Levantina ultima su marcha de O Porriño y recibe una oferta para mantener el empleo
Desde el sector apuntan que se debe a la necesidad de liquidez y el alto valor de estas instalaciones, ya en venta en su totalidad: “Cada minuto cuenta en estos momentos”

Instalaciones de Levgranite, filial de Levantina en O Porriño. / Ricardo Grobas
El mayor productor español de piedra natural se resiente en estos momentos, en medio de la crisis que afecta al sector de los minerales, lastrado por la ralentización de la construcción a nivel mundial como consecuencia del alza de tipos y bajo la sombra de la recesión de potencias europeas como Alemania. En manos del fondo Polus Capital Management, Levantina comunicó esta semana un expediente de extinción de contratos para 224 trabajadores de Alicante, el 75% de la plantilla de su factoría en Novelda y el 50% de Monte Coto, pero la compleja situación que afronta esta provincia traspasa sus fronteras.
Fuentes de toda solvencia apuntan a FARO que los planes de la compañía en Galicia avanzan directamente hacia su marcha de O Porriño, donde su filial Levgranite se asienta a lo largo de 10 hectáreas. No obstante, empresarios gallegos han realizado una oferta al gigantesco conglomerado por estas instalaciones, con el objetivo de “garantizar la sostenibilidad del empleo”.
La coyuntura es especialmente delicada en lo que a la fábrica porriñesa compete, teniendo en cuenta que en este caso se optó por realizar un expediente de regulación temporal de empleo por causas de producción. Llamaba la atención sobre esta medida el sindicato UGT, para más inri, hace solo dos meses, luego de reunirse con la Xunta para mostrar su preocupación sobre el futuro de la actividad y pedir su implicación ante cualquier acción que supusiera su descapitalización.
La posición del Gobierno gallego es clara; el Ejecutivo de Alfonso Rueda trasladó entonces, y mantiene, que está en contacto con ambas partes y pondrá “todos los instrumentos al alcance” para asegurar el empleo. Unos 125 trabajadores. En paralelo a ello, fuentes próximas y mediadoras en el proceso confirman que la unidad productiva está en venta y que conocen, hasta la fecha, al menos una oferta no vinculante.
Según ha podido saber este periódico, esta propuesta pertenece a la antigua dirección de Levgranite, cuyo grueso se desligó recientemente de la sociedad. Levgranite, antigua Graninter y que Levantina adquirió en 2006, es una histórica que se ha coronado durante muchos años como la mayor granitera por volumen de España.
La oferta, de la que no han trascendido más detalles más allá de que busca “garantizar la sostenibilidad del empleo”, habría llegado ya hasta la cúpula de la multinacional, que ayer obvió responder a FARO sobre si ha puesto a la venta la totalidad de sus instalaciones y si el propósito de la compañía es marcharse de O Porriño: “No hay más información de momento, más allá del ERE”. El expediente de extinción de contratos al que hacen referencia desde el gigante de la piedra es el que se cierne sobre la provincia de Alicante, algo que ya ha hecho saltar las alarmas en Galicia.
Rubén Pérez, secretario general de UGT-FICA Vigo, la federación industrial del sindicato, comentaba este miércoles en declaraciones al Decano que este despido parece indicar “el desmantelamiento del grupo en Alicante”. “Vamos a solicitar una nueva reunión con la Xunta y con la dirección”, abundó. Los recortes del 75% y del 50% en los planteles de Novelda y Monte Coto supondrían la salida forzosa de la mitad de los trabajadores de la marmolera alicantina y un duro golpe para el conjunto del grupo, ya que esos 224 puestos representan el 30% del total de su personal. En la fábrica porriñesa, por su parte, el ERTE ha ido “a más” estos últimos dos meses, según Pérez, y ya afecta al 30% de sus 125 empleados.
“Cada minuto cuenta en estos momentos”, insiste una de las fuentes consultadas por este periódico, recalcando que la unidad productiva que opera en suelo gallego puede ser rentable y hay futuro pese a la incertidumbre que actualmente predomina en el sector. También alerta del “deterioro” que está sufriendo la planta, cuya toma de decisiones depende de la central del grupo en Alicante y que estaría trabajando a la mitad de su capacidad. “Es vox populi que si aparece la oportunidad se podría vender y redimensionar la empresa”, señala a renglón seguido otra fuente, en este caso especializada en la situación de los terrenos.
Desde el sector apuntan como razón de la futura marcha de Levantina a la necesidad de liquidez de la compañía y el elevado valor del conjunto de las instalaciones de O Porriño, todo ello después de que la firma haya realizado un esfuerzo considerable al invertir 50 millones de euros en una nueva planta de su porcelánica Techlam. A esto se suma el pinchazo mundial en la construcción, que ha desinflado las exportaciones del granito gallego a lo largo de este último año arrojando caídas de hasta el 50% en los ingresos de algunas empresas asentadas en la comunidad.
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