Galicia fulmina la temporalidad: 6 de cada 10 afiliados son indefinidos a tiempo total
El mercado laboral revienta todos los registros con un 20% más de contratación estable que antes de la doble recesión
El empleo entre mayores de 65, también en máximos

Un camarero atiende una terraza / Gustavo Santos
Galicia, enero de 2009. Tiemblan los cimientos de arena de la economía, armada sobre un abultadísimo endeudamiento público y privado, con un sector inmobiliario en el corredor de la muerte y un mercado financiero global apolillado por años de desmanes, con una inmensa oferta de productos supuestamente rentables que no entendía nadie. El mercado laboral empieza a hundirse, y lo hace primero soltando lastre de los trabajadores eventuales, que superan el 30% del total de los afiliados por cuenta ajena; a los indefinidos, y especialmente con la minoración de los costes por despido, les tocará después. Y los autónomos, que terminarán declarando de media ese año unas ganancias limpias de 690 euros mensuales, perderán efectivos a raudales: serán el equivalente a 20 cierres semanales de negocios en la comunidad. Cuesta reconocer o asimilar que este es el mismo mercado de trabajo que el de hoy en día, tras haber sufrido una intensa transformación fruto de aquella crisis, de la turistificación, la digitalización o la última reforma laboral. Porque, con los datos a cierre del pasado julio, seis de cada diez afiliados al régimen general tienen un contrato indefinido a tiempo completo, una ratio inaudita y que no para de medrar mes a mes.

mercado1 W / H. Barreiro
Si se tienen en cuenta las afiliaciones de indefinidos a tiempo parcial y los fijos discontinuos, esta proporción escala al 75%, en base a las cifras oficiales del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. En particular, las afiliaciones totales por cuenta ajena ascienden a 479.111 personas, veinte puntos por encima de los valores previos a la doble recesión (393.193). El punto más bajo en cifras totales de afiliados indefinidos a jornada completa se registró en abril de 2014, con la aplicación de la reforma laboral de Fátima Báñez, cuando se redujeron hasta las 325.500 personas, la mitad del total de empleados por cuenta ajena.
Lo que se ha producido es, así, una metamorfosis que tiene múltiples lecturas y que evidencia un trasvase claro de mano de obra de actividades como la construcción o la industria manufacturera y el refuerzo de sectores más especializados y mejor remunerados como el de consultorías, el sanitario, la educación o las nuevas tecnologías. Por ejemplo, la construcción tiene ahora casi 43.000 afiliados menos que en el arranque de 2009, pero las actividades sanitarias –tanto públicas como privadas– suman cerca de 40.000 efectivos más que entonces. Las artísticas han incorporado a un 80% más de trabajadores (hasta los 19.000), mismo porcentaje que la educación (54.800 afiliados actuales) y la hostelería otro 45% (hasta 92.026 personas).

mercado2 / H. Barreiro
También se ha producido un cambio notable en la proporción de mayores de 65 años que continúa en activo, en cualquiera de los regímenes de cotización, que son además un grupo más estable en cuanto a trayectorias laborales. En concreto, y según la última encuesta de población activa (EPA), son cerca de 44.000 las personas de más de 65 que siguen trabajando, mayoritariamente (83%) a jornada completa. Esta cifra ha aumentado en cerca de un 73% solo desde el año COVID. “Entiendo que este aumento no solo se debe a las mayores exigencias presentes de los períodos de cotización, sino que también todos tenemos interiorizado que cada vez hará falta cotizar más para percibir una pensión pública y que es necesario incrementar la base de cotización para poder mejorar nuestra pensión futura”, interpreta el profesor de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo Alberto Vaquero. “Es como si el trabajador mayor programase la jubilación ya no solo en función de su edad habitual para jubilarse y su período mínimo de cotización, sino también en función de las expectativas económicas del resto de su familia”.
Portugal, en problemas por el pleno empleo: “No hay gente”
La Associação Industrial Portuguesa (AIP) realiza periódicamente encuestas entre empresas, tanto para advertir dificultades actuales como para disponer de estimaciones futuras de negocio o empleo. Y las respuestas que ha recibido para su última evaluación arrojan una preocupación clara por la falta de mano de obra. “Nunca ha habido tanta gente empleada, pero no hay suficientes trabajadores. Portugal se encuentra prácticamente en una situación de pleno empleo, con muchas empresas experimentando enormes dificultades para encontrar los perfiles que necesitan para reforzar sus equipos y continuar con sus estrategias de crecimiento”, ha apuntado la AIP en un comunicado.
Según este estudio, una de cada cuatro compañías consultadas asegura que el del personal es su mayor desafío, que se convierte en un “obstáculo” a efectos de competitividad. Además, a pesar de las facilidades para la implantación de nuevos proyectos –suelo low cost, exenciones tributarias o sueldos más bajos–, para esta patronal es urgente revisar el marco fiscal nacional. “No podemos seguir con un marco fiscal que está formado por 4.300 impuestos y tasas. El Gobierno necesita mirar esto, porque está asfixiando a las empresas”, ha zanjado el presidente de la AIP, José Eduardo Carvalho.
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