Tavares para la “gigafactoría” de Canadá y deja un aviso: sin ayudas no hay plantas

Paraliza las obras y pide a Trudeau igualar los apoyos que el país da a VW para la misma provincia | La noticia llega en plena negociación para la planta en España o Portugal

Recreación de la planta paralizada en Canadá.

Recreación de la planta paralizada en Canadá. / A+BM

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El CEO de Stellantis, Carlos Tavares, no hace declaraciones de cara a la galería. Lo ha demostrado siempre, tanto para lo bueno como para lo malo, y lo ha trasladado en cualquier ocasión en la que tenía un micrófono delante y lo veía oportuno. Y lo saben bien en Canadá. En marzo del año pasado el país norteamericano celebró el anuncio del grupo y de la coreana LG para construir una gigafactoría de baterías en la ciudad de Windsor; ahora, en cambio, la joint venture ha optado por paralizar las obras y amenaza con cancelar el proyecto de 3.900 millones de euros. Y el motivo, según trascendió en los medios locales, es que Tavares y su socio están reclamando al Gobierno de Justin Trudeau y de la provincia de Ontario los mismos apoyos que recibirá el fabricante rival Volkswagen en la misma provincia. Un nuevo aviso del portugués tanto a esta como a otras administraciones de que sin ayudas no habrá inversiones de Stellantis. Todo ello, en plena negociación de una planta de baterías que el CEO del grupo rifa entre Portugal y España, país todavía pendiente de varios cientos de millones para las fábricas en el marco del Perte VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado), como es el caso de la de Vigo.

La gigafactoría de Canadá fue la cuarta anunciada por el grupo tras las tres en Europa (Francia, Alemania e Italia) de la joint venture Automotive Cells Company (ACC, formada por Stellantis, TotalEnergies y Mercedes-Benz). Con una potencia de 45 gigavatios/hora, crearía 2.500 puestos de trabajo y abastecería a la planta de montaje de Stellantis en Windsor y a otras que el grupo tiene en Norteamérica.

Las obras a cargo de las constructoras Alberici y Barton Malow ya habían empezado y hasta la fecha había significativos avances en la fábrica de módulos, mientras que la de mayor tamaño, centrada en las celdas de las baterías, estaba comenzando. Sin embargo, Stellantis y LG decidieron paralizar las obras después de las negociaciones que se dieron a conocer con el Gobierno a finales de la semana pasada.

Según el diario Toronto Star, que está siguiendo de cerca la polémica, Tavares y su homólogo en la compañía coreana, Young Soo Kwon, enviaron una misiva el pasado 19 de abril a Trudeau avisándole de que el proyecto estaba en peligro y pidiéndole ratificar un acuerdo alcanzado en febrero para igualar los subsidios lanzados por Biden en EE UU. De hecho, dejaban la puerta abierta a tomar decisiones drásticas respecto a “otras inversiones” planeadas en Canadá.

De fondo están también las ayudas otorgadas a Volkswagen para una gigafactoría también en Ontario. El primer ministro de esta provincia, Doug Ford, asegura que otorgó la misma cantidad de apoyos a ambos fabricantes, por lo que pidió al Gobierno central hacer lo propio. “Contamos con que Stellantis sea razonable”, dijo por su parte la viceministra primera de Canadá, Chrystia Freeland.

La polémica al otro lado del Atlántico llega en un momento clave para España (y Galicia), toda vez que el propio Tavares puso al país a competir con Portugal por la que sería la sexta gigafactoría del grupo. El luso hizo el anuncio durante una visita a la planta de Mangualde y ya allí destacó las bondades del país en cuanto a costes laborales o acceso a energía. Sin embargo, buena parte de la decisión se basará en las ayudas, y el patrón de Stellantis ya tuvo un encontronazo en el pasado con el Gobierno de Pedro Sánchez precisamente a costa de los fondos europeos para el sector de la automoción. “No me han llamado”, dijo entonces el luso, contradiciendo al entonces secretario general de Industria, Raül Blanco.

De hecho, el caso de las ayudas otorgadas a Volkswagen en Canadá se parece a lo sucedido en España, donde el grupo germano recibió 397 millones para su planta de baterías en Sagunt en el Perte VEC, mientras que Stellantis tuvo que presentar un proyecto de mínimos para la fábrica de Balaídos por la rigidez de las bases.

Ahora está previsto que la segunda convocatoria salga en junio. En ella, además de fondos para las nuevas plataformas industriales, habrá también una línea específica para baterías y sus componentes, pero una vez más el timing no estaría del lado de Stellantis para esa posible sexta gigafactoría, ya que está previsto que el grupo tome una decisión a final de año. Y como deja caer Tavares, sin ayudas no hay plantas.

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