Bonos transporte y coches a gasolina hunden la venta de gasóleo a niveles de hace 20 años

Su consumo en Galicia queda por debajo del millón de toneladas hasta septiembre

El diésel agrícola y pesquero, en valores inéditos por la pérdida de flota y abandono del rural

Vehículo repostando en una estación de servicio de Vigo.

Vehículo repostando en una estación de servicio de Vigo. / José Lores

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

Con la industria del automóvil en proceso de electrificación, y en espera de que la tecnología sea plenamente accesible en precio y dispositivos de carga, el mercado atraviesa ahora cierto momento de impasse: casi no se matriculan vehículos diésel, los de energías alternativas (híbridos, eléctricos, GNL...) multiplican sus ventas por tres en Galicia y los de gasolina se han asentado en la primera posición. Esta es la foto fija, en la que entran también derivadas como la desaparición del descuento de los veinte céntimos por litro de carburante y el despliegue por parte de las administraciones de los bonos para el transporte público. El resultado final es este: al margen del bache obvio de la pandemia en el ejercicio 2020 –con restricciones a la movilidad–, el consumo en la comunidad de gasóleo A no era tan bajo desde hace veinte años. Entre enero y septiembre, último mes con información disponible de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), el consumo de diésel se quedó en las 994.500 toneladas, tres puntos por debajo del año pasado y otro 5% inferior al promedio de la última década. Es preciso un viaje hasta el mismo periodo de 2003 (975.800 toneladas) para localizar unos valores de venta tan reducidos.

El impacto de las ventas de coches a gasolina, que han desplazado por completo a los diésel, es indudable. En el año 2006, por ejemplo –plena efervescencia del bum del ladrillo–, más de siete de cada diez vehículos matriculados eran a gasóleo. Ni rastro, entonces, de sistemas alternativos de propulsión. De los 3.966 coches matriculados este pasado octubre, solo una cuarta parte usan gasóleo y el 10% ya son de energías limpias. Y eso que los precios no ayudan. Los turismos y furgonetas a gasolina promediaron los 21.768 euros, 1.100 euros más caros que los diésel. Los alternativos continúan en valores inalcanzables para la mayoría de los usuarios, teniendo en cuenta las rentas disponibles en la comunidad: 27.583 euros (solo 15 euros de impuesto de matriculación de media, por las casi nulas emisiones).

El hecho es que, coste aparte de los vehículos nuevos, las ventas de gasóleo se hunden pero las de gasolina de 95 octanos no. Superaron las 211.000 toneladas en este periodo, un 11% por encima que antes del COVID. Tampoco ayuda la cotización de los carburantes. El vendaval inflacionario, que ya empezó a arreciar antes de la invasión de Ucrania, encaramó el litro a cotas de inéditas de dos euros. Esta tensión ha aflojado un poco, pero aquellos 1,37 euros por litro de diésel (octubre de 2021) no van a volver. Al menos a medio plazo. El Ministerio para la Transición Ecológica, en su resumen mensual, cifra en 1,67 euros el coste por litro de gasóleo A, no muy lejos de los bonificados 1,75 euros del año pasado.

No se subsidian los combustibles pero sí el transporte, una medida que continuará con el nuevo año para algunos colectivos (desempleados y jóvenes). Hasta ahora, estas ayudas dispararon la demanda de plazas en los trenes gallegos. En suma, según datos del Gobierno, más de cinco millones de clientes utilizaron los servicios de la operadora pública Renfe hasta septiembre, un 61% más tanto en media distancia como en los Avant.

Estructural

Los datos de Cores también ponen sobre el papel hasta qué punto se notan en el consumo cambios estructurales en el ecosistema industrial gallego. En toda la serie histórica no se registraba un volumen tan bajo de consumo de gasóleo bonificado (B), que es el que utilizan las máquinas agrícolas o buques de pesca. Se distribuyeron 191.700 toneladas desde enero. Amén de una mayor eficiencia en los sistemas de propulsión –en tierra y a bordo–, el abandono del rural y, sobre todo, la pérdida de capacidad instalada de la flota explican este escenario.

  • Desplazamiento en matriculaciones

    Solo una cuarta parte de los vehículos matriculados utilizan gasoil. Los de energías alternativas medran poco a poco, pero la gasolina es líder absoluta. El consumo de este último carburante sí aumenta.

  • Bonificación del transporte público

    El uso de abonos de Renfe en Galicia creció un 60% hasta septiembre, tanto en media distancia como en los Avant. El Gobierno ha anticipado que el transporte público será gratuito en 2024, si bien solo para jóvenes y parados.

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