En las entrañas del mayor campus tecnológico del aluminio europeo

¿Cómo se trabaja en uno de los centros de referencia mundial del aluminio? ¿Quiénes son las personas que dan vida a un complejo en el lugar de Lamas que evoca a Silicon Valley? FARO DE VIGO lo cuenta gracias a una experiencia única hasta la fecha: pasar una jornada completa en el corazón y el cerebro del campus Cortizo, en Padrón

Vista exterior del mayor campus del aluminio de Europa, situado en Padrón.

Vista exterior del mayor campus del aluminio de Europa, situado en Padrón. / ECG

Roi Rodríguez

Cuando una persona está en su casa al resguardo del frío o la lluvia y aislado del ruido del tráfico o de las obras, rara vez piensa en el esfuerzo humano y tecnológico que está detrás del desarrollo de los distintos elementos de la fachada, como las ventanas, que le permiten gozar de ese confort. Un trabajo duro, que va del diseño a la venta, pasando por exigentes pruebas de laboratorio, que normalmente es anónimo más allá de un nombre comercial.

Sin embargo, FARO DE VIGO pone cara y voz a quienes están detrás gracias a una experiencia única: una jornada en las entrañas de Cortizo, en el mayor campus del aluminio de Europa. Y sin necesidad de ir lejos, pues aunque este complejo que evoca a Silicon Valey podría ubicarse en Madrid o Barcelona, está en Padrón, creando riqueza y atrayendo personal cualificado a un entorno rural en el corazón de Galicia.

De hecho, una parte de la plantilla, como Laura Sabel, asistente comercial, o Micael Díaz, director de Prescripción internacional, está formada por descendientes de familias gallegas que emigraron a Suiza, Holanda o Alemania en busca de oportunidades y que ahora cierran el círculo al regresar a la tierra de sus antepasados para desarrollar su talento y poner al servicio de la empresa su conocimiento del carácter, el idioma o la forma de trabajar en esos lares, muy distinta a la española .

Toparse con el campus tecnológico, inaugurado en septiembre tras una inversión de 40 millones, impresiona. Pocos podrían esperar, a priori, encontrar en el lugar de Lamas un complejo así. Tres vanguardistas edificios, sostenibles energéticamente, integradosen el entorno y, como no, rematados en aluminio, que van mucho más allá de oficinas u ordenadores.

Y es que uno de sus mayores desafíos es armonizar la convivencia de 110 profesionales de muy diversa procedencia para que todos los procesos encajen hasta obtener el acabado deseado.

Una Torre de Babel en la que nada más entrar se escucha hablar gallego, pero también español, portugués, inglés, francés, italiano, holandés o polaco. Es lo que tiene trabajar en una multinacional donde ingenieros y arquitectos gallegos innovan en fachadas para 80 países y que debe entenderse con clientes que van de Canadá a Perú, de Togo o Senegal o de Corea a Filipinas. Culturas distintas, costumbres dispares, horarios de atención que abarcan todos los husos, con un objetivo: elaborar con éxito encargos que son «un traje a la medida» de cada necesidad, ya sea para entornos desérticoso a temperaturas bajo cero, cumpliendo las normas de cada país. Todo ello, siempre con la idea de «vender 100% Galicia».

Gonzalo Brea (izq.) dirige el departamento de Grandes Desarrollos, encargado de diseñar envolventes a medida para grandes proyectos en todo el mundo.

Gonzalo Brea (izq.) dirige el departamento de Grandes Desarrollos, encargado de diseñar envolventes a medida para grandes proyectos en todo el mundo. / ECG

Llegada al campus

El cerebro del campus está en la primera parada del día: el edificio de Investigación, enfocado al desarrollo del producto. «Donde se piensa y se hace». Un espacio amplio y diáfano, con luz natural, que permite una mejor organización y «sectorización» del trabajo, para dale mayor fluidez. En él tienen cabida las áreas de I+D, Márquetin, Comercial e Ingeniería de Grandes Desarrollos, un ámbito crucial pues la cantera nutre a la compañía de perfiles muy específicos «que no se encuentran en el mercado».

Así lo confirman Noelia Suárez y Diego Neira, dos jóvenes arquitectos que antes de las 9 de la mañana ya están al pie del cañón. Entraron como juniors y ahora dirigen proyectos. Sus inicios fueron a la sombra de personal con más experiencia que les transmitió sus conocimientos y ahora hacen lo mismo con quienes vienen detrás, pues la idea es que quien entra en la familia ya no salga. Casos similares a los de Manuela López y Alejandro Llano, que comenzaron como becarios y ya tienen a su cargo la preparación de ferias como la de Munich.

Feria de Munich

La jornada arranca fuerte. Nada menos que con la estrategia para el desembarco a la vuelta de Navidad en uno de los certámenes sectoriales de referencia en Europa, pero también de los más complejas por su tamaño y número de stands: Munich. López y Llano se reúnen con el responsable de Márquetin, Javier Figueroa, para abordar el transporte, la carga y descarga o el montaje. Todo se fabrica a nivel interno, desde los expositores a los elementos decorativos, a fin de garantizar la calidad. Y al regresar de Alemania, no habrá descanso, pues en febrero hay viaje a Las Vegas. En 2016, la firma padronesa participó en 3 ferias. En 2024 fueron 9 y para el año que comienza están previstas 10, lo que evidencia la apuesta creciente por estos foros, «de los que salen los clientes en Gana o Australia».

Bajo el principio de vender «100% Galicia», los productos deben adaptarse a todo tipo de entornos y cumplir las normas de cada país

Café con los ‘americanos’

Justo al salir del despacho, Carlos Álvarez y Dani Pérez, comerciales en Estados Unidos y Canadá, toman café con Toño Lagos, responsable de los mercados de Colombia, Ecuador, Chile y Bolivia. Conocidos entres sus compañeros como «los americanos», preparan asuntos pendientes a la espera de que se despierten sus clientes del otro lado del charco. El desfase horario es parte de una rutina muy distinta a la de sus compañeros, a la que se suman los viajes, «el pan nuestro de cada mes». Por cada cuatro semanas que pasan en Galicia, dos están en Estados Unidos y Sudamérica, respectivamente. Desplazamientos que pueden durar un día. «Para nosotros un viaje en avión de tres horas no es nada», comentan en tono distendido.

«Todos los años–calcula Carlos– hago 75 vuelos. Unos 150.000 kilómetros».Una vez en destino, su objetivoes claro: el mercado de alto standing, que tiene capacidad para pagar un plus por un producto europeo, al que deben convencer de gastar más por cuestiones como la eficiencia energética, a la que en general dan poca importancia. Su radio de acción son básicamente residenciales en zonas como Malibú, Bel Air o Los Hamptons. «Allí la energía es barata y ponen el aire acondicionado o la calefacción. No les preocupa el aislamiento», explican.

Entre los proyectos que tienen entre manos están cotizando ya algún estadio para el Mundial 2026. En América del Sur destacan obras como el Aeropuerto de Lima o tres hospitales en Chile que llevan sello Cortizo. Pese al esfuerzo, los tres coinciden en lo gratificante de su labor cuando ven «la evolución de un mercado que inicias desde cero. Es casi como un bebé. Le coges cariño».

Dos trabajadores se relajan jugando al ping pong, mientras otros compañeros, al fondo, ven la tele antes de volver al trabajo.

Dos trabajadores se relajan jugando al ping pong, mientras otros compañeros, al fondo, ven la tele antes de volver al trabajo. / ECG

Visita al Laboratorio

Tras un breve descanso, visita al Laboratorio, donde se prueba lo que antes se diseñó en Innovación para ver si es viable pasar del papel a la práctica. De camino es ineludible cruzarse con Kerry Fernández en la recepción, ejerciendo una de las tareas que pueden pasar más desapercibidas, pero que al mismo tiempo es de las más importantes: ser la primera cara que uno ve en el campus tecnológico y también con la primera voz que se escucha al llamar por teléfono, al que tiene muy claro que «siempre hay que dar respuesta». «Nunca se sabe qué necesidad habrá al otro lado», razona. Al día puede recibir 500 llamadas y hablar con entre 200 y 300 personas que pueden dirigirse a 700 extensiones. «Al final de tanto hablar ya casi te haces amiga de alguna», confiesa.

Ya en el banco de ensayos, al frente del que está David Macía, las fachadas se testan frente al impacto de huracanes , seísmos o vientos de 400 kilómetros hora. También se miden qué piezas pueden saltar al verse sometidas a estos condicionantes o cuánto tiempo tardan en deformarse, así como cuestiones como el aislamiento térmico o acústico. Los productos deben ser aptos para las condiciones más extremas, como Florida con sus tifones o Finlandia con sus temperaturas gélidas, y para cualquier lugar del mundo.

Hora de comer

Entre la una y las dos, el comedor comienza a llenarse . Óscar, responsable del servicio de cafetería y restauración, tiene claro que en un lugar donde se come tantas veces al año la oferta no sólo tiene que ser variada, «para no generar cansancio », sino también saludable e incluso adaptada a cualquier intolerancia, alergia o precepto religioso, siempre priorizando los productos gallegos. Cada día se sirven «una media de 100 menús», calcula, y los postres son «caseros », aunque también hay quien prefiere llevarse el tupper. Todas las instalaciones están abiertas para cualquier empleado, al igual que las zonas de esparcimiento del tercer edificio: el Social. Mesas de ping pong, sala de televisión o gimnasio ventajas que ofrecen las instalaciones, no solo para hacer más agradable el día a día de la plantilla, sino también como atractivo para captar a los mejores candidatos a un puesto.

El director general de Arquitectura, Daniel Lainz, en una sala de reuniones repasa el día por videoconferencia con Brais Lorenzo, miembro del equipo de Cortizo para Reino Unido.

El director general de Arquitectura, Daniel Lainz, en una sala de reuniones repasa el día por videoconferencia con Brais Lorenzo, miembro del equipo de Cortizo para Reino Unido. / ECG

Por la tarde

Después de cargar bien las pilas a base de caldo gallego, churrasco con patatas y tarta de la abuela, toca seguir la ronda. Son las tres y el día termina a las seis. Tiempo suficiente para conocer a Gonzalo Brea, director y coordinador de la oficina de Grandes Desarrollos– que cuenta con 15 personas en Padrón y la idea de «seguir creciendo»–. Detalla alguno de los 40 proyectos que este año pasaronpor su mesa en lugares como Tel Aviv, Belfast o Massachusetts. A renglón seguido, Diego Piñeiro, responsable de I+D, muestra las últimas innovaciones en las que trabaja su equipo, desde puertas preparadas para resistir el fuego a grandes correderas para resistir el frío orientadas a los países nórdicos.

Otras paradas son en el departamento de Software, que da respuesta a cualquier problema que tengan sus más de 1.300 clientes, y con el responsable de la Red de Tiendas, Daniel Labandeira, quien aclara que esta iniciativa nacida en 2018 no consiste en hacer «franquicias», sino dar respaldo a la marca para generar demanda en particulares. Los establecimientos son propiedad «al cien por cien» de los distintos clientes donde se comercializan en exclusiva productos Cortizo. Por ahora ya hay 72 apalabrados y 63 funcionando, con la mira puesta en tener una en cada capital de provincia.

Videollamada con Londres

Antes de poner el punto y final, el director general de Arquitectura, Daniel Lainz hace repaso del día por videollamada con Brais Lorenzo, uno de los hombres de Cortizo para el mercado del Reino Unido, donde la marca gallega puede competir con precios y plazos más competitivos que los ingleses sin necesidad de tener fábrica en el país, donde tienen stock para 4 meses de consumo. De hecho, vende por valor de 70 millones al año. «Los pedidos hasta el miércoles a las 12.00 horas los servimos a principio de la siguiente semana. Más rápido que ellos allí», destaca. Y es que las fronteras ya no son una barrera. «Londres está a la misma distancia en avión que Barcelona», ejemplifica Lainz, quien añade que con el Brexit «las ventas no bajaron, sino todo lo contrario». Justo después de colgar, recibe su última llamada, la 113 de una jornada que empezó a las 5.30. Era un cliente rumano que no solo recibió respuesta sino que lo hizo, como no podía ser de otra manera en el campus, en su propio idioma. Hora de irse. Mañana será otro día.

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