Proyectos creativos

El arte de trabajar en equipo

Bajo la tutela del artista Nelson Villalobos, los empleados de BMC elaboran un mural de 17 metros que marca su “huella” en la empresa

Cuando Diego Rivera (Guanajuato, 1886) reflejó sobre fresco su visión del Estados Unidos más mecanizado y sistemático, al menos de su época, lo hizo desde el corazón del capitalismo pero sin olvidarse de los trabajadores. Así nacía hace 90 años uno de sus murales más prolíficos, Detroit Industry Murals, enmarcado en tiempos del New Deal que Roosevelt puso en marcha para paliar los efectos de la Gran Depresión. Tan controvertida entonces como reconocida en la actualidad, la composición quiso mandar un potente mensaje través de 27 piezas. Financiada por Edsel Ford, hijo del fundador de una de las empresas de automoción más importantes del planeta, hacía ver que los operarios que recogía en sus trazos, expuestos hoy en el Detroit Institute of Arts Museum, eran el verdadero motor de la economía.

Con esa misma filosofía, el culto a las personas y su capacidad de crear futuro, la compañía BMC se ha encomendado al artista cubano-vigués Nelson Villalobos para confeccionar una obra de 17 metros de largo que deje “marca” en las instalaciones que posee en Nigrán. Allí, durante los últimos tres días, el cerebro del emblemático pintor, autor de la ola de colores que ilumina Martínez Garrido, ha dirigido decenas de manos para dar vida a un proyecto que huye de cualquier rutina corporativa.

“La iniciativa se llama La huella del elefante”, cuenta Manuel Bodega, director gerente de la firma –especialista en el diseño, fabricación y suministro de mobiliario destinado al sector servicios, y que tiene entre sus principales clientes a Burger King o Bimba y Lola–, para añadir que “en ella han participado todos los empleados”. Desde arquitectos e ingenieros hasta personal de almacén, la plantilla en su conjunto ha realizado “una demostración de la fuerza del grupo”. Una oda plástica que se perfila en torno a la comunicación y recalca la importancia del trabajo en equipo.

Trabajadores de la empresa con sede en Nigrán pintando uno de los paneles.

Trabajadores de la empresa con sede en Nigrán pintando uno de los paneles. / RICARDO GROBAS

En concreto, se pidió a los 50 profesionales de BMC que hiciesen un dibujo libre cada uno, tamaño DIN A4, que posteriormente Villalobos fusionó, dotando la estructura de “unidad”. Esa primera parte fue llevada acto seguido al lienzo, dividido en ocho enormes paneles que hoy se unirán y colocarán en su sede, integrando caracolas, flores, barcos, árboles y demás figuras –muchas asociadas al entorno de Porto do Molle– en una obra que escoge los colores de la compañía para brillar: el rojo y el blanco, junto a dos grises.

A estos tonos, el artista cubano-vigués ha sumado un amarillo radiante que busca armonizar la composición, tipo cómic y característicamente pop por sus trazos negros. Asesorando a los empleados, que se lo han pasado “bomba”, al igual que él, han logrado una pintura cargada de emociones que se centra en los trabajadores de la empresa. Incluyendo tanto a los que están y siguen impulsando su crecimiento, como a los que se han ido, por unas u otras circunstancias de la vida.

“La verdad es que está quedando genial. Al final todo el proceso ha sido muy divertido”, indicaba ayer Javier Vilas, uno de los profesionales que, como Laura Gómez, Verónica Pena o Mercedes Barciela pudieron atender a FARO unos minutos. “Siempre está bien cambiar las rutinas y hacer cosas distintas con tus compañeros”, señalaba la primera, a lo que la segunda agregaba que “la iniciativa ha evidenciado cómo el arte puede ser un potente vehículo para consolidar la cohesión y el espíritu de equipo”, mientras la tercera apuntaba que “motivar a la gente y demostrarle que se valora su papel, sobre todo en nuestro caso con un equipo de gente muy joven, es vital”.

“La idea era demostrar al equipo de una manera sugerente que desarrollar un trabajo individual sin tener interrelación con el resto del equipo, cada uno aportando un dibujo y todos bien coordinados, da un buen resultado. Pero si eso lo llevamos después a un trabajo en equipo, coordinado, el resultado es infinitamente mejor”, sentencia Bodega.

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