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La rentabilidad de los negocios de salud y geriatría en Galicia duplica al textil y motor

Las empresas vinculadas al sector de cuidados rozan el 7% de retorno sobre la inversión, seguidas de la energía (6,8%)

La productividad se disparó tras la crisis del COVID-19

Residencia de mayores Amboage, en A Estrada Bernabé / Javier Lalín

Ni el máster más sofisticado de gestión empresarial enseña a manejar el timón en medio de una pandemia global y con una guerra a las puertas de Europa. Y esas dos tragedias se encadenaron en apenas tres años, vapuleando la economía con sus múltiples efectos colaterales. Las cadenas de suministro saltaron por lo aires por las restricciones en el confinamiento primero y por la saturación de la demanda después, cuando la actividad salió con tanta velocidad de las restricciones por el COVID-19 que media industria del viejo continente sufrió problemas de abastecimiento. Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y los avales a cargo del ICO para las empresas salvaguardaron el tejido productivo en España. Sin ellos, la ocupación no estaría en estos momentos en cifras sin precedentes por encima de los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, ni tampoco el consumo, sostenido por la creación de más y mejores puestos de trabajo y el ahorro acumulado desde la aparición del coronavirus, hubiera aguantado ahora la fuerte embestida de la inflación.

Las empresas gallegas afrontan esta nueva marejada de incertidumbre por los todavía elevados costes y las consecuencias ya perceptibles de las diez subidas consecutivas del Banco Central Europeo a los tipos de interés –hasta el 4,5%, su pico en las dos últimas décadas– tras la clara recuperación de sus cuentas a lo largo de 2021. Los ingresos de explotación crecieron casi un 14% ese ejercicio. Las más de 37.900 sociedades analizadas por el Informe Ardán de la Zona Franca de Vigo sumaron 109.923 millones de euros y un valor añadido bruto de 26.086 millones. La inversión medró el 6,2% y un 5,7% las plantillas. La productividad se disparó. La cifra de negocio por empleado ascendió a 85.720 euros tras un alza del 10,46% respecto a 2020 (76.588 euros) y del 4,4% sobre los niveles prepandemia (82.091 euros en 2019).

La rentabilidad económica media –que mide la capacidad de generar beneficios en función de la inversión acumulada– mejoró algo más de un punto: 3,88%. Es decir, por cada 100 euros en activos, las empresas ganan casi 4 euros. “Este comportamiento se debe principalmente al aumento en las tasas de los márgenes empresariales, rotación de activos y rotación de existencias, magnitudes influenciadas por la recuperación pospandemia iniciada en este ejercicio”, explican los técnicos que elaboraron el Ardán. Los tres principales ingredientes de la rentabilidad avanzaron notablemente en comparación con 2020, pero, sobre todo, el margen empresarial, que pasó del 2,36% al 3,31%. En las grandes compañías asentadas en la comunidad alcanzó el 5,25%; el 6,49% en las medianas; el 3,82% en las de menor tamaño; y el 3,54% en las micro.

El tamaño influye, pero el otro gran músculo de la rentabilidad es el tipo de negocio. De los 19 grandes sectores predominantes en la economía gallega, la salud y la asistencia social encabeza el ranking. Por cada 100 euros en activos, recibe un retorno del 7%. En 2020 fue del 5,41%. Las empresas de sanidad privada y las firmas de geriatría y servicios sociales superan incluso a la fructífera actividad de la energía, que en Galicia alcanzó una rentabilidad del 6,8% en 2021, un punto y medio por encima del año anterior. En lo alto de la tabla están también el turismo, viajes y ocio (5,59%), la industria auxiliar (5,33%) y las empresas de información y conocimiento (4,88%).

Tanto el negocio de los cuidados como la energía (que incluye electricidad, el resto de fuentes y el agua) duplican ampliamente la rentabilidad del textil, la confección y la moda –2,49%, la menor tasa–; y la del otro pulmón económico de la comunidad, la industria de la automoción y los componentes (3,4%). Completan la cola de la rentabilidad el naval (2,96%), el sector de la piedra (3%), las firmas agroalimentarias (3,13%), la construcción (3,22%) y los fabricantes de artículos de consumo (3,3%).

Rentabilidad economica de las empresas en Galicia. Hugo Barreiro

La rentabilidad financiera sigue la misma senda que la económica. Rozó el 7% en 2019, la pandemia la recortó al 5,1% en 2020 y en 2021 escaló al 7,7%. El indicador aflora la capacidad de una empresa para dar valor al desembolso de fondos por parte de los accionistas. Está muy vinculado a cómo evoluciona la deuda y el coste neto dejó “un aumento moderado” en el último ejercicio analizado en el Informe Ardán: del 2,10% pasó al 2,24%. El coeficiente de endeudamiento sí disminuyó una décima, hasta el 1,2%, muestra de la tendencia en las empresas gallegas a tirar de recursos propios en lugar de la financiación externa. 

La mujeres aglutinan el 90% del empleo en las empresas de cuidados y el 11% en el transporte

El naval es la excepción en la regla general del comportamiento del empleo en Galicia a lo largo de 2021. Tras el golpe del COVID-19 en el mercado laboral, con una caída sin precedentes de la ocupación en las semanas de confinamiento e hibernación de la actividad para contener la primera ola, los principales sistemas productivos sectoriales retornaron a la senda del crecimiento, en mayor o menor medida. Porque, como sucedió con el negocio, no todos sufrieron por igual el shock de la pandemia.

En las 30.000 firmas recogidas en el Informe Ardán, el empleo aumentó el 5,75%. Destacan por encima de la media los servicios profesionales (10,9%); salud y asistencia social (8,2%); información y conocimiento (7,7%); textil, confección y moda (7,5%); y madera y muebles (7%). Las mujeres ocupan el 42% de los puestos acumulados por las empresas de la muestra del análisis, aunque su proporción varía, y mucho, en función de las diferentes actividades.

La feminización salta a la vista en el sector de los cuidados. El 90,6% de los trabajadores de los servicios sociales sin alojamiento en Galicia son mujeres; y el 88,7% en el caso de los geriátricos. En los negocios minoristas de prendas de vestir y complementos alcanzaron el 84,9% en 2021; el 76,8% en los supermercados e hipermercados; el 73,7% en servicios a edificios e instalaciones, una categoría que incluye la limpieza; y cerca del 70% en educación. En cambio, en instalaciones eléctricas las mujeres solo suponen el 11%; el 11,3% en transporte de mercancías; el 11,3% en construcción de edificios; y el 12,7% en carpintería metálica. 

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