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La ría de Vigo, el lujo por costumbre

El recién estrenado “M&Em”, de 74 metros, se suma a la retahíla de yates de gran lujo que recalan al abrigo de las Cíes: "Costará unos 80 millones de euros"

Lara Graña

Lara Graña

Damen es uno de los principales grupos de construcción naval del mundo, con permiso de los dopados astilleros de China o Corea del Sur. Con más de 12.000 empleados directos, dispone de 35 instalaciones industriales para ensamblar o reparar todo tipo de embarcaciones. Cuatro de ellas están dedicadas únicamente al segmento de barcos de placer, los yates, y ubicados en Flesinga (Países Bajos), Gdynia (Polonia), Antalya (Turquía) y Galati (Rumanía). La compañía ofrece tres tipos de yates: los de clase Amels, los SeaXplorer (exploración) y los de apoyo, que son como minihoteles flotantes premium para dar servicio y cobertura a otras naves todavía más imponentes.

Según Damen, “un yate Amels puede ser el regalo más preciado de todos: el tiempo”. Sin duda, un gran reclamo de marketing. “Tiempo para pasar con tus seres queridos, para convetir momentos en magia y crear experiencias que duren toda la vida”. El detalle omitido es el precio. “Para superyates de entre 60 y 120 metros de eslora –explica un experto en el sector–, y dependiendo de la propulsión, el nivel de habilitación, el precio medio del mercado para el armador es de 1 millón de euros por metros de eslora”. Hoy está en Vigo un Amels, modelo LE 242, de 74 metros y procedente de Gibraltar. “Habrá costado unos 80 millones de euros”, abunda. Uno más de los megayates de ultralujo que se dejan ver por la ría, ya acostumbrada a este tipo de visitas.

La ría de Vigo, el lujo por costumbre

El “Moonrise”. / Lara Graña

Este último fue bautizado como M&Em, entregado el año pasado para el grupo Imperial Yachts, un grupo que ha sido vinculado por parte del Tesoro de Estados Unidos con la élite política vinculada a Vladímir Putin, a través de Evgeniy Kochman, y que la compañía ha negado. Este barco en particular no ha recibido ninguna sanción. Con diseño interior de Winch Design, fue construido con casco de acero y superestructura de aluminio. Tiene capacidad para albergar a 12 huéspedes y a 19 miembros de la tripulación. Puede navegar a más de 16 nudos de velocidad y utiliza pabellón de las Caimán, uno de los territorios donde más se registran este tipo de embarcaciones.

Su precio es prohibitivo, pero cada vez hay más personas potentadas no solo con capacidad para sufragar caprichos de este tipo, sino con la determinación de llevar a cabo esta inversión. El pasado año, por ejemplo, se computó un récord de 1.024 superyates en las carteras de pedidos de astilleros de todo el mundo. Dos de ellos, por cierto, confiados al equipo de Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard). El último, Renaissance, acaba de ser entregado y que se alquila por 3 millones de euros a la semana.

La ría de Vigo, el lujo por costumbre

El “A”, de un magnate ruso. / Lara Graña

En los últimos años se han dejado ver dentro de las Cíes unidades como el A, del magnate ruso Andrey Melnichenko y que sería requisado en marzo de 2022 en Italia por los vínculos del empresario con el régimen de Putin. O el Moonrise, propiedad de uno de los cofundadores de la red social WhatsApp, Jan Koum.

Mucho más prolongada fue la estancia del Azzam, que recaló cinco meses en el muelle de Trasatlánticos para una intensa reforma acometida por Freire.

El coloso de lujo se despide de Vigo

Pablo Hernández Gamarra

Del jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, sus 180 metros lo convierten en el superyate de mayor envergadura del mundo. El Shyntesis, otro modelo Amel y también de 74 metros, fue encargado a Damen por el fundador de PokerStars, Mark Scheinberg, y pasó unas horas en las instalaciones de Marina Davila.

Este jueves está prevista la salida del M&Em con rumbo, de momento, desconocido.

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