Conde hace una férrea defensa de la eólica e insta a la industria a usarla para abaratar sus costes

El vicepresidente acusa de “negacionista” a la oposición, que afea a la Xunta “las chapuzas” e “improvisaciones” en las tramitaciones

El vicepresidente Francisco Conde, aye en O Hórreo.   | FOTO: XOÁN ÁLVAREZ

El vicepresidente Francisco Conde, aye en O Hórreo. | FOTO: XOÁN ÁLVAREZ / julio pérez

Julio Pérez

Julio Pérez

En cada una de las esquinas del cuadrilátero de combate en el que se convirtió ayer el Parlamento de Galicia estaban el director de cine Rodrigo Sorogoyen y su adhesión ante las cámaras de los Premios Goya a las plataformas Energía eólica sí, pero no así, la siempre alargada sombra de la legislatura del bipartito de PSdeG y BNG hace catorce años, el acelerón de las tramitaciones de parques para llegar a tiempo a la criba de las caducidades en los permisos de acceso a la red eléctrica y el futuro de la industria regional. Antes de comenzar su comparencia a petición propia, el vicepresidente primero y conselleiro de Economía, Industria e Innovación, pidió a los diputados “una rebaja del ruido”. “Un debate sosegado y ponderado”, apeló Francisco Conde, ante el fundamental “e inaplazable” reto de la transición energética. Ahí se quedó el intento. Los tres grupos políticos y el propio número dos de la Xunta dedicaron dos horas y media a un incesante cruce de reproches en el que, por cierto, todos hablaron de la electricidad como si fuese la única fuente de energía consumida en Galicia, sin ninguna referencia a la elevadísima dependencia de los combustibles fósiles, que suponen el 60% de la demanda.

A Conde no le gusta que se hable de bum porque, como recordó, la declaración de impacto favorable a 77 de los 120 proyectos revisados los técnicos de medio ambiente del Gobierno gallego en los últimos meses no implica que todos esos parques vayan adelante. De hecho, el vicepresidente primero se quejó de la encrucijada que esos expedientes tienen ahora por delante. En abril deben contar con la autorización administrativa y en julio la de construcción para mantener su derecho de conexión, pero en uno de sus muchos cambios en la tramitación de los parques la Xunta concentró esos dos pasos en uno. Conde culpó de eso al Gobierno central, al que también responsabilizó del aluvión de proyectos.

Apoyo a la industria

Se están tramitando más de 6.000 megavatios (MW) en Galicia, dijo. “Solo se aprueban los que se ajustan a la legalidad y cumplen todas las garantías técnicas, jurídicas y medioambientales”, defendió. “Todas”, insistió en varias ocasiones, en su defensa a ultranza de un sector frente a los que “lo demonizan, llevándonos al atraso”, en referencia al BNG. “A la eólica, la Xunta le dice que sí, desde el diálogo social, el compromiso con el territorio”, zanjó, haciendo además una llamada a toda la industria para que sigan el ejemplo de Alcoa, Sentury, Resonac y “otros sectores como la automoción” y firmen contratos a largo plazo (PPA) con los promotores.

Críticas de la oposición

“Huele a bomba de humo”, le reprochó la diputada nacionalista, Noa Presas, que acusó a la Xunta de “cuatro años de chapuzas en la gestión administrativa y ambiental” con 60 cambios en la ley eólica. “La gente no se manifiesta en contra de la energía eólica –afirmó–, sino contra su modelo”. Aprovechando que Galicia va muy avanzada en el cumplimiento de los objetivos de cuota de renovables, el BNG reclama “para y pensar para no repetir el modelo feudalista de las hidroeléctricas”.

Los socialistas acusaron a la Xunta de ser la causa del “rechazo generalizado” a la implantación de más eólica en el territorio gallego “por la improvisación”. “Llevamos meses advirtiéndoles del retraso en la tramitación y perdieron el tiempo confrontando con el Gobierno en vez de trabajar”, reprochó Begoña Pérez Rumbo, viceportavoz parlamentaria del PSdeG, tras recordarle a Conde “los 13 años” en blanco en el sector, desde el frustrado concurso eólico de 2010. “El mejor antídoto contra el rechazo es la información –proclamó–. Dar información a la ciudadanía es lo que hay que hacer”.

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La denuncia de Adega contra la Xunta por presunta prevaricación y malversación de fondos en los cambios en los planes industriales que Greenalia pidió tras comprar Kaekias Eólica y dos de los parques (Campelo y Lamas de Feás) con los que esa empresa se había llevado potencia del concurso eólico del bipartito –a cambio de monetarizar los proyectos, unos 11 millones, que Greenalia cambió por inversiones en su propia empresa hechos con anterioridad, según la demanda– llevó al BNG a pedir una comisión de investigación en el Parlamento de Galicia sobre la situación de todos esos planes y los 1.500 millones previstos. El PSdeG respaldó la petición. Los votos en contra del PP tumbaron la iniciativa. Francisco Conde aseguró que la Xunta última un informe para la Fiscalía y que, una vez trasladado, se dará a conocer.

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