La pesca gallega en Argentina, «en vilo» por el retraso en las cuotas de merluza

Armadoras, provincias e industria naval reclaman una resolución urgente para despejar la «incertidumbre»

Es una especie decisiva para las filiales de Iberconsa o Pescanova

Buque pesquero de arrastre, en el carro del astillero argentino Tandanor.

Buque pesquero de arrastre, en el carro del astillero argentino Tandanor. / Tandanor

Lara Graña

Lara Graña

En el ejercicio natural (enero-diciembre) de 2023, Argenova fue la filial en el extranjero que reportó mejores resultados al grupo Nueva Pescanova. La multinacional cuenta en Argentina con una flota de quince unidades –tangoneros, merluceros o poteros– que faenan cerca de 17.000 toneladas anuales. Como publicó FARO, y al igual que en el caso de la subsidiaria de Profand, Argenova se ha garantizado 15 años de capturas para las especies merluza negra (la más cotizada, con los barcos Argenova XIV, Argenova XXI y Argenova XXII), merluza polaca y de cola. Pero no ha sucedido lo mismo con la merluza común o hubbsi: las cuotas vigentes expiran el 31 de diciembre y el Ejecutivo de Javier Milei todavía no ha decidido qué hacer con estos cupos (o CITC, por Cuotas Individuales Transferibles de Captura). El «nerviosismo» es indisimulado, como confirman fuentes de armadoras desde Mar del Plata. «No hay razón para este retraso y el sector está en vilo». Grupo Iberconsa es la principal tenedora de cuotas de merluza común de todo el país (casi el 15%), por delante de Moscuzza y Solimeno, y este reparto impacta también sobre la actividad de Wofco o Pescanova, además de, en su conjunto, sobre el grueso de la industria transformadora de pescado de España.

De inicio, los cálculos de las empresas pasaban por conocer el dictamen final del Consejo Federal Pesquero (CFP) para mediados de septiembre. No hubo movimientos, un parón que fue atribuido de inicio a la presión de las provincias para un mayor control sobre el conjunto del recurso. Pero las mismas fuentes apuntan que, si bien sí hubo tiranteces entre administraciones provinciales, puede haber «razones de mayor trasfondo». Entre medias surgió en la prensa del país —avanzado por La Política Online— una supuesta trama de mordidas o coimas para favorecer intereses de determinadas empresas, lo que ha renovado el temor de una renovación parcial o de que el equipo de Milei retome la idea de licitar los permisos en una subasta internacional. Sobre todo teniendo en cuenta que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, es el que ejecutó en Namibia un proceso equivalente de licitación de cupos de pesca.

La unión en la cadena mar-industria es total. No solo las pesqueras han reclamado conocer cuanto antes los criterios de reparto y la asignación final, como ya analizó FARO durante la pasada feria de Conxemar, sino que se han posicionado de igual modo desde las mismas provincias a la industria naval. Una asignación parcial o temporal sería, a juicio del representante de Buenos Aires en el CFP, Carlos Liberman, «generar un combo que magnifica toda la crisis que atraviesa el sector. Retrasar el proceso, o renovarlo por un año es tirar nafta sobre el fuego», dijo a FM Vinilo. La Federación Argentina de la Industria Naval se ha pronunciado en los mismos términos.

En el año 2023 se descargaron en puertos de Argentina poco menos de 300.000 toneladas de merluza común (297.345 toneladas), de acuerdo a los datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, correspondientes al trabajo tanto de los buques congeladores como fresqueros. En el año 2018 el propio CFP abogó por dar continuidad a los criterios de reparto actuales, pero hasta la fecha esta recomendación no ha sido atendida desde la Casa Rosada.

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