A la espera de la luz de EiDF

El grupo de autoconsumo mantiene en vilo al mercado a la espera de los detalles posiblemente hoy de la suspensión de sus acciones

Directivos Greening Group, ayer, en el toque de campana.   | // BME

Directivos Greening Group, ayer, en el toque de campana. | // BME / julio pérez

Julio Pérez

Julio Pérez

De puertas para fuera, la cúpula de EiDF intenta sobrellevar la incertidumbre que les persigue desde que el pasado viernes la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendiese la negociación de sus acciones por “retener información privilegiada” con una aparente normalidad. Tres días después y sin explicación oficial todavía, la web del líder español de autoconsumo fotovoltaico publicaba el fichaje del nuevo responsable legal. Se llama Chema Covelo, licenciado en Derecho Económico-Empresarial por la Universidad de Vigo y es especialista en las áreas mercantil y financiera, a las que se dedicó en su paso por los departamentos jurídicos de las consultoras KPMG y PwC, la encargada de revisar las cuentas de EiDF, además de ejercer como profesional independiente. “Sin duda alguna me llamaron la atención dos aspectos. Por un lado, la posibilidad de reconocer en profundidad un sector profesional como el de las energías renovables que considero que está en liza; y, por otro lado, la oportunidad de unirme a una empresa que en los últimos años ha crecido mucho hasta el punto de convertirse en un referente del sector”, responde sobre sus razones para unirse a la compañía liderada por Fernando Romero en una pequeña entrevista corporativa.

Sí, la vertiginosa expansión de EiDF desde su salida a Bolsa el 7 de julio de 2021 levantó el aplauso de los inversores, que durante el pasado año le convirtieron en el valor con mejor comportamiento en el parqué español. Subió por encima del 200%, hasta superar los 1.700 millones de euros de capitalización.

El grupo de Barro ya lanzó un envite en su estreno como cotizada en BME Growth, una plaza pensada para empresas medianas con ambiciosos planes de crecimiento, porque en aquel momento la sombra de la duda rodeó a las empresas de renovables. Su dirección se apresuró a matizar que EiDF no era una energética convencional, sino una compañía de integración vertical para ofrecer a sus clientes un servicio completo de eficiencia y ahorro energético: “un operador global en el mercado energético con un enfoque estratégico en el autoconsumo”.

En autoconsumo, la raíz de su negocio, acumula 3.400 obras y 450 megavatios (MW). Es también constructora y se encarga de la explotación de sus propios parques solares para suministrar energía a los clientes a los que instala placas, con 172 MW en obras y 2.600 MW en el pipeline. Tras la compra de varias comercializadoras, EiDF saltó a la venta de la electricidad, donde cuenta con 25.000 usuarios. Entre enero y septiembre de 2022, los ingresos superaron los 315 millones de euros, un 932% más que el ejercicio anterior, y el ebitda creció un 560%, hasta los 46,86 millones, superando ampliamente los objetivos fijados en su plan de negocio, que ya habían sido revisados al alza por el bum de la fotovoltaica para escapar de los precios disparados de la luz.

De puertas para dentro, según pudo saber FARO, están siendo días agitados, con reuniones continuas de las que saldrá esa explicación pública a por qué EiDF no ha formulado a tiempo las cuentas del cierre del pasado ejercicio. El plazo acabó el pasado 31 de marzo. ¿Cuánto podría mantenerse la suspensión? La CNMV confirmó ayer a FARO que no hay un periodo límite. La empresas sigue callada, aunque su previsión era dar los detalles a última hora de ayer –no sucedió– o a primera de hoy. Todo apunta a diferencias con PwC, que se negó a firmar las cuentas.

La nueva auditora de EiDF entró en escena hace muy poco. Su nombramiento se acordó en la junta de accionistas celebrada el pasado 27 de diciembre entre los asuntos tratados para seguir con los trámites para su transición al Mercado Continuo, previsto para la primera mitad de este año. Se necesitará una ampliación de capital de entre 100 y 180 millones de euros, según trasladó Romero en una entrevista a FARO, en la que defendió con rotundidad su capacidad para abastecerse de placas a pesar de la gran demanda global –“Tenemos stock permanente, bien planificado. No hemos tenido problema de suministro, ni lo tendremos”, afirmó– y su capacidad para seguir creciendo.

Una de sus competidoras se estrena también en el BME Growth con una subida del 29%

El BME Growth amaneció ayer con un nuevo componente. Se trata de la granadina Greening Group, especializada, al igual que EiDF, en instalaciones de autoconsumo fotovoltaico industrial y con presencia en toda la cadena de valor: instalación, generación y comercialización de la energía. El Grupo Greening debutaba este lunes a un precio de 4,92 euros por acción, lo que supone una valoración total de la empresa de 143 millones de euros. La compañía ha conseguido una revalorización de hasta un 29% en su primera sesión en el parqué y los títulos ahora se intercambian en 6,35 euros por acción. Las acciones del grupo han estado en subasta a lo largo de prácticamente toda la sesión debido al gran número de órdenes de compra, lo que hecho difícil casar su precio frente a la demanda. Al cierre de la sesión el valor de la empresa se ha situado por encima de los 180 millones de euros.

Los directivos del grupo especializado en autoconsumo, con su consejero delegado a la cabeza, Ignacio Salcedo, ha protagonizado el tradicional toque de campana en la sede de la Bolsa de Madrid. La compañía tiene base en Granada y fue fundada en 2011, y desarrolla su actividad en España, Europa (Alemania, Francia e Italia), Estados Unidos, México y Marruecos.

Participada en un 10% por Banco Sabadell a través de Sinia Renovables, con su salto al BME Growth el grupo busca conseguir hasta 23 millones de euros para financiar su plan de negocio. Los fondos que capte en su salida a Bolsa se destinarán a financiar el plan estratégico y acelerar el crecimiento de la compañía.