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La hostelería negocia un alza del 4% este año en Pontevedra y fijos discontinuos a jornada parcial

Sindicatos urgen a cerrar las subidas salariales de 2023 y 2022, aún por concretar, y extender a 2024 la negociación del convenio

Trabajadores de la hostelería en una protesta convocada por el sindicato CIG (Pontevedra). RAFA VÁZQUEZ

La temporalidad es un factor clave en negocios como los restaurantes o los hoteles; locales que, bien sea para servir cenas o alquilar habitaciones, aglutinan buena parte de su actividad en verano. Con los picos de trabajo, crece la carga, y consecuentemente las contrataciones, si bien la Reforma Laboral impulsada por el Gobierno definió importantes cambios dentro de este ámbito en el sector de la hostelería.

Uno de ellos fue en relación a los fijos discontinuos a tiempo parcial –más concretamente, sobre el hecho de que una empresa pueda fichar a un camarero para cubrir jornadas específicas en horarios específicos, respondiendo a esos pluses de demanda–. Es algo factible, sí, pero que obligatoriamente debe estar previsto en los convenios colectivos de estos profesionales. En caso de no contemplarse, como sucede en la provincia de Pontevedra, los empresarios no pueden recurrir a dicha figura... Precisamente una de sus “prioridades” ahora mismo.

Según destacan representantes de los sindicatos CC OO, UGT y CIG en declaraciones a FARO, así lo ha transmitido la patronal en la mesa en la que a día de hoy se continúa negociando el acuerdo que busca establecer las condiciones de los empleados de hostelería de la provincia hasta 2025. Dos de ellos –los primeros–, han trasladado ya que están abiertos a esa opción, que aportaría flexibilidad al sector, aunque “estableciendo una regulación”.

Así lo indica Jorge Carneiro, responsable de servicios de Comisiones Obreras en Vigo, para quién para avanzar en la figura del fijo discontinuo a tiempo parcial es totalmente necesario que dichos contratos cuenten con una duración mínima –plantean que sea de entre seis y ocho meses, “excepto en las empresas que no abran todo el año” –. En relación al llamamiento, su posición –compartida por el responsable de Unión General de Trabajadores para este tema, Jose Antonio Boullosa– es que los empresarios comuniquen la necesidad de mano de obra a sus trabajadores con una semana de antelación, teniendo que tirar necesariamente de fijos discontinuos y primando en el orden de llamada su antigüedad.

El único sindicato que rechaza esta postura es la Confederación Intersindical Galega. Para Transi Fernández, secretaria nacional de CIG-Servizos, “los profesionales del sector no pueden trabajar por horas cuando el empresario quiera”. “Nosotros nos negamos a esto, pensamos que los trabajadores deben estar contratados a jornada completa, independientemente de que trabajen dos o tres meses al año”, dice.

Con los votos de CC OO y UGT bastaría, si bien esta cuestión aún tardará en cerrarse. Por el momento, los tres representantes denuncian que la patronal ha transmitido la imposibilidad de seguir negociando por el clima de “inestabilidad” que a sus ojos ha generado la reducción de la jornada a 37,5 horas pactada por el nuevo Ejecutivo del PSOE y Sumar. Su argumento, “inadmisible” para las centrales, las ha llevado a pedir que se alcance un acuerdo lo antes posible sobre las alzas salariales de 2022 y 2023 –todavía por concretar la primera y al menos un 4% la de este año–, y extender la negociación del convenio a lo largo de 2024 para determinar las subidas salariales de ese ejercicio y 2025, el asunto de los fijos discontinuos a tiempo parcial o la “precariedad” de las camareras de piso. De todo hablarán hoy en una nueva reunión.

El convenio negociado afecta a 26.000 trabajadores de la provincia, de los que entre el 30% y el 40% son fijos discontinuos a jornada completa –entre 7.800 y 10.400 personas–.

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