La Xunta impulsará planes de bienestar en pymes para prevenir alcoholismo y drogas
La nueva Estratexia de Seguridade e Saúde no Traballo pone en primer plano los riesgos psicosociales, edadismo, la situación de los “riders” y el estado de la maquinaria industrial

Un soldador trabajando en una obra. / Gustavo Santos

El último trabajador fallecido en Galicia en una accidente laboral tenía 41 años. Quedó atrapado el pasado 20 de septiembre en las grúas del astillero Armón de Vigo, donde su empresa, Electricidad Tecnisa, estaba subcontratada. El equipo sanitario que se trasladó a la factoría no pudo hacer nada para salvarle la vida por la gravedad de las heridas. Los tres grandes sindicatos de la comunidad salieron a la calle al día siguiente en solidaridad con el operario muerto en el siniestro que CC OO, CIG y UGT achacaron a la precarización y “al descontrol sobre las condiciones de trabajo en materia de seguridad”. “Las administraciones y la clase empresarial de este país tienen que poner fin a esta lacra”, reclamaron. Entre enero y julio van en la comunidad ya 31 víctimas de accidentes durante la jornada y hay otras 5 in itínere, un 29% más que en el mismo periodo del pasado año –sin contar los 21 marineros del Villa de Pitanxo– y un 38% por encima de 2021.
La siniestralidad crece en Galicia en un momento de clara transformación del mercado laboral, cuando los viejos riesgos pendientes de minimizar conviven con los derivados de las nuevas modalidades de trabajo y los sectores emergentes. En ese contexto y para encarar los muchos desafíos que plantea nace la renovada Estratexia de Seguridade e Saúde no Traballo de Galicia: Horizonte 2027, la hoja de ruta diseñada por la Consellería de Promoción do Emprego e Igualdade y el Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (Issga) en consenso con los agentes sociales. Se trata, según el Ejecutivo autonómico, de una apuesta por el empleo de calidad más allá de la cuestión salarial “sentando las bases para crear entornos de trabajo seguros, saludables y sostenibles”.
La estrategia, elaborada bajo la perspectiva de género, marca seis grandes objetivos: afrontar esos riesgos derivados de las nuevas formas de trabajo, adoptar la gestión preventiva al uso de las nuevas tecnologías, abordar los riesgos psicosociales –desde el estrés a la violencia–, reducir la siniestralidad en actividades con especial incidencia (el sector de los cuidados, pesca, construcción, forestal y naval, entre ellos) y los daños en la salud, tanto por los accidentes, como por las enfermedades profesionales.
Hay 135 medidas concretas en las 19 líneas de actuación a desarrollar por parte de la administración autonómica directa e indirectamente a través de la concienciación en los próximos cinco años con un presupuesto de 55,8 millones. “Esta estrategia se centra en las personas –señala la conselleira, Elena Rivo, en el documento– e incide a través de la consecución progresiva del bienestar laboral en un aumento de la productividad económica y social de nuestro tejido productivo”.
La gran meta es que la cultura del bienestar empape la organización de las empresas con “una visión integral de la salud”. Galicia participará “activamente” en el proyecto de Red Española de Empresas Saludables e impulsará entre las pymes el lanzamiento de planes de promoción de la salud, “incluso para la prevención del consumo abusivo de tabaco, alcohol y otras drogas”.
La administración autonómica quiere que los negocios interioricen la importancia de tener “programas consensuados de hábitos saludables” –incluida la nutrición, el sedentarismo y el sueño– ante la subida constante de las muertes en accidentes laborales por patologías no traumáticas, como infartos y derrames. Y que los propios profesionales de los servicios de prevención hagan hincapié en ello.
Los riesgos psicosociales y ergonómicos salen del discretísimo segundo plano en el que hasta ahora se movían. La intención de la Xunta es incluirlos en las campañas de prevención y en las guías del Issga, pensando “especialmente” en las pymes. Hay claramente un antes y un después de la salud mental con la pandemia, que sirvió también de termómetro del funcionamiento interno de las empresas. La estrategia apuesta por hacerles entender la importancia “de un liderazgo fuerte en situaciones de crisis para mantener su viabilidad sin descuidar la protección de la seguridad y salud laboral” de las plantillas.
Se estudiarán los factores psicosociales en alianzas con las universidades gallegas y las sociedades técnico científicas. Con la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo también habrá colaboración en la investigación abierta para conocer el impacto en la seguridad y salud de los trabajadores “del desarrollo tecnológico, el cambio climático, la evolución demográfica y la transición ecológica”.
Contra el edadismo
El problema del envejecimiento entra de lleno en la estrategia. Incluye la elaboración de programas de asistencia técnica y control “dirigidos a la gestión de la edad en las empresas que lo necesiten por la prolongación de la vida laboral en el cuadro de personal”. En ese mismo camino de avanzar en la protección eficaz de los empleados con “una adecuada gestión de los riesgos derivados de la nueva realidad laboral”, Promoción do Emprego va a participar “en el control de las condiciones de seguridad y salud de los servicios de reparto o distribución de productos de consumo” mediante plataformas digitales, de los riders. Existe un apartado específico para los colectivos más vulnerables. Consellería e Issga apuestan por actuaciones de asesoramiento y vigilancia del cumplimiento de la normativa para las mujeres embarazadas, la lucha contra el edadismo y la creación de protocolos específicos para adaptar los puestos de trabajo en las reincorporaciones tras bajas prolongadas.
En el refuerzo del control por la elevada siniestralidad en algunos sectores, la nueva estrategia identifica en la construcción las caídas desde alturas, el montaje y desmontaje de escenarios y la instalación de paneles fotovoltaicos. Dentro de la actividad forestal, la prioridad son los desbroces y cortes de árboles. En pesca y otros sectores vinculados, en los que la Xunta quiere actuar de la mano de las cofradías, se menciona los medios de salvamento a bordo, entre otras cuestiones. En la industria el foco se pone en naval, siderometal, piedra, automoción, madereras y conserveras y, particularmente, en el estado real de las instalaciones y la maquinaria de las fábricas como posible razón de los accidentes.
Nueva hoja de ruta
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