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Las exportaciones y el rebote del consumo pese a la inflación aceleran el PIB gallego

La economía regional creció en el primer trimestre un 1,1% respecto al cierre de 2022 y un 2,8% en tasa interanual | La demanda interna vuelve a valores positivos tras seis meses de bajada

Los datos suelen matar los relatos exagerados con más o menos intención detrás y en el caso de la evolución de la economía evidencian que las previsiones apocalípticas carecían del mínimo rigor. Ni el Producto Interior Bruto (PIB) estatal ni el de Galicia se asoman mínimamente a la tan manida recesión. Todo lo contrario. Después de la ralentización que sí existió en el ecuador del pasado ejercicio por los muchos golpes desencadenados por la invasión de Rusia a Ucrania –sobre todo, el alza disparada de los precios de las materias primas y la energía–, la actividad pisa de nuevo el acelerador, incentivada en la comunidad por el negocio exterior de las empresas y por la demanda interna que, tras dos trimestres en negativo, vuelve a ser una palanca de crecimiento.

El PIB autonómico en el primer trimestre de 2023 se expandió un 1,1% en comparación con el periodo de octubre a diciembre del año pasado, según el balance de contabilidad regional publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Se trata del mayor ascenso en un arranque de ejercicio desde 2018, como destaca la Consellería de Facenda. En la tasa interanual, la economía gallega avanzó un 2,8%. Con este van seis trimestres consecutivos de subidas inferiores al conjunto del Estado, en parte porque Galicia soportó mejor el hachazo del COVID-19 gracias a la menor dependencia del turismo extranjero, el buenísimo comportamiento de la industria de la automoción y la fuerte implantación del sector alimentario.

El gasto en consumo final aumentó un 0,2% en comparación con el último trimestre de 2022 gracias a la mejora (0,4% de alza) en el consumo de los hogares a pesar de la todavía elevada inflación. La situación de los precios sí se nota en la perspectiva anual: el desembolso del sector privado mermó un 0,4%. El de la administración sigue en negativo –0,4% de caída trimestral y 0,2% anual– tras las fortísimas inyecciones de dinero público para remontar la pandemia. La formación bruta de capital, en cambio, rebota. El capítulo recoge la inversión de las empresas ante la perspectiva de evolución de sus negocios y se considera un termómetro fundamental de la salud de la economía. Se incrementó un 1,6% sobre el trimestre previo y hasta un 3,3% en comparación al arranque del año pasado. Las exportaciones siguen dando fuelle a la economía. La demanda externa aporta 2,6 puntos de los 2,8 de todo el ascenso del PIB.

De los once grandes grupos sectoriales, solo tres produjeron menos que en el primer trimestre de 2022. Fueron la información y las comunicaciones, con una bajada del 5,8%; un 8,7% en las actividades financieras y los seguros; y el 0,3% en la administración pública. La industria lidera las subidas: 8,9%, aunque la rama manufacturera está más contenida (2,2%). Un 4% se elevó la aportación de la construcción; el 6% el comercio, el transporte y la hostelería; y la tasa interanual de las actividades artísticas, recreativas y de ocio alcanzó el 5,7%. Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca avanzaron un tímido 0,3%.

Como muestran mensualmente los datos del paro y la afiliación a la Seguridad Social, el primer trimestre del año dejó en Galicia un incremento del 1,2% en el número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. Son 12.577 más que el trimestre anterior, hasta un total de 1,045 millones.

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