El temor sobre Deutsche Bank arrastra de nuevo a la banca hacia las pérdidas

El Ibex cierra sesión con un retroceso del 1,98% y el Euro Stoxx Banks, que agrupa a los grandes valores europeos, cae un 4,5%

Una sucursal de Deutsche Bank, ayer. |   // LUIS TEJIDO/EFE

Una sucursal de Deutsche Bank, ayer. | // LUIS TEJIDO/EFE / Agustí sala/celia LópezSilvia Martínez

Agustí sala/celia LópezSilvia Martínez

Otra jornada negra en las bolsas, tras unos días de calma. En esta ocasión el principal causante de que los paneles se tiñeran de rojo fue Deutsche Bank, con un desplome de más del 8%, aunque llegó a superar los dos dígitos de caída después de que los seguros de impago del primer banco alemán se dispararan hasta niveles récord en la víspera, recordando los episodios que vivió la semana pasada Credit Suisse, que acabó en manos de su principal competidor, UBS. El remate fue que Deutsche Bank anunció su intención de amortizar anticipadamente 1.500 millones de dólares (1.379 millones de euros) en deuda subordinada de nivel 2 de tasa fija, con vencimiento en 2028. Y no dio más explicaciones. Los llamamientos a la calma de las autoridades financieras de la zona del euro y del propio canciller alemán, Olaf Scholtz, que quiso diferenciar el caso de la entidad alemana del de Credi Suisse, bastaron para que se apaciguaran los ánimos.

El Ibex, que llegó a ceder más del 2%, cerró la última sesión semanal con un retroceso del 1,98% con toda la banca en rojo y el índice Euro Stoxx Banks, que agrupa a los grandes valores bancarios europeos, terminó con una caída del 4,5%. Los principales valores bancarios se vieron afectados por las ventas y la desconfianza de los inversores, que volvieron a penalizar todo aquello que se asemeje a un banco. En el selectivo español encabezaron los descensos Bankinter, con el 5,38%; BBVA, con el 4,43%, Sabadell, 4,28% y Unicaja Banco, con 4,06%. A una distancia mayor, Santander, con el 3% y CaixaBank, con el 2,95%. En el resto del continente, el francés BNP Paribas se dejó hasta un 5,27% y el CAC, el índice selectivo de Francia, perdió un 1,74%. En el DAX alemán, el retroceso fue del 1,66%.

Como sucedió con Credit Suisse, la mirada de los inversores se giró hacia Deutsche Bank. Todo ello porque el jueves por la noche comenzó a dispararse la cotización de los seguros de impago (CDS) del banco alemán. Estos títulos son instrumentos derivados que proporcionan cobertura contra el riesgo de incumplimiento del emisor de un bono o deuda. El comprador del CDS obtiene el derecho a vender el bono a su valor nominal. Se les considera un indicador importante de la solvencia de una empresa. Al registrarse esta evolución, que supone que crece el riesgo de impago, las acciones de Deutsche Bank comenzaron a caer, lo que arrastró a todo el sistema bancario europeo.

El primer banco alemán es una de las entidades que, como Credit Suisse, no contaba con toda la confianza de los inversores. A pesar de que ha tratado de sanear su balance en los últimos tiempos y el año pasado obtuvo beneficios, lleva tiempo considerándosele un banco bastante débil tras años de pérdidas y de reducción de su rentabilidad.

La entidad recibió multas por la manipulación de índices hipotecarios como el Líbor (2015) y sanciones por colaborar en operaciones de blanqueo de capitales (2018) o por sus relaciones comerciales con el pederasta Jeffrey Epstein (2020) y por sobornos en el mercado de divisas (2021). Es un largo historial de pérdida de reputación, similar al registrado por Credit Suisse.

Deutsche Bank forma parte de la lista de los 30 bancos considerados sistémicos a nivel mundial que elaboran cada mes de noviembre el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) y el Comité de Basilea y en la que también estaba Credit Suisse.

El banco alemán está en el grupo de las entidades a las que se les exige un 1,5% de capital adicional para afrontar crisis junto con Bank of China, Barclays (Reino Unido), BNP Paribas (Francia), Goldman Sachs (EEUU), Industrial and Commercial Bank of China y Mitsubishi UFJ FG (Japón). Este listado otorga un porcentaje de capital adicional necesario. El más bajo es el 1% y ahí se sitúa el Santander, luego viene el 1,5%, el 2%, el 2,5% y el 3,5%, en el que no está ubicada ninguna entidad.

Los países de la Eurozona lanzan un mensaje de tranquilidad

El BCE y el Eurogrupo aseguran que el sistema bancario es sólido pero hay que crear un verdadero mercado de capitales

La quiebra y el rescate de varios bancos en Estados Unidos y en Suiza, como el Silicon Valley Bank y el Credit Suisse, y las turbulencias posteriores han puesto a la Eurozona ante una realidad que creían superada y olvidada: el fantasma de una nueva crisis financiera. Un escenario que instituciones y gobiernos han descartado en los últimos días aduciendo a la solidez del sistema bancario europeo. La caída ayer de las acciones del Deutsche Bank más de un 14% y de otras entidades han disparado de nuevo los temores justo cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona se reunían en Bruselas. “Ha reorganizado y modernizado su modelo de negocio. Es un banco muy rentable. No hay motivo para estar preocupados”, zanjó el canciller alemán, Olaf Scholz, al término de la cumbre del euro.

A la cita de la Eurozona, que pese a la jornada negra en las bolsas culminó sin la rueda de prensa general habitual de los máximos representantes de las instituciones europeas, acudieron tanto la presidenta del BCE, Christine Lagarde, como el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, para hacer balance de la situación financiera. Tal y como avanzó el lunes ante el Parlamento Europeo, la máxima responsable de la política monetaria europea trasladó a los líderes que el sector bancario europeo es resistente, goza de buena salud y tiene “una posición sólida de capital y de liquidez”, según fuentes europeas. Lagarde también les dijo que el sistema bancario es fuerte gracias a las reformas regulatorias acordadas a nivel internacional tras la crisis financiera de 2008.

“Los últimos acontecimientos nos recuerdan lo importante que ha sido mejorar continuamente estos estándares regulatorios. Ahora necesitamos progresar y completar la unión bancaria y seguir trabajando para crear un verdadero mercado de capitales europeo”, explicaron las mismas fuentes sobre el mensaje de Lagarde, que reiteró también que no existe dicotomía entre estabilidad de precios y estabilidad financiera. “Nuestra caja de herramientas nos permite afrontar ambos riesgos”. Es decir, en caso de necesidad, el BCE está plenamente equipado para “proporcionar liquidez al sistema financiero de la Eurozona”.