como las TIC.
En el segundo análisis sobre las dificultades para cubrir vacantes —el primero que incluye un análisis concreto por autonomías—, el organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Economía Social identifica cuáles son esos perfiles en peor situación. A la cabeza en Galicia están los camareros. Es, de largo, lo más nombrado en la encuesta realizada por el propio Sepe entre expertos de distintas empresas y entidades, principalmente asociaciones empresariales y sindicales, administraciones, firmas de recursos humanos, ETTs y empresas relevantes en cada provincia. A continuación figuran los camioneros, cocineros, trabajadores de los cuidados, mecánicos y ajustadores de vehículos, albañiles, enfermeros, fisioterapeutas, chapistas y caldereros y electricistas para la construcción.
Lista nacional
Muchas de estas ocupaciones forman parte también de la lista nacional, encabezada por los camareros, cocineros y albañiles. No figuran los trabajadores de los cuidados ni los fisioterapeutas. Incluye a fontaneros y soldadores. «En España existen grandes diferencias entre unas y otras comunidades», sostiene el análisis. En algunas, «la demanda de empleo no llega a poder cubrir la oferta de trabajo», mientras que en otras «existe mucha demanda de empleo insatisfecha por falta de oferta». Y eso se traslada al perfil de las vacantes sin cubrir.
Los puestos de hostelería son los que tiene más problemas en diez comunidades. En Baleares y Canarias, epicentros del turismo, lo que más se necesita son, en cambio, albañiles y mecánicos, respectivamente. La ocupación con más problemas Madrid y País Vasco es la de soldador. En La Rioja faltan médicos de familia.
Las ocupaciones en Galicia con mayor escasez de parados que quieran trabajar en ellas a pesar del intenso volumen de contratación son los mozos de equipaje, personal de limpieza, trabajadores de la industria de bebidas (sin contar el vino), camioneros con vehículo propio, vendedores a domicilio y especialistas en formación de persona. En el otro lado de la balanza, las actividades con exceso de demandantes son cuidadores de niños a domicilio, economistas, técnicos en galerías de arte y museos, filósofos, historiadores y profesionales de las ciencias políticas, operadores de maquinaria de tratamiento de textiles y archivistas y conservadores de museo.
Más dificultades por horario que por sueldo
El Sepe estima que alrededor del 40% de las vacantes (2.986 de un total de 7.100) son de difícil cobertura. Habla de «varias causas» detrás. «En algunos casos, se trata de un desajuste de competencias, donde los demandantes de empleo no poseen cualificaciones adecuadas para cubrir los puestos solicitados». «Además —añade—, los cambios tecnológicos acelerados hacen que muchas competencias se vuelvan obsoletas o insuficientes para los empleadores actuales».
Existe también un problema de «falta de incentivos». «Los demandantes de empleo pueden rechazar ciertos puestos debido a las condiciones laborales, salariales o la escasa flexibilidad que ofrecen». Ante las carencias de formación, «muchas empresas recurren a candidatos con formación generalista y ofrecen formación adicional para adaptarlos a las necesidades específicas del puesto, lo cual genera un coste adicional». El estudio alerta de un «agravamiento» de la situación por “el envejecimiento de la población, la falta de movilidad geográfica y una educación no alineada con las demandas del mercado”.
La principal razón que se da para no cubrir vacantes en Galicia es la ausencia de candidatos (27,7%), seguido de la falta de experiencia (18,3%), las carencias de formación (14,8%) y el déficit de carreras técnicas (13,3%). El 11,3% apunta al desacuerdo en las condiciones económicas. Ahí lo que más influye no es el salario (25%), ni la jornada (25%), sino los horarios (31%).
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