Emenasa se agiganta en América con Rice Propulsion, centenaria del naval

Cuatro generaciones han pasado ya desde que el durangués Maximino Rice plantó en 1909 la semilla de la que germinó Rice Propulsion. Forjado entre minas, talleres y fundidoras, el empresario supo inculcar a su saga familiar toda una apuesta férrea por el desarrollo de patentes de peso en el mundo del naval, convirtiéndose con los años en referentes de México en el diseño y la fabricación de hélices para barcos con centro de producción propio, Fundiciones Rice, y consagrándose a lo largo del siglo XX y XXI como una de las compañías más reconocidas de Sudamérica, Estados Unidos y Canadá. «Vale más ser cabeza de ratón y no cola de león», era su lema. Una frase que hoy representa la historia viva, y no poca, de una firma centenaria con más de 7.000 sistemas de propulsión navegando por todo el mundo.

Su marca, hegemónica al otro lado del charco, saltará el Atlántico para integrarse en el Grupo Emenasa, histórico de Vigo. A través de su filial Vicusdt, líder en dinámica de fluidos computacional aplicada a la hidrodinámica, el conglomerado de García Costas se refuerza en el continente americano con el objetivo de ganar presencia en este mercado y consolidar su expansión internacional.

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Así, dentro de la estrategia a seguir, Rice Propulsion mantendrá su operativa en el país mexicano con un centro que ofrecerá servicios técnicos y reparaciones desde Mazatlán (Sinaloa), además de preservar el mismo equipo comercial que ha acompañado a sus clientes desde hace más de tres décadas y que liderará el ingeniero Ramsés Herrera. En paralelo, la producción se trasladará a España, desde donde también se prestará apoyo a las actividades desarrolladas en Latinoamérica.

«El mayor potencial de crecimiento está, sobre todo, en Estados Unidos», explica en este sentido Adrián Sarasquete, director gerente de Vicusdt, avanzando que ya cuentan con un plan de expansión a ejecutar a futuro en los 50 estados. Esto se complementa con los contactos que están manteniendo en medio mundo para ampliar su red de distribuidores, con acuerdos cerrados recientemente con talleres en Holanda o Namibia, por ejemplo, y un ojo puesto en las antípodas para crecer en Nueva Zelanda y Australia.

A partir de ahora, las hélices fabricadas por el Grupo Emenasa se comercializarán bajo la marca Rice Propulsion, lo que supondrá un impulso importante para Vicusdt. La empresa triplicará su facturación (teniendo en cuenta que hasta la fecha rondaba los tres millones anuales y Rice Propulsion los cinco; sumarán ocho y la perspectiva es crecer un 10% año a año) y al menos quintuplicará su cartera de clientes (tenía 500 en 50 países a los que se añadirán 2.500 de la centenaria marca, si bien algunos son comunes).

«Reforzaremos nuestra presencia internacional y lo haremos con un producto de más valor añadido, diseño a medida y creado en Europa», dice Sarasquete. «Si la marca ya era fuerte, lo será mucho más», constata por su parte Herrera, que indica que han ampliado su catálogo y además de ofrecer hélices de bronce también trabajarán con el acero inoxidable.

Vicusdt afronta el final de 2024 con múltiples proyectos, orientados en especial a ofrecer mejoras de eficiencia energética a los barcos a través de sistemas de propulsión innovadores que traen consigo importantes ahorros. Uno de ellos ha sido para un ferri de un armador italiano que se ha saldado con una mejora del consumo del 5%, al que se añade la hélice más grande que han diseñado en sus 17 años de historia, de ocho metros de diámetro. La firma, con carga casi al 100%, se muestra optimista de cara a los próximos años por el auge de pedidos navales vinculados al incremento de los presupuestos de defensa. Proyectos de cazaminas, patrulleras y corbetas para Navantia, Fincantieri o Naval Group son solo algunos de sus últimos encargos.

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