La Xunta busca nuevas zonas de eólica tras alcanzar los 7.000 MW de potencia
La renovación del plan sectorial analizará la ampliación de áreas actuales y lugares próximos e incorporará «corredores» para implantar líneas de evacuación, limitadas a 15 kilómetros

Un parque eólico en Galicia. / Carlos Castro (Europa Press)

El encendido del parque eólico de Estaca de Bares en 1987 a modo casi de experimento, la entrada en funcionamiento a escala comercial del complejo de Cabo Vilano en 1989 y la intensa labor de promoción de las posibilidades de desarrollo del sector durante las Jornadas Europeas de Energía Eólica celebradas en el Puerto de Santa María (Cádiz) en noviembre de 1993 pusieron a Galicia en el mapa del negocio del viento. En la primavera de 1995 había ya 33 solicitudes para poner en pie 850 megavatios (MW). El gran interés que se despertó y el temor a «un exceso de demanda por parte de los promotores» llevaron a la Xunta a dar un paso adelante para «ordenar» la actividad.
Reguló las autorizaciones a los parques, vinculándolas al impulso de planes industriales en la región; y el 1 de octubre de 1997 aprobó definitivamente el primer plan sectorial eólico con diez grandes áreas «para la ejecución de la instalación de dos o más parques eólicos, con el fin de racionalizar su implantación y conseguir maximizar el valor añadido de la inversión sobre el tejido industrial de la comunidad autónoma».
El Ejecutivo autonómico sumó después cinco zonas de explotación más que elevaron la potencia prevista a 3.465 MW, aunque, dado «el potencial en otros emplazamientos», dio por hecho que se llegaría a los 4.000 MW operativos en 2010. En los casi 30 años transcurridos desde entonces, el plan sectorial eólico de Galicia pasó únicamente por una modificación en 2005. El objetivo de potencia escaló hasta los 6.500 MW.
«En este periodo la evolución de la tecnología eólica fue muy significativa, lo que modifica sustancialmente el potencial aprovechable en Galicia con respecto a lo que se consideraba en el momento de su aprobación», señala la Consellería de Economía e Industria en el pliego de prescripciones técnicas para el contrato de redacción de un nuevo plan sectorial. En «un completo diagnóstico» se analizará «la existencia de zonas con potencial recurso eólico no incluidas» en el vigente plan sectorial, «así como zonas adyacentes» a las áreas de desarrollo actuales. El departamento dirigido por María Jesús Lorenzana advierte que algunas de esas ubicaciones en vigor están agotadas. «Ya no disponen de más potencial aprovechable del planificado en la actualidad», indica el documento.
«Hay otras que, por diversos motivos —añade—, difícilmente pueden ser aprovechadas para la implantación de parques eólicos, por lo que parece conveniente su acotamiento o eliminación como áreas de desarrollo eólico del plan sectorial». La radiografía debe tener en cuenta las «variaciones» en todos estos años de «algunos catálogos de zonas de elevado valor ambiental» o la construcción de «nuevas infraestructuras de diversa tipología» que pueden condicionar la colocación de aerogeneradores. «Además, es necesario establecer un objetivo de potencia a conseguir que refleje el potencial real de la comunidad autónoma y permita mantenerla a la vanguardia de esta tecnología —remarcan las bases del contrato—, y que se irá desarrollando en coherencia con la planificación energética en los ámbitos autonómico y estatal».
Ese nuevo objetivo de potencia es una de las grandes interrogantes a resolver en la hoja de ruta a futuro de la eólica. En estos momentos funcionan 3.932,8 MW en parques en Galicia. Los autorizados, pero pendientes de ejecución —la mayoría, como reconoce la Consellería de Economía e Industria, por autos del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia—, rondan los 2.000 MW. A esa cartera hay que añadir los 987 MW todavía en tramitación en la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático en otros proyectos maduros y que posiblemente vayan adelante porque no tienen ni declaración de impacto negativa ni el promotor ha desistido de momento.
Entre parques en operación y proyectos viables, la potencia eólica en Galicia ahora mismo roza los 7.000 MW, por encima ya de los 6.500 del objetivo del plan sectorial anterior. ¿Qué nueva cuota tiene en mente la Xunta? ¿Se optará por los 7.700 MW en eólica terrestre contemplados en la Axenda Enerxética de Galicia 2030? «Esta sería una de las cuestiones que resulte de los análisis iniciales del territorio, la tecnología actual, la vinculación con las zonas industriales, etc.», responden fuentes de la Consellería de Economía. No quieren anticipar ninguna cifra, «aunque es cierto que la evolución tecnológica puede hacer pensar en que el objetivo de los 6.500 MW podría superarse».
Al equipo que actualice el plan sectorial se le encarga que tenga en cuenta la ley de beneficios que obliga a los promotores a repercutir en el territorio parte de las ganancias por instalaciones renovables. A la hora de señalar las zonas aptas, se incluirán «corredores para implantar las infraestructuras de evacuación» hacia los nudos del sistema eléctrico o los puntos de consumo industrial, «teniendo en cuenta las limitaciones previstas en la normativa actual en relación a la longitud de las líneas». Son 15 kilómetros. El plan sectorial incluirá también las famosas zonas de aceleración renovable auspiciadas por la Comisión Europea para facilitar la tramitación de las instalaciones en lugares sin impacto, además de «zonas especialmente idóneas» para la eólica.
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