La mayoría de electrolineras de Galicia exigen al menos tres horas para una recarga
La comunidad progresa en nuevas instalaciones, pero pierde seis puntos de conexión a la semana por avería: el 33% de la red está inoperativa
Supera la media estatal en eléctricos puros

Punto de recarga a la puerta de un hotel en Santiago / Antonio Hernández Rios
El de la descarbonización del transporte privado es un viaje con un itinerario fijado casi al detalle, con plazos y requisitos, pero que tiene los caminos sin asfaltar. Porque la infraestructura de recarga para vehículos es tan deficitaria que solo Galicia debería instalar el equivalente a 60 postes semanales, como publicó FARO, para cumplir con los objetivos marcados por la Comisión Europea.
Es cierto que la distribución de las denominadas electrolineras avanza sin pausa, pero también que lo hace a un ritmo y con una potencia insuficientes. En el último trimestre de 2024, por ejemplo, el número de puntos de recarga de acceso público distribuidos en la comunidad aumentó en un 10%, hasta los 1.710, pero el de los que están fuera de servicio —averiados, sin conexión a la red— avanzó en más de un 15%, hasta los casi 570. De modo que, en total, el 33% de las electrolineras repartidas por Galicia, según el último Barómetro de la Electromovilidad, elaborado por la patronal de fabricantes Anfac, están inoperativas.
Además de la red deficitaria, ésta ofrece además unos niveles de potencia que no resultan de utilidad práctica debido a los largos periodos de recarga necesarios. El motivo radica en la potencia de los postes, porque la inmensa mayoría (63%) tienen una potencia de hasta 22 kilowatios (kW): el tiempo mínimo de carga es de tres horas, que puede extenderse hasta las 19 según la potencia concreta y el tipo de vehículo.
A juicio de Anfac, este de la capacidad «es un punto crítico para el despliegue del coche eléctrico como vehículo de todo uso frente a la percepción actual de utilización de éste como segundo o tercer vehículo para zonas urbanas». En ningún caso es capaz de competir la actual red de electrolineras para prestar un servicio de inmediatez: el 94% de ellas precisan de media hora mínimo para una recarga porque los postes de alta potencia, que son los que tienen más de 150 kW, se cuentan por pocos puñados.
Son 113 en toda la geografía gallega, concretamente; solo ocho están ubicados en zonas urbanas. Permiten repostar un coche eléctrico de forma casi inmediata, a partir de 10 minutos de carga. «Las dificultades administrativas asociadas al desarrollo de estos proyectos —abunda Anfac sobre las electrolineras de alta potencia, de más de 250kW— son una de las barreras más importantes en la actualidad, aspecto que tiene paralizados muchos proyectos».
No hay ningún punto de recarga en Galicia con esta capacidad, que es la que necesitan los vehículos pesados de transporte, por ejemplo, ubicado en un área urbana. Este estudio trimestral que elabora la patronal de fabricantes no tiene en cuenta los puntos privados de conexión, instalados en viviendas de particulares o comunidades de propietarios.
Hasta el mes de noviembre, según los datos de la Agencia Tributaria, los coches matriculados en Galicia (30.307) promediaron los 120 gramos de CO2 por kilómetro. Y solo para la industria, Bruselas pretende que este 2025 la media de los turismos vendidos no rebase los 94 gramos en suelo europeo, bajo sanción de 95 euros por coche comercializado. Solo para Stellantis podría suponer un multazo superior a los 2.600 millones, motivo por el que ha optado por comprar créditos de carbo a Tesla, en alianza con Toyota o Ford. El objetivo en lo relativo a emisiones queda todavía lejos —continúan triunfando los híbridos con combustión sobre los enchufables, además—, si bien Galicia tiene una penetración mayor que la media en cuanto a coches eléctricos puros.

Punto de recarga en Ourense / Iñaki Osorio
El Inega prevé desplegar más de 10 millones en ayudas
En el Instituto Enerxético de Galicia (Inega) supieron que el Gobierno habilitaba seis meses más la vigencia del Plan Moves III, hasta el 30 de junio de este año, poco antes de Año Viejo. «Nos gustaría que se nos pudieran consultar este tipo de cosas, a través del IDAE, para poder diseñar mejor nuestra planificación», lamenta a este periódico el director xeral de Planificación Enerxética, Pablo Fernández Vila.
Un punto destacado de este programa es el relativo a las ayudas para la instalación de puntos de recarga, con una intensidad de la subvención que alcanza el 80% del importe total. Está abierta a solicitudes de particulares, empresas de todo tamaño, comunidades de propietarios o concellos.Fernández Vila estima que Galicia dispondrá de casi 44 millones de euros para este periodo extra del Moves III, de los que más de 10 millones se destinarían a la cofinanciación de puntos de recarga.
«Es una pena que no haya más solicitudes», lamenta el responsable de Planificación Enerxética, que anima a participar para conseguir el objetivo global de avanzar en una mejor y mayor infraestructura para la movilidad sostenible.Entiende Fernández Vila las quejas de usuarios por la tardanza en el desembolso de las ayudas del Moves, que utilizan un sistema distinto a las desplegadas por la Xunta con fondos propios. «En nuestro caso se produce un descuento directo con la compra de un vehículo electrificado, sin necesidad de realizar papeleo para ingresar la ayuda» a meses vista. El Inega reclama a Madrid una «simplificación» en los trámites burocráticos para atajar esa demora en los desembolsos.
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