Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

La pesca gallega digiere inversiones por 275 millones y un aumento del 70% en intereses

La industria amortiza ahora actuaciones expansivas por compras de empresas, factorías o renovación de flota

El consumo de pescado en España sigue en niveles “muy flojos”

Junta extraordinaria "tensa" en Inpesca, socia de Atunlo

Empleado de la planta de Iberconsa en Vigo, con pescado congelado.

Empleado de la planta de Iberconsa en Vigo, con pescado congelado. / Pablo Hernández

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

Pese a que una marejada de private equity llamó con insistencia a las puertas de empresas pesqueras para entrar en su capital, la estructura del sector ha mantenido hasta ahora un carácter puramente familiar. Grupo Iberconsa fue una excepción –por partida doble, con Portobello Capital y Platinum Equity– y solo Profand abrió su accionariado a Corporación Financiera Alba (23,71%) a cambio de una inyección de 100 millones de euros. Así que los continuos proyectos de expansión o mejora en los que se embarcan estas empresas se digieren con el respaldo financiero casi exclusivo de la banca tradicional. Y sin socios.

Salvo las joint venture que operan en las Malvinas u otras iniciativas más bien singulares –Frialia (ex Frioya) pertenece a Profand, Pereira y Pescapuerta, y la factoría Central Lomera Portuguesa es de Atunlo y Marfrío–, las inversiones suelen ser aventuras en solitario. Algo que nunca arredró a las pesqueras pero que sí las penalizó en algunos momentos. El actual, con un subidón inédito del precio del dinero, es uno de ellos.

De acuerdo a los datos del Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca (Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries, STECF) de la Comisión Europea, la industria de elaborados española realizó inversiones en los últimos cinco años por cerca de 550 millones de euros. De este importe, en torno a la mitad corresponde a actuaciones de compañías de pesca congelada y conserva gallegas. No hubo proyectos faraónicos –la vieja Pescanova, por ejemplo, llegó a invertir más de 830 millones sin capital propio en el mismo periodo–, sino para tener más presencia en origen, la valorización de materias primas, mejoras en procesos productivos o renovación de flota.

Son muchos los ejemplos: instalaciones de líneas de ultracongelación en Namibia, buques como Monteraiola o Argos Cíes, integraciones de otras pesqueras (Santa Cruz, Sofinas o Conarpesa) o nuevas factorías de elaboración o logística de frío (Iberconsa Bouzas, Albo en la Plisan o Frialia Mos). Pero no solo hay que devolver estos préstamos, sino sostener el coste ordinario de una actividad cada vez más internacional, y en consecuencia más dependiente de líneas de factoring, confirming o de importación.

Las cuentas correspondientes al ejercicio fiscal de 2022 constatan hasta qué punto los costes financieros están detrayendo fondos a las compañías del sector. FARO ha consultado los balances de una decena de operadoras de gran tamaño, algunas de las cuales arrastran ahora problemas de tesorería.

El aumento en este capítulo oscila entre el 24 y el 106%, que son gastos financieros tanto por deudas con terceros como por pasivos con empresas del mismo grupo. Dos casos para ilustrarlo: el primero corresponde a una comercializadora cuyos gastos financieros pasaron de 2,25 millones de euros a 3,36 millones en solo un año; el segundo, una armadora cuya factura fue de 1,75 millones de euros, frente a los 848.000 euros del ejercicio 2021.

Estos datos, no obstante, no reflejan íntegramente los impactos de la política antiinflacionaria del Banco Central Europeo (BCE), toda vez que los tipos solo estaban al 2,5% a cierre de 2022 y a día de hoy están encaramados en el 4,5%.

Un factor entre muchos

Como ha analizado FARO en el último mes, el de los costes financieros es uno de los factores que ha llevado el límite a algunas compañías, con ya al menos tres de ellas (Fandicosta, Actemsa y Atunlo) en preconcurso de acreedores. Pero no el único: la caída drástica en el consumo de pescado, el incremento de los costes operativos, las malas campañas en algunas pesquerías y erróneas estrategias de aprovisionamiento de stock han contribuido a una tormenta perfecta.

“Las ventas continúan muy, muy flojas, especialmente en España”, constata un operador, que también acaba de ejecutar una inversión de crecimiento inorgánico. Impagos se han reproducido ya en empresas instaladas en País Vasco, Murcia y Cataluña, como pudo constatar este periódico.

[object Object]

En la localidad vasca de Mundaka se reúne hoy, por otra parte, la junta de accionistas de Compañía Internacional de Pesca y Derivados (Inpesca), que es una de las dos accionistas de la viguesa Atunlo. Será una cita tensa –se ha convocado en sesión extraordinaria–, según fuentes próximas al grupo. En el capital de Inpesca está, con un 28,09% del capital social, la mercantil Euskaltuna, comandada por Luisa Lachaga (Albacora). La convocatoria de la junta tuvo que ser modificada de hecho a petición de Euskaltuna, que solicitó por burofax “la incorporación” de un punto en la orden del día.

El primero corresponde a “información a los accionistas de la situación de Atunlo”; el segundo, “decisiones a adoptar en relación con lo tratado en el punto primero de la orden del día”. Este punto número dos no estaba en la convocatoria original, a la que también ha tenido acceso FARO. Este periódico trató de contactar con la dirección de Inpesca –la presidencia del consejo de administración está en manos de Guillermo Arrien Zulueta–, sin éxito.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents