Reformas y eficiencia energética alientan un bum de auxiliares del ladrillo en Galicia

La creación de negocios de instalaciones eléctricas, carpintería y fontanería crece casi un 50% este año | El sector está “cada vez más atomizado” con firmas de menor tamaño

Un trabajadador en unainstalación de autonconsumofotovoltaica.  // JC BARBER

Un trabajadador en unainstalación de autonconsumofotovoltaica. // JC BARBER / julio pérez

Julio Pérez

Julio Pérez

El cambio de ciclo en los tipos de interés es un doble golpe para la construcción. Su financiación se encarece en un contexto de subida generalizada de costes de las materias primas y la demanda de viviendas pisa el freno porque conseguir un préstamo no resulta tan fácil ni tan barato como hace un año, cuando el precio oficial del dinero estaba todavía en el 0%. A punto de alcanzar el 4% –el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, dejó entrever la pasada semana que en la cumbre de junio se decidirá otro incremento de 0,25 puntos–, las compraventa de pisos y casas bajaron en casi 3.300 entre enero y marzo en comparación con el mismo periodo de 2022. Se comercializaron en total 161.024 inmuebles. “En todo caso, a pesar del descenso interanual en los resultados trimestrales, los niveles alcanzados son muy significativos, cercanos a niveles máximos de los últimos años, constatando la fortaleza del mercado residencial”, según destaca el Colegio de Registradores de la Propiedad en su último balance.

El Indicador de Clima de la Construcción (ICC) elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo a partir de los datos de la encuesta de coyuntura a las empresas del ladrillo refleja también “signos de ralentización del crecimiento”, aunque el propio Observatorio de la Fundación Laboral de la Construcción, integrado por la gran patronal constructora y los sindicatos UGT y CC OO, encuadran el cambio de marcha “dentro de la normalidad por el fuerte impulso experimentado desde finales de 2020”. A lo largo del pasado ejercicio registró valores “que no se alcanzaban desde 2007”, especialmente en la rama de actividades especializadas, la que ofrece las mejores perspectivas de evolución para el actual 2023.

Alza del 44%

Ahí se integra todo lo que no sea edificación y obra civil, desde los trabajos previos para la adecuación de las parcelas –demolición, preparación de terrenos o perforaciones y sondeos–, hasta las instalaciones eléctricas, la fontanería y la carpintería, pasando por revestimiento de suelos, acabados de fachadas o construcción de cubiertas. Son las auxiliares del sector y el corazón del negocio en estos momentos con un incremento del 44% en la creación de nuevas empresas en lo que va de año en Galicia, impulsadas por el auge de la rehabilitación y la mejora de las viviendas.

“Existe una importante vorágine económica en obra pública y privada actualmente”, asegura Miguel Caruncho, presidente de la Asociación de Constructores de Pontevedra (ACP), “y no solo por las reformas en el caso de la actividad residencial”. “La eficiencia energética –incide– se ha convertido en un tema capital”.

Reformas y eficiencia

Entre enero y mayo, según los datos del Boletín Oficial del Registro Mercantil recopilados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), en Galicia se constituyeron 1.841 empresas. Son 4 más que en los mismos meses de 2022. Las actividades de construcción especializada lideran el incremento: 144 firmas, 44 más que el año pasado. El resto de la construcción está mucho más contenida. La edificación creó 77 empresas, 20 menos; y 6 la ingeniería civil, 4 por debajo de las cifras de hace un año.

Detrás de la expansión de las empresas auxiliares está, además, la apuesta por la especialización en un momento de déficit de mano de obra en buena parte de esos oficios y “un proceso de cada vez mayor atomización”. “Hasta 2008 y 2009 –explica Miguel Caruncho, en referencia a los años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria–, el sector se caracterizaba por empresas de mayor dimensión con más volumen de trabajo”. La nueva era de ladrillo viene con otra demografía empresarial bajo el brazo. “En lugar de empresas con 40 fontaneros en nómina, ahora lo normal son de 3-4 operarios que asumen menos obras”, detalla.

Cambio de prioridades

La evolución del empleo es especialmente llamativa entre las empresas de instalaciones eléctricas. En marzo sumaban cerca de 12.700 trabajadores en Galicia, un 7% más que un año antes. Se crearon 823 empleos, claramente impulsados por el bum del autoconsumo renovable en las viviendas y las plantas productivas. Los datos de licencias evidencian igualmente la buena salud de las obras de rehabilitación –1.840 en la comunidad en 2022, superando incluso los mejores años de la burbuja–, en muchos casos para ganar eficiencia energética. “Hasta hace poco no era prioritario que se perdiera calor porque el gas o el gasóleo tenía precios razonables”, recuerda Caruncho. Pero la crisis energética trastocó las prioridades “y ahora la gente invierte más en aislamiento que en un buen parqué”.

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