El ahorro crece en 5,6 millones al día en Galicia pese a la inflación y los bajos tipos

Aunque la confianza es siempre un sentimiento inestable, los últimos tres años dejan motivos más que de sobra para que la percepción del consumidor gallego sobre la evolución de la economía sea puro vértigo. Apareció el coronavirus, empezó el confinamiento y el indicador que recoge la visión de los hogares respecto a sus expectativas de gasto, su propia situación y la de la actividad en general se desplomó al -51,19 en una escala que va del -100, el mayor grado de pesimismo posible, al 100. La impresión de los gallegos mejoró en el primer verano de pandemia y volvió a torcerse levemente con la gran ola de contagios de la Navidad de 2020. A medida que se estabilizó la crisis sanitaria, también volvió el optimismo. El indicador se situó por debajo del -13 en el segundo trimestre del pasado año, hasta que el acelerón de la inflación por las consecuencias de la guerra en Ucrania encendió otra vez la luz de alarma y escaló al -23,8 en el otoño y al -24,5 al cierre del ejercicio. La mirada depende mucho de los ingresos de cada uno. A mayor capacidad adquisitiva, menor pesadumbre. Pero, aún así, el indicador se mantiene a mucha distancia de lo sucedido en la etapa más dura del COVID-19 y de los años de la doble recesión financiera. A pesar de que en esos momentos la inflación en Galicia tocó máximos de los últimos 30 años.

En su reciente presentación en Vigo de las previsiones del Producto Interior Bruto (PIB) regional para este año, el director general de Funcas subrayó el fundamental papel que está desempeñando el empleo como dinamizador del gasto. “Mientras los hogares perciben que van a seguir teniendo esos ingresos porque tienen trabajo, eso sostiene el consumo y un nivel de actividad más alegre”, apuntó Carlos Ocaña, que vinculó también la rápida recuperación pospandemia y la resiliencia de la economía frente al escenario de guerra, la encrucijada energética y la subida intensa de los tipos de interés al sobreahorro acumulado en todo este tiempo.

El BCE sube el 0,5% previsto en los tipos y se abre a inyectar liquidez a los bancos

Parecía que eso en Galicia perdía fuelle después de la retirada de casi 1.000 millones entre julio y septiembre del pasado año, justo cuando la inflación general alcanzó su pico alrededor del 11%. Pero no. La hucha volvió a engordar en el último trimestre de 2022 con 518 millones de euros, unos 5,6 millones más cada día, según el balance publicado ayer por el Banco de España. Desde el inicio de la pandemia, el dinero acumulado en depósitos en Galicia aumentó en 11.350 millones, el 17%.

En medio de la tempestad de los precios, una de cada tres familias gallegos manifestó su voluntad de ahorrar en la recta final del año pasado, como recoge la última Encuesta coyuntural a hogares del Instituto Galego de Estatística (IGE). Los datos corroboran que parte de ellas lo consiguieron. El ahorro en la comunidad cerró 2022 en casi 78.200 millones de euros, un 0,7% más que en el tercer trimestre. Entre los particulares y las empresas la subida fue de 330 millones de euros, hasta los 74.144 millones en total; y las administraciones reunían unos 4.000 millones tras elevar el colchón en 192 millones.

Los depósitos ascendieron a 1,5 billones de euros en el conjunto del Estado, un 0,3% más (5.088 millones) que en septiembre. Además de Galicia, el ahorro creció sustancialmente por encima de la media nacional en Andalucía (3,3%), Asturias (1,95), Extremadura (1,6%), Canarias (1,1%), Aragón (0,9%) y Castilla-La Mancha (0,7%). Justo lo contrario que en Baleares, donde disminuyó cerca del 6%. En Murcia bajó un 3%; y algo más del 1% tanto en Cantabria como en Madrid.

Las cuentas bancarias siguen expandiéndose pese a la raquítica remuneración que ahora mismo el sector financiero aplica. El tipo medio de los nuevos depósitos otorgados a los hogares en enero fue del 0,59%, frente al 0,64% de diciembre. La media de la eurozona subió en 0,19 puntos, hasta el 1,64%, dos veces y media más que lo que pagan las entidades españolas.

Los gallegos deben a los bancos mucho menos de lo que tienen ahorrado: 47.338 millones. La financiación aumentó un 0,6% en el cuarto trimestre del pasado año (272 millones), en un entorno de claro encarecimiento de los créditos por el giro de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). De hecho, el volumen prestado solo avanzó en cuatro comunidades y en todo el país mermó en casi 7.000 millones. 

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