El “Villa de Marín” vuelve a besar el agua tras dar el estirón

El “Villa de Marín”, ayer durante su botadura en Placeres. |   // RAFA VÁZQUEZ

El “Villa de Marín”, ayer durante su botadura en Placeres. | // RAFA VÁZQUEZ / Lara Graña / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

VIGO

El arrastrero Villa de Marín, de Pesquerías Nores, es el ejemplo perfecto de un pesquero que el naval gallego ha reformado profundamente. Aunque, en este caso, no para su exportación. Astilleros Placeres, en Marín, actuó como varadero para una obra de alargamiento de la que se encargaron firmas como las viguesas Talleres Gestido o F. Carceller. Ayer, el buque regresó al agua tras su botadura, aunque en lugar de los 39,5 metros de eslora con los que subió, ahora ya cuenta con 54.

La embarcación de Nores fue construida en 1998 en las gradas de Construcciones Navales Santodomingo (instalaciones ocupadas hoy por Armón Vigo). Gestido se encargó de la fabricación de un bloque de 14,5 metros, insertado en medio del arrastrero durante los últimos meses en Placeres para ganar en capacidad.

La base de operaciones oficial del buque está en Puerto de La Luz (Las Palmas), aunque está por ver a qué caladero se destinará tras este alargamiento.

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