La flota malvina pone la proa hacia la alta tecnología
'Argos Berbés' y 'Prion', dos buques con una gran proa tipo invertida, estrenan todas sus ventajas por primera vez en el caladero de Malvinas

Despedida ayer del arrastrero Argos Berbés en dirección al caladero de Malvinas. / Alba Villar
El naval gallego destaca por su capacidad para realizar barcos de alta tecnología. Sumada a su experiencia en el desarrollo de unidades para el sector pesquero, sus aportaciones al mundo marítimo son constantes. Prueba de ello se vivirá este año en la primera campaña de calamar Loligo en Malvinas (Falklands). Por primera vez, dos buques con una gran proa tipo invertida se estrenan en el caladero para comprobar todas sus ventajas y beneficios.
Aunque los buques Monteferro y Montelourido ya se dibujaron pensando en este tipo de proas y llevan ya varias campañas en la zona, los casos del Prion y del Argos Berbés son mucho más exagerados, al dotarse de una amura mucho más alta, además de que sus dimensiones (eslora y registro bruto) son más considerables. Sus armadoras, sociedades mixtas participadas por Pescapuerta y Pereira, apostaron por esta tecnología tras haber encargado otras dos unidades con proa y bulbo convencional en los años previos a Nodosa, el astillero de Marín que se encargó de facturar todos estos pesqueros.
«Este tipo de proa se empezó a usar más en el mundo offshore, para barcos que van a mares duros», señala el director gerente de Vicusdt, Adrián Sarasquete. La firma del grupo Emenasa, que participó en los análisis y diseño.
A su juicio, la proa tipo invertida lo que consigue «es que las reacciones del barco sean más dóciles». «Las aceleraciones son más suaves, la resistencia media de olas disminuye y se comporta mejor para capear un temporal», apunta Sarasquete.

Salida del Argos Berbé, nuevo buque de Pereira para Malvinas, desde Beiramar / Alba Villar
Aunque es un tema controvertido el hecho de qué es mejor, si una proa tradicional o esta, el responsable de Vicustd asegura que las modernas se las encuentran «cada vez más». «Hay un mayor confort para la tripulación o un ahorro de combustible, porque al final en los arrastreros tienen muchas horas en arrastre», apunta.
Otras fuentes del sector consultadas apuntan que «a nivel de estabilidad o maniobrabilidad no hay cambios» entre una y otra, pero que, por ejemplo, «durante los trabajos de maniobra las proas tradicionales son mejores» a nivel de cabeceo del buque.
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