Los inversores ya han digerido la revolución en la cúpula de Inditex que se produjo en noviembre de 2021, con la salida de Pablo Isla y la llegada de Marta Ortega a la presidencia no ejecutiva y de Óscar García Maceiras al cargo de CEO. Han tardado casi 19 meses en hacerlo. Es el tiempo que transcurrió para que sus acciones vuelvan a alcanzar los 32 euros y de paso retornar a los 100.000 millones de capitalización bursátil. Y se ha producido cinco días antes de que anuncie sus resultados del primer trimestre, en el que los analistas prevén que roce por primera vez los 1.000 millones de beneficios entre febrero y abril.

El 5 noviembre de 2021 fue la última vez que valió 100.000 millones. Al final de ese mes, se produjo el cambio en la cúpula y la acción empezó a caer hasta tocar suelo en mayo del ejercicio pasado: 19 euros. La cota más baja en siete años. Entonces, su capitalización en Bolsa 59.215 millones, 40.000 menos que ayer. La culpa del descenso a los infiernos no solo hay que buscarla en el cambio de timón en la empresa y las incógnitas que suponía. En su contra también estaban el alza del precio de las materias primas y, sobre todo, la incertidumbre provocada por la invasión en Ucrania.

En lo que va de año, la revalorización de la acción del grupo gallego es del 29,5%. Si un inversor se gastó 1.000 euros en títulos de Inditex a principios de año y las vendió ayer, se embolsó los 1.000 euros que abonó y además ganó 290 (a los que habría que restar los impuestos). El alza de los cinco primeros meses es casi tres veces más que el del conjunto del Ibex (11,4%).